sábado, 5 de febrero de 2011

VIDEO: Un coche de la embajada de EEUU atropella a una veintena de manifestantes en El Cairo



No es el islamismo radical lo que preocupa a EEUU - es la independencia

La naturaleza de cualquier régimen al que apoye en el mundo árabe es secundaria respecto al control. Los pueblos son ignorados hasta que rompen sus cadenas
Noam Chomsky
guardian.co.uk, viernes 04 de febrero 2011 16.30 GMT

"El mundo árabe está en llamas", informó Al-Jazeera la semana pasada, mientras por toda la región los aliados occidentales "están perdiendo rápidamente su influencia". La onda de choque que se puso en marcha con el dramático levantamiento de Túnez que expulsó a un dictador respaldado por occidente, ha tenido reverberaciones sobre todo en Egipto, donde los manifestantes pudieron con la brutal policía de un dictador.

Los observadores lo compararon a la caída de los dominios de Rusia en 1989, pero hay diferencias importantes. Fundamentalmente, no existe un Mikhail Gorbachev entre las grandes potencias que apoyan a los dictadores árabes. Por el contrario, Washington y sus aliados mantienen el principio bien establecido de que la democracia sólo es aceptable en la medida que se ajuste a los objetivos estratégicos y económicos: bien en territorio enemigo (hasta cierto punto), pero no en nuestro patio trasero, por favor, salvo que se haya domesticado adecuadamente.

Un ejemplo de los de 1989 tiene cierta validez: Rumania, donde Washington mantenía su apoyo a Nicolae Ceausescu, el más cruel de los dictadores de Europa del Este, hasta que la lealtad se hizo insostenible. Entonces Washington elogió su derrocamiento, mientras el pasado fue borrado. Eso es un patrón estándar: Ferdinand Marcos, Jean-Claude Duvalier, Chun Doo Hwan, Suharto, y muchos otros gángsteres de utilidad. Puede estar en marcha en el caso de Hosni Mubarak, junto con los esfuerzos de rutina para tratar de garantizar un régimen sucesor que no se desvíe mucho de la ruta aprobada.

La esperanza actual parece ser el general Omar Suleiman, leal a Mubarak, que acaba de ser nombrado vicepresidente de Egipto. Suleiman, que ha sido durante mucho tiempo el jefe de los servicios de inteligencia, es casi tan despreciado por el público en rebelión como lo es el propio dictador.

Una frase común entre los expertos es que el miedo al islamismo radical requiere oposición (reacia) a la democracia por razones pragmáticas. Aunque no sin algún mérito, la formulación es engañosa. La amenaza general ha sido siempre la independencia. Estados Unidos y sus aliados han apoyado con regularidad a islamistas radicales, a veces para evitar la amenaza del nacionalismo secular.

Un ejemplo familiar es Arabia Saudita, el centro ideológico del islamismo radical (y del terrorismo islámico). Otro, en una larga lista, es Zia ul-Haq, el más brutal de los dictadores de Pakistán y el favorito del presidente Reagan, que llevó a cabo un programa de islamización radical (con financiación saudita).

"El argumento tradicional presentado dentro y fuera del mundo árabe es que no pasa nada y que todo está bajo control", afirma Marwan Muasher, un ex funcionario de Jordania y ahora director de investigación de Oriente Medio para la Fundación Carnegie. "Con esta línea de pensamiento, las fuerzas atrincheradas argumentan que los opositores y los de afuera que están pidiendo reformas están exagerando la situación sobre el terreno."

Por lo tanto la población puede ser ignorada. Las huellas de la doctrina son de hace mucho tiempo y se hacen extensivas a todo el mundo, también al territorio nacional estadounidense. En caso de disturbios pueden ser necesarios cambios tácticos, pero siempre con miras a reafirmar el control.

El vibrante movimiento por la democracia en Túnez se dirigió contra "un Estado policial, con poca libertad de expresión o asociación, y graves problemas de derechos humanos", gobernado por un dictador cuya familia era odiada por su venalidad. Así lo dijo el embajador de EEUU Robert Godec en un cable de julio de 2009 publicado por Wikileaks.

Por tanto, para algunos observadores los "documentos de WikiLeaks deben crear una sensación reconfortante entre el público americano de que los funcionarios no están dormidos en los laureles" - de hecho, que los cables apoyen tanto las políticas de EEUU es casi como si fuera el mismo Obama el que los estuviera filtrando (o eso escribió Jacob Heilbrunn en The National Interest.)

"Estados Unidos debería darle a Assange una medalla", dice un titular del Financial Times, donde Gideon Rachman escribe: "La política exterior de Estados Unidos aparece como con principios, inteligente y pragmática ... la posición pública adoptada por EEUU sobre cualquier tema es también por lo general la posición privada."

Desde esta óptica, WikiLeaks socava a los "teóricos de conspiraciones" que cuestionan los motivos nobles que Washington proclama.

El cable de Godec apoya estos juicios - al menos si no miramos más allá. Si lo hacemos, como el analista de política exterior Stephen Zunes informa en Foreign Policy in Focus, nos encontramos con que, con la información Godec en la mano, Washington dio US$ 12 millones de ayuda militar a Túnez. Porque sucede que Túnez fue uno de los cinco beneficiarios del exterior: Israel (de modo habitual), las dos dictaduras de Oriente Medio Egipto y Jordania, y Colombia, que siempre ha tenido el peor récord de derechos humanos y la mayor parte de la ayuda militar estadounidense en el hemisferio.

La exhibición A de Heilbrunn es el apoyo árabe a las políticas estadounidenses dirigidas contra Irán, según revelaron los cables filtrados. Rachman también se apodera de este ejemplo, como hicieron los medios de comunicación en general, celebrando estas alentadoras revelaciones. Las reacciones ilustran cuán profundo es el desprecio por la democracia en la cultura ilustrada.

No se ha mencionado lo que piensa la población - fácilmente descubierto. Según las encuestas publicadas por la Institución Brookings en agosto, algunos árabes están de acuerdo con Washington y los comentaristas occidentales respecto a que Irán es una amenaza: el 10%. En contraste, consideran a EEUU e Israel como las mayores amenazas (77%, 88%).

La opinión pública árabe es tan hostil a las políticas de Washington que una mayoría (57%) piensa que la seguridad regional se vería fortalecida si Irán tuviera armas nucleares. Sin embargo, "no pasa nada, todo está bajo control" (como describe Muasher la fantasía vigente). Los dictadores nos apoyan. Sus pueblos pueden ser ignorados - a menos que rompan sus cadenas, y entonces debe ajustarse la política.

Otras filtraciones también parecen prestar apoyo a los juicios entusiastas sobre la nobleza de Washington. En julio de 2009, Hugo Llorens, embajador de EEUU en Honduras, informó a Washington de una investigación de la embajada sobre "cuestiones constitucionales y legales que rodean el retiro forzoso el 28 de junio del Presidente Manuel 'Mel' Zelaya."

La embajada llegó a la conclusión de que "no hay duda de que el ejército, el tribunal supremo y el congreso nacional conspiraron el 28 de junio en lo que constituyó un golpe de Estado ilegal e inconstitucional contra el Poder Ejecutivo". Muy admirable, salvo que el Presidente Obama procedió a romper con casi todos los de América Latina y Europa al apoyar el régimen golpista y al ignorar las atrocidades subsiguientes.

Quizá las revelaciones más notables de WikiLeaks tienen que ver con Pakistán, revisadas por el analista de política exterior Fred Branfman en Truthdig.

Los cables revelan que la embajada de EEUU es muy consciente de que la guerra de Washington en Afganistán y Pakistán no sólo intensifica el rampante antiamericanismo, sino también "los riesgos de desestabilización del Estado paquistaní", e incluso plantea una amenaza de la peor pesadilla: que las armas nucleares puedan caer en la manos de terroristas islámicos.

Una vez más, las revelaciones "deben crear una sensación reconfortante ... de que los funcionarios no están dormidos en el cambio" (palabras de Heilbrunn) - mientras Washington marcha incondicionalmente hacia el desastre.

© 2011 Noam Chomsky

viernes, 4 de febrero de 2011

Legisladores estadounidenses y funcionarios egipcios se reunieron 250 veces en 2010

Democracy Now!

Registros de lobby recientemente divulgados muestran los estrechos vínculos entre el gobierno estadounidense y el régimen de Mubarak. Según la fundación Sunlight, tan sólo en los primeros meses de 2010 se celebraron casi 250 reuniones entre funcionarios egipcios y legisladores estadounidenses. Durante años, Mubarak ha contratado un equipo de lobbistas que se encuentran en Washington, entre ellos, el ex congresista demócrata Toby Moffett, el ex congresista republicano Bob Livingston y el demócrata Tony Podesta, cuyo hermano John se desempeñó como jefe de personal del Presidente Bill Clinton.

Estados Unidos también mantiene estrechos vínculos con el nuevo Vicepresidente de Mubarak, Omar Suleiman, ex jefe de la inteligencia egipcia. Suleiman desempeñó un papel fundamental en el programa de rendiciones extraordinarias de prisioneros. Asimismo, en la década de 1980 recibió entrenamiento en la escuela y centro de guerra especial John F. Kennedy, en Fort Bragg, Carolina del Norte. Suleiman está a cargo de establecer contacto con los grupos de oposición egipcios.

¿Quién le corta la cabeza a la serpiente?

Pepe Escobar
Asia Times Online

Suena como el pastiche de un cuento del difunto y genial ganador del Premio Nobel de Literatura 1988, el egipcio Naguib Mahfouz. El Presidente de Estados Unidos Barack Obama ha enviado un emisario "secreto" para decirle al Presidente Hosni Mubarak que se abstenga de intentar un sexto mandato en las próximas elecciones, y lo ha hecho en el mismo día en que casi dos millones de personas le gritaban por las calles que se fuera. El Presidente de Egipto apareció en la televisión estatal para anunciar obedientemente al pueblo egipcio lo que el Presidente de Estados Unidos le dijo que hiciera.

Previsiblemente, la calle estalló de ira. Al Yasira (sí, la revolución está siendo televisada…) se limitó a pasar una pantalla partida, sin comentarios, para que todo el mundo escuchara los sonidos de la calle en El Cairo y Alejandría. "¡Márchate!". "¡Márchate, muestra algo de dignidad!". "¡Lárgate!". "¡Fuera!". Así pues, ahora ya es oficial; es la dignidad, orgullo y respeto –valores extremadamente apreciados en la cultura árabe- de Mubarak, contra la dignidad, orgullo y respeto de 80 millones de egipcios.

Llámenlo golpe de la Casa Blanca a favor del eslogan del momento de Washington: "transición ordenada". Como dijo Obama en su aparición en directo por la televisión global después de que Mubarak explicara detalladamente el mensaje trasladado por su mensajero: "Lo que está claro, como le he indicado esta noche al Presidente Mubarak, es que esa transición ordenada tiene que ser significativa, pacífica y debe empezar ahora".

Bien, como el mismo Mubarak prefirió interpretar, era el "caos" (manifestantes "manipulados por fuerzas políticas") contra la "estabilidad" (él mismo y su régimen). Algo se perdió en la traducción. ¿Quién está dispuesto a explicarle el significado de "ahora"?

El agente secreto

El "mensajero" de Obama para la última pantomima de Mubarak fue Frank Wisner, un ex diplomático y ex ejecutivo del American International Group (AIG), muy próximo al sistema oligárquico de Mubarak, y cuyo hermano, Graham, se ha dedicado a representar sus amplios intereses comerciales. Ha sido Wisner quien, en última instancia, ha venido haciendo lobby para el régimen de Mubarak entre los expertos en Oriente Medio de Washington, a diferencia, por ejemplo, del bipartidista Grupo de Trabajo de Egipto que dirigen el antiguo miembro del Consejo para la Seguridad Nacional, Elliott Abrams, y Michele Dunne, del Carnegie Endowment. Sin un solo ápice de ironía, el Departamento de Estado de EEUU ha anunciado que Wisner presionaría al régimen de Mubarak "para que emprendiera amplios cambios políticos y económicos", esos mismos que se ha negado a iniciar durante las últimas tres décadas.

Bien, el dictador se niega a huir como hizo el Shah del Irán frente a la revolución de 1979. Compárenlo con la abarrotada Plaza Tahrir en El Cairo celebrando un simulacro de juicio a Mubarak y emitiendo un veredicto de muerte en la horca. O la plaza gritando: "Oh, Mubarak, cobarde. Oh, agente de los estadounidenses", con una rima que suena muy bien en lengua árabe.

Según Intrade, una agencia de apuestas con sede en Dublín especializada en riesgos políticos, el 73,5% de su clientela cree que Mubarak se habrá ido ya a finales de mes. Eso puede ser una eternidad para la calle egipcia, que está empezando a olfatear demasiadas ratas sospechosas.

Todas las redes de los medios de comunicación corporativos estadounidenses han ungido al Premio Nobel de la Paz 2005 y ex director de la Agencia Internacional para la Energía Atómica, Mohamed El Baradei, como el próximo hombre. Y se está examinando a una serie de oscuros personajes egipcio-estadounidenses como posibles miembros de un comité de sabios que podrían dirigir el período transitorio post-Mubarak.

Posiblemente, el aspecto más estimulante de la revolución egipcia es que no se trata de un grupo de poder intentando derrocar a otro grupo de poder rival. La calle no está designando, por el momento, a nadie. El Baradei podría ser una opción popular, pero sólo como dirigente estrictamente interino hasta conseguir que el paralizado país vuelva a ponerse en marcha y reestablezca un sistema transparente para que puedan celebrarse elecciones libres y justas.

El Plan A, por el que la calle está clamando –y que no es negociable-, es que Mubarak se vaya ahora –no hacia finales de año como ha prometido- junto con todos sus secuaces en el gobierno, y que después se dé comienzo al período transitorio encabezado por El Baradei.

El Plan B –una posibilidad que no está totalmente descartada- consiste en que el ejército se deshaga de Mubarak mediante un golpe de estado ordenado por el pueblo. El ejército instala un gobierno militar provisional y establece una fecha para celebrar elecciones presidenciales y parlamentarias. Esto sería una especie de táctica "a la turca" (el ejército turco lo hizo ya así hace años). Eso aumentaría el prestigio popular del ejército.

Una vez más, como en el caso del ejército turco, el ejército egipcio reconsidera a sí mismo como el guardián de la nación. Todos y cada uno de los gobernantes egipcios, desde la revuelta de los coroneles de 1952 que derrocó al Rey Faruq, han sido militares: los Generales Mohammed Naguib, Anwar Sadat y Mubarak, y el Coronel Gamal Abdel Nasser.

Me chiflan los hombres de uniforme

Así ocurre en Egipto, y es sobre todo el ejército, la institución más respetada del país –y posiblemente la menos corrupta-, la más cercana en el imaginario popular a la parafernalia de un estado de derecho, que refleja parcialmente la dinámica social y la diversidad geográfica de Egipto. Sin embargo, el ejército produjo también muchos de los más brutales agentes de la Mujabarat, los servicios de inteligencia.

Según está, puede haber razones para creer que hay de hecho una división dentro del establishment militar. Consideren los cuatro actores principales de todo el drama:

- El teniente general Omar Suleiman, el jefe de la inteligencia militar, el torturador suave de Mubarak ahora designado por éste vicepresidente. Su salud no es demasiado buena. No hay ninguna posibilidad de que la calle le acepte como reformador "democrático".

- El mariscal del aire Ahmed Shafiq, ministro de aviación civil, nombrado ahora primer ministro. Al igual que Mubarak, proviene de la relativamente elitista y mimada fuerza aérea. Cero en carisma popular.

- El teniente general Sami Annan, jefe del estado mayor del ejército de tierra. Ejerce el mando sobre 468.000 soldados, una mezcla de oficiales de los estados mayores y océanos de reclutas. Esa es la rama militar más cercana a la calle egipcia. Y de ahí fue de donde salió el comunicado exponiendo que el ejército no iba a disparar contra la gente en las calles.

- El mariscal de campo Mohammed Hussein Tantawi, ministro de defensa. Tiene el mando sobre 60.000 guardias republicanos. Una querida del Pentágono. El Secretario de Defensa Robert Gates le llamó el martes.

Es justo asumir que la prioridad de Annan hasta ahora ha sido preservar la imagen relativamente buena de su rama del ejército. Esto implicaría que, para él, el destino de la banda de Mubarak es secundario. Lo importante es preservar la institución del ejército.

Incluso aunque sea durante un momento fugaz, Suleiman es ahora el hombre más poderoso de facto en la junta del ejército egipcio. Está respaldado por una elite militar, por toda la maquinaria represiva y por la menguada y aterrada elite gobernante (los que aún no hayan escapado hacia Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos). Aunque de forma remota, cabe la posibilidad de que estos cuatro actores importantes lleguen a la conclusión de que el boss debe largarse para que el régimen pueda salvarse.

Lo que ha quedado ya desentrañado es el pacto que permite que una dictadura controle el poder: el vínculo de hierro entre el ejército y la maquinaria represora, su incondicional sometimiento al dictador y su falta de escrúpulos para disparar contra su propio pueblo. Eso fue lo sucedió en Irán en el verano de 2009, y por eso la revolución verde terminó aplastada.

Esos cuatro comandantes pueden también estar perdiendo un tanto el sueño si se ponen a pensar en el destino de los generales iraníes tras la caída del Shah; llegaron a un acuerdo con el gran ayatolá Ruhollah Jomeini, quien más tarde renegó de ellos y los persiguió, creando su propio ejército: el Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos. Deben estar también pensando en el ejército turco, al que ahora, bajo el gobierno islámico light del Primer Ministro Recep Tayyip Erdogan, se le ha impedido determinar en qué dirección debería soplar el viento político en Turquía.

Pero aún cabe la posibilidad de que Annan, así como Suleiman, Shafiq y Tantawi lleguen a la conclusión que es mejor que el ejército mantenga un cierto prestigio moral y su privilegiada relación con el Pentágono echando al faraón y convirtiéndose en un actor clave a la hora de moldear un Egipto post-revolucionario.

¿Qué es lo que abre la siguiente caja de los truenos? El ejército ha llevado a cabo un virtual pogromo de islamistas durante estás últimas tres décadas. No está muy claro si los altos comandantes se resignarán a trabajar con los Hermanos Musulmanes (HM) como socio político. A diferencia de éstos, defienden los acuerdos de paz de Camp David con Israel, y desde luego no quieren otra guerra en Oriente Medio. Pero, ¿serían capaces de respetar un posible referéndum popular en el que la mayoría pueda pedir que se revoquen esos acuerdos?

Mientras tanto, la elite militar parece ser la única arma disponible para conseguir que Mubarak entienda con rapidez el significado de la palabra "ahora". Incluso Abu Omar, ex imán en Milán, Italia, acusado de terrorismo por la CIA, secuestrado, "entregado" a su Egipto nativo y devuelto después a su hogar (vive en Alejandría), cree que así debe suceder: "La única solución realista para el país, de momento, es que los militares tomen el mando". Ahora.

Pepe Escobar es autor de "Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War" (Nimble Books, 2007) y "Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge". Su último libro es "Obama does Globalistan" (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com.

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

jueves, 3 de febrero de 2011

VIDEO: Asmaa Mahfouz

Una de las fundadoras del grupo "April 6 Youth Movement" creado en la primavera del 2008 para apoyar a los trabajadores del textil de El-Mahalla El-Kubra, que habían convocado a huelga para dicho día.

Activista en pro de los derechos humanos. Muchos consideran que con este video suyo se produjo el chispazo que desató las protestas de enero 2011 en Egipto. El nuevo gobierno egipcio nombrado después del levantamiento pidió hablar con ella, pero Asmaa se negó.



miércoles, 2 de febrero de 2011

El patrón de Mubarak al rescate

Viñeta: Umpierrez


Israel arma a Egipto contra los manifestantes

PRESS TV - Feb 1, 2011 3:47PM

Según informes Israel ha enviado al régimen egipcio armas para dispersión de multitudes para frenar las masivas protestas contra los 30 años de gobierno autoritario del presidente Hosni Mubarak.

La International Network for Rights and Development, dijo que tres aviones israelíes aterrizaron el sábado en el aeropuerto internacional de Mina en El Cairo, transportando material para uso en la dispersión y represión de grandes multitudes, informa un corresponsal de Press TV.

Según el informe, las fuerzas de seguridad egipcias recibieron el cargamento en tres aviones israelíes, que supuestamente llevaban una gran cantidad de gas prohibido internacionalmente para dispersar multitudes.

Los egipcios han salido a las calles por todo el país durante ocho días consecutivos, exigiendo que Mubarak dejara el puesto.

El levantamiento ha llevado a Mubarak a nombrar su primer vicepresidente de la historia y un nuevo primer ministro en un intento desesperado por retener el poder.

Pero su respuesta, hasta ahora, no ha logrado apaciguar a los enojados manifestantes, que han prometido permanecer en las calles hasta que Mubarak renuncie.

Las protestas sin precedentes han provocado preocupaciones sobre una posible crisis energética en Israel, dadas las perspectivas de un nuevo gobierno islámico en Egipto, que suministra cerca del 40 por ciento de gas natural a Israel.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se dirigió a sus ministros del gabinete en un comunicado público el domingo, destacando la importancia de las relaciones de Tel Aviv con El Cairo y que Israel está "siguiendo el desarrollo de los acontecimientos en Egipto y la región con vigilancia."

"Les recuerdo que la paz entre el establecimiento Israelí y Egipto ha durado más de tres décadas ... en este momento nos esforzamos por garantizar la continuidad de estas relaciones", señaló.

Mientras tanto, Israel ha permitido a Egipto desplegar sus tropas en la península del Sinaí, a pesar de un acuerdo bilateral, en virtud del cual a Egipto sólo se le permitía tener fuerzas de policía en la región.

Tel Aviv dijo que la medida era para ayudar a El Cairo a prevenir una revolución en Egipto, donde la gente ha estado protestando contra el régimen de Mubarak durante ocho días consecutivos, a pesar de las advertencias y del preventivo despliegue del ejército.

Un informe de las Naciones Unidas dice que al menos 300 personas han sido asesinadas hasta la fecha y muchas más resultaron heridas durante las protestas.

Ver también: Rights NGO claims that Israeli planes carrying crowd dispersal weapons have arrived in Egypt

martes, 1 de febrero de 2011

El rey de Jordania destituye a su gobierno

Al-Jazeera, 01.02.11

El rey Abdullah II de Jordania ha destituido a su gobierno ante la oleada de manifestaciones en las calles y ha pedido a un exgeneral del ejército que forme nuevo gabinete, según ha anunciado el Palacio Real de Jordania.

(...) "[Bakhit] ha sido general y durante algún tiempo embajador en Israel y anteriormente ha sido primer ministro. Es alguien a quien se verá como de confianza," dijo Rosemary Hollis, profesora de estudios de política de Oriente Medio en la Universidad de London City.

(...) Muchos jordanos culpan a los sucesivos gobiernos de la prolongada recesión y del aumento de la deuda pública, que ha alcanzado este año la cifra record de $15.000 millones en una de las economías más pequeñas del mundo árabe, profundamente dependiente de la ayuda exterior.

El levantamiento egipcio y sus repercusiones para Palestina


Ali Abunimah, Electronic Intifada

Nos hallamos en medio de un terremoto político en el mundo árabe y la tierra aún no ha dejado de temblar. Es arriesgado hacer predicciones cuando los sucesos son tan inciertos pero no hay duda de que el levantamiento en Egipto —comoquiera que concluya— tendrá un impacto drástico en toda la región y dentro de Palestina.

Si el régimen de Mubarak cae y es reemplazado por uno menos atado a Israel y a Estados Unidos, Israel será un gran perdedor. Tal y como Aluf Benn comentaba en el diario israelí Haaretz (1), "el poder desvanecido del gobierno del presidente egipcio Hosni Mubarak deja a Israel en un estado de angustia estratégica. Sin Mubarak, Israel casi se queda sin ningún amigo en Oriente Próximo; el año pasado, Israel vio como se desplomaba su alianza con Turquía"

De hecho, Benn observa que "Israel se queda con dos aliados estratégicos en la región: Jordania y la Autoridad Palestina (AP)". Pero lo que Benn no dice es que esos dos "aliados" tampoco permanecerán inmunes.

Durante las últimas semanas estuve en Doha para examinar los Documentos sobre Palestina filtrados por Al-Jazeera. Estos documentos ponen de relieve la medida en que la separación entre la AP de Ramala, respaldada por Estados Unidos, y con Mahmud Abbas y su facción Fatah a la cabeza, por un lado, y Hamas en la Franja de Gaza, por otro fue una decisión política de las potencias regionales: Estados Unidos, Egipto e Israel (2). Esta política incluyó la implicación estricta de Egipto en el bloqueo a Gaza.

Si el régimen de Mubarak se va, Estados Unidos perderá una enorme influencia sobre la situación en Palestina, y la AP de Abbas uno de sus principales aliados contra Hamas.

Ya desacreditada por el alcance de su colaboración y su capitulación expuestas en los Documentos de Palestina, la AP se debilitará aún más. Sin un "proceso de paz" creíble para justificar su continuada "coordinación de la seguridad" con Israel, o ni siquiera su propia existencia, podría iniciarse la cuenta atrás para la implosión de la AP. Incluso el apoyo de Estados Unidos y de la UE al represivo Estado policial en ciernes de la AP puede resultar no ser ya políticamente sostenible. Hamas puede ser el beneficiario inmediato, pero no necesariamente a largo plazo. Por primera vez en muchos años estamos asistiendo a grandes movimientos de masas que, si bien incluyen a islamistas, no están necesariamente dominados o controlados por estos.

También hay un efecto de demostración para los palestinos: la capacidad de aguante de los regímenes de Túnez y Egipto se ha basado en la percepción de que eran fuertes, así como en su capacidad para aterrorizar a segmentos de su población y para cooptar a otros. La relativa facilidad con la que los tunecinos se han quitado de en medio a su dictador, y la velocidad con la que Egipto, y tal vez Yemen, parecen ir por la misma senda, bien puede enviar un mensaje a los palestinos de que ni las fuerzas de seguridad de Israel ni las de la AP son tan indomables como parecen. De hecho, la "disuasión" de Israel ya se llevó un buen batacazo por su incapacidad para derrotar a Hizbulá en Líbano en 2006, y a Hamas en Gaza durante los ataques del invierno de 2008-09.

En cuanto a la AP de Abbas, nunca se ha gastado tanto dinero de donantes internacionales en una fuerza de seguridad con resultados tan pobres. El secreto a voces es que sin la ocupación militar israelí de Cisjordania y el asedio a Gaza (con la ayuda del régimen de Mubarak), Abbas y su guardia pretoriana habrían caído hace mucho tiempo. Edificando sobre los cimientos de un fraudulento proceso de paz, Estados Unidos, la UE e Israel, con el apoyo de decrépitos regímenes árabes ahora amenazados por sus propios pueblos, han construido una casa palestina de naipes que es poco probable que permanezca en pie mucho tiempo.

Esta vez, el mensaje puede ser que la respuesta ya no es más resistencia militar sino más poder del pueblo y un mayor énfasis en las protestas populares. Hoy, los palestinos forman por lo menos la mitad de la población de la Palestina histórica —Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza juntos. Si se levantan colectivamente para exigir igualdad de derechos, ¿qué podría hacer Israel para detenerlos? La violencia brutal de Israel y su fuerza letal no ha frenado las manifestaciones regulares en los pueblos de Cisjordania incluidos Belén y Beit Ommar.

Israel debe temer que si responde a cualquier levantamiento amplio con brutalidad, su ya precario respaldo internacional podría comenzar a evaporarse tan rápidamente como el de Mubarak. El régimen de Mubarak, al parecer, está experimentando una rápida "deslegitimación". Los dirigentes israelíes han dejado claro que esta implosión de apoyo internacional les da más miedo que cualquier amenaza militar externa. Según se desplaza el poder a los pueblos árabes y se aleja de sus regímenes, puede que los gobiernos árabes no puedan seguir tan callados y cómplices como lo han sido durante años desde que Israel oprime a los palestinos.

En cuanto a Jordania, el cambio ya está en marcha. Presencié una protesta de miles de personas en el centro de Amán ayer. Esas protestas bien organizadas y pacíficas, convocadas por una coalición de partidos de la oposición islamistas y de izquierdistas, se vienen celebrando ya desde hace varias semanas en ciudades de todo el país. Los manifestantes exigen la dimisión del gobierno del primer ministro, Samir al-Rifai, la disolución del Parlamento elegido en lo que se considera por la mayoría las fraudulentas elecciones de noviembre, nuevas elecciones libres sobre la base de leyes democráticas, justicia económica, fin de la corrupción y cancelación del tratado de paz con Israel. Se produjeron importantes manifestaciones de solidaridad con el pueblo de Egipto.

Ninguno de los partidos presentes en la manifestación hizo llamamientos para que se lleven a cabo en Jordania el tipo de revoluciones que han tenido lugar en Túnez y Egipto, y no hay razón para creer que un acontecimiento así se produzca de manera inminente. Pero las consignas que se oían en las protestas no tienen precedentes en su audacia y en su desafío directo a la autoridad. Cualquier gobierno que sea más receptivo a los deseos del pueblo tendrá que revisar su relación con Israel y con Estados Unidos. 

Sólo una cosa es segura hoy en día: pase lo que pase en la región, las voces del pueblo ya no pueden ser ignoradas.

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Notas:

1. En "Sin Egipto, Israel se quedará sin amigos en Oriente Próximo", 29 de enero de 2011
http://www.haaretz.com/news/diplomacy-defense/without-egypt-israel-will-be-left-with-no-friends-in-mideast-1.339926

2. http://electronicintifada.net/v2/article11756.shtml

Traducción para Rebelión de Loles Oliván

Ha comenzado la revolución árabe que derribará la ocupación de Palestina

Las masas de Egipto no serán aliadas de Israel
Gideon Levy, Haaretz (1)


Hace tres o cuatro días, Egipto estaba aún en nuestras manos. La miríada de expertos, incluido nuestro principal experto en asuntos egipcios Benjamin Ben-Eliezer, dijo que "todo está bajo control", que El Cairo no es de Túnez y que Mubarak es fuerte. Ben-Eliezer dijo que había hablado por teléfono con un alto funcionario egipcio, quien le había asegurado que no había nada de qué preocuparse. Puede usted confiar en Fuad y Hosni, ambos a punto de ingresar en la categoría de ex.

La noche del viernes todo cambió. Resultó que las estimaciones de la inteligencia israelí, que estaban siendo repetidas hasta la saciedad por los analistas de la corte, volvían a ser… bueno, no precisamente el epítome de la exactitud. El pueblo de Egipto tenía algo que decir y el descaro de no avenirse a los deseos israelíes. Un instante antes de que el destino de Mubarak quede sellado ha llegado el momento de que Israel sacar sus conclusiones.

Lo que ocurre en Egipto no es una plaga tenebrosa, sino un rayo de luz en el Nilo. El fin de un régimen apuntalado por las bayonetas es algo que está anunciado. Puede durar años, y la caída a veces llega en el momento menos esperado, pero al final sucederá. No sólo de Damasco y Ammán, Trípoli y Rabat, Teherán Pyongyang: Ramallah y Gaza también van a sentir las ondas de choque.

La hipócrita y santurrona división que hacen los EEUU y Occidente entre los países pertenecientes al "eje del mal" y los países "moderados" se ha derrumbado. Si existe un eje del mal, entonces ese eje aglutina a todos los regímenes no democráticos, incluyendo a los "moderados", "estables" y "pro-occidentales". Egipto hoy, mañana Palestina. Ayer Túnez, mañana Gaza.

No sólo están destinados a caer el régimen de Fatah en Ramallah y el régimen de Hamas en Gaza, sino que quizás un día también caiga la ocupación israelí, que indudablemente reúne todos los requisitos de tiranía criminal y de régimen malvado. También la ocupación israelí se sostiene exclusivamente por la fuerza de las armas. También ella es odiada por todos los estratos del pueblo al que oprime, aunque éste se halle indefenso, desorganizado y sin recursos frente a un ejército poderoso. Esta es la primera conclusión: es mejor acabar bien, con acuerdos basados en la justicia y no en el poder, antes de que las masas tomen la palabra y consigan desterrar las tinieblas por su propia mano.

Una segunda conclusión, no menos importante: las alianzas selladas con regímenes impopulares pueden colapsar de un día para otro. Mientras que las masas egipcias y de todo el mundo árabe sigan viendo las imágenes de tiranía y violencia de los territorios ocupados, Israel no podrá ser aceptada, por mucho que resulte aceptable para un puñado de regímenes.

El régimen egipcio se convirtió en aliado de la ocupación israelí. El asedio conjunto de Gaza es una prueba irrefutable de ello. Al pueblo egipcio no le gustó. A los egipcios nunca les gustó el acuerdo de paz con Israel por el que Israel se comprometió a "respetar los derechos legítimos del pueblo palestino" y que nunca cumplió. En lugar de eso, lo que el pueblo de Egipto vio fueron las imágenes de la Operación Plomo Fundido.

Para ser aceptado en la región no es suficiente tener un puñado de embajadas. Tiene que haber también embajadas de buena voluntad, una imagen justa y un Estado que no sea un ocupante. Israel tiene que abrirse camino hasta el corazón de los pueblos árabes, que nunca aceptará la continua represión de sus hermanos, aunque sus ministros de inteligencia sigan cooperando con Israel.

Si hay algo que comparten todas las facciones de la oposición egipcia es su odio cerval a Israel. Ahora sus representantes van a tomar el poder e Israel se va a encontrar en una situación difícil. Tampoco va a quedar nada del éxito virtual del que Netanyahu alardeaba tan a menudo: la alianza con los regímenes árabes “moderados” en contra de Irán. Una verdadera alianza con Egipto y sus Estados hermanos sólo puede basarse en el fin de la ocupación, como desea el pueblo egipcio, y no en un enemigo común, como interesa al régimen.

Las masas del pueblo egipcio -por favor, no lo olviden: todos sus sectores- han tomado su destino en sus manos. Hay algo impresionante y exultante en ello. Ningún poder, ni siquiera el de Mubarak, que tanto le gusta a Ben-Eliezer, puede vencerlas. En Washington ya se ha comprendido la gravedad del momento y se han apresurado a disociarse de Mubarak para hallar gracia ante los ojos de su pueblo. Eso mismo ocurrirá tarde o temprano en Jerusalén.

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(1) http://www.haaretz.com/misc/article-print-page/the-egyptian-masses-won-t-play-ally-to-israel-1.340080?trailingPath=2.169,2.225,2.227,

Traducido para Rebelión por LB

Viñeta: Mr FISH

¿Quién está saqueando Egipto?

Mónica G. Prieto
Periodismo Humano, 31.01.11

Ciudadanos, activistas y periodistas temen que el régimen de Mubarak haya encargado a delincuentes comunes y agentes de policía promover el caos para justificar la represión de las protestas

Más de 5.000 presos convictos han escapado de las prisiones, abandonadas por sus guardas, en lo que muchos ven la complicidad del Gobierno

Los egipcios se organizan en patrullas ciudadanas para defenderse de los vándalos



De las muchas imágenes sobrecogedoras que se han visto este fin de semana en Egipto, destaca una especialmente simbólica: las vitrinas del Museo Nacional, que alberga tesoros faraónicos de valor incalculable y atrae a millones de turistas cada año, destrozadas: dos momias dañadas, un sarcófago ultrajado, piezas de oro de miles de años de antigüedad por los suelos... Acto seguido, agentes de las fuerzas especiales egipcias tomando posiciones, fusil de asalto en mano, en el interior del emblemático edificio.

El mensaje está claro: la revolución popular que pide la cabeza de Hosni Mubarak ha desembocado en saqueos en los que nada ni nadie está a salvo; las fuerzas de Seguridad pueden devolver la normalidad. O lo que es lo mismo: El Cairo 2011 no será Bagdad 2003, cuando los saqueadores destrozaron y robaron sus tesoros, herencia de toda la humanidad. Y parece que no lo ha sido porque en El Cairo no ha informado de la desaparición de piezas, lo que da pie a una pregunta razonable: ¿quién está promoviendo la anarquía en Egipto?

Horas después de que el primer toque de queda entrara en vigor, en la noche del histórico viernes 27, comenzó el caos. Bandas de delincuentes asaltaron edificios oficiales pero también supermercados, viviendas particulares, automóviles... Ni rastro de la policía, cuya presencia había sido sustituida en la calle por los tanques: el ejército se desplegaba para asegurarse de que se respetara el toque de queda y las calles se vaciaran pero sólo se han ocupado de defender inmuebles oficiales, no intereses particulares.

Es el motivo por el que los criminales que tratan de sumir al país en la anarquía no han encontrado obstáculos. Los primeros saqueos, grabados por Al Jazeera, conmovieron a los manifestantes, que vieron como su legítima causa corría el riesgo de ser manipulada por los acontecimientos. "Los manifestantes que han salido a las calles a pedir libertades y que lo están pasando mal por el bien del país DEFINITIVAMENTE no están saqueando. La cosa está fea pero no tan fea como pensáis. Hay saqueos pero no tan extendidos como apuntan los rumores", defendía ElShaheed, administrador del grupo de Facebook Todos Somos Khaled Said, uno de los más destacados promotores de las protestas.

Era aún temprano: voluntarios civiles se acercaron al Museo, en plena Plaza Tahrir, y formaron una cadena humana para proteger el edificio de los criminales. De madrugada, no pudieron repeler un ataque destinado a sembrar el caos, según el responsable del Departamento de Antigüedades egipcio. "Los buenos egipcios y los policías de turismo [que suelen guardar el edificio] han podido evitar que entren en los sótanos, pero no que entren en el museo", explicaba ante las cámaras Zahi Hawass, que acudió al Museo Nacional a la mañana siguiente para evaluar los daños.

[Un grupo de ciudadanos egipcios vigila el centro comercial Arcadia tras sufrir varios saqueos. El Cairo, Enero, 2001 (Lefteris Pitarakis / AP Photo)]

A esas alturas, la policía se había esfumado de las calles y el crimen se disparaba. Tampoco los bomberos aparecían para apagar las llamas de la sede del partido de Mubarak y otros edificios en llamas. Según los testimonios sobre el terreno que recogía ElShaheed, algunos agentes del régimen, que en estas tres décadas se han caracterizado por su afición por la arbitrariedad y las torturas y por su impunidad, se habían quitado el uniforme para acometer tareas muy diferentes.

"Numerosas informaciones de la gente sobre el terreno confirman que la policía egipcia, junto a los habituales vándalos y delincuentes convictos, está saqueando y robando coches y provocando tanta destrucción como puede. El plan es causar tanto caos y destrucción como sea posible, atribuírselo a los millones de manifestantes y usarlo como excusa para atacarles". En otro mensaje dejado al grupo, ElShaheed insistía en su argumento. "Los que están saqueando son en su mayoría, agentes policiales y gubernamentales, policía secreta y miembros de la seguridad. Ellos saben que sus días de corrupción han terminado y tratan de sacar algo de todo esto. El Gobierno egipcio siempre ha usado vándalos y gánsteres en las elecciones para atacar a sus detractores. [Junto a ellos actúan] ladrones y criminales que se aprovechan del vacío creado por la retirada de la policía, y aqueélos que se han escapado de las comisarías".

El argumento de ElShaheed es compartido por los egipcios, a juzgar por las declaraciones recogidas por las agencias internacionales y por las informaciones publicadas por el diario independiente Al Masri Al Yaoum, que sigue manteniendo su edición online a pesar del apagón cibernético impuesto por el régimen.

"Los vándalos que saquean barrios residenciales e intimidan civiles están contratados por el Gobierno, según los testimonios [...] "Están siendo enviados por el Gobierno, los sacan de prisión y les dice que nos roben", dice Namir Nashaat, un residente [...] "Cuando les cazamos, responden que los envía el Ministerio del Interior", escribe el rotativo. "El gobierno está dejando marchar a los convictos, los saca de prisión. Todos lo sabemos en el vecindario", decía otro testigo. "El Gobierno quiere dar la impresión de que éste es un levantamiento de delincuentes, y no es el caso. Aquí el único criminal es el Gobierno", explicaba al rotativo Khalil Fathy, alguien identificado como un periodista local.

También los corresponsales de Al Yazeera se hacían eco de la presunta implicación de los agentes de seguridad. "La policía se ha evaporado, no está presente en las calles. Hay informaciones de que la policía está involucrada en los saqueos", confirmaba Ayman Mohyeldin, uno de sus más destacados reporteros. "Los militares piden a los ciudadanos que defiendan sus propiedades. No hay presencia de soldados de uniforme en las calles", decía en otro comentario en su cuenta Twitter.

Los ciudadanos lo hicieron. Se han organizado en legan sha’beya, comités públicos formados por vecinos jóvenes armados con palos y cuchillos que bloquean las calles con neumáticos y otros obstáculos y registran los vehículos antes de dejarles partir. "La gente de cada rincón y cada zona de El Cairo se está organizando para autoprotegerse. Están deteniendo a ladrones y vándalos y entregándoselos al ejército. No son perfectos pero funcionan bien. La gente siente una enorme sensación de armonía y unidad. Lo que no te destroza, te hace más fuerte", continuaba ElShaheed.

Otra de las informadoras de la cadena qatarí salió a la calle para observar cómo actuaban esos comités ciudadanos: una decena de jóvenes en camiseta y con precarias varas de madera que se acercaban a cada coche para examinar su interior e interrogar a su conductor sobre su destino. "Los comités están examinando todos los coches (implementan el toque de queda ellos mismos) y si encuentran miembros de la policía en su interior realizan un arresto ciudadano y los interrogan. La policía es ahora el sospechoso habitual. Es realmente extraño que por meses hayamos dedicado esta página a la brutalidad policial ahora hablemos de ciudadanos arrestando a policías criminales".

Al margen de su presunta implicación, lo cierto es que ayer se informó del abandono, por parte de los guardianes, de cuatro prisiones situadas al norte de El Cairo dejando en libertad a 5.000 delincuentes peligrosos, lo que hace temer el escenario vivido en Bagdad tras la invasión, cuando los criminales recién huidos participaron en saqueos y asesinatos generando una anarquía sin precedentes.

En el caso egipcio, las sospechas constituyen una amarga ironía histórica. La protesta que dio origen a la revolución social que vive el país fue convocada el martes 25 de enero, el Día de la Policía, una festividad nacional que conmemora los acontecimientos del mismo día del año 1952. Se trata de la Batalla de Ismailiya, un orgullo patrio, cuando los agentes egipcios se levantaron en armas contra los invasores británicos en esa ciudad: los enfrentamientos duraron seis horas y se cobraron las vidas de 40 británicos. Mucho ha cambiado desde entonces. "[Los niños de] mi generación recibían como regalo en su cumpleaños un uniforme de policía, querían ser policías de mayores. Ahora cualquier ciudadano de a pie se cambia de acera para no cruzarse con un policía. Saben que incluso si no han hecho nada malo los policías actúan con total impunidad", explicaba al diario Al Masri Al Yaum Hossam Bahgat, defensor de los derechos humanos.

Ese es el motivo por el que muchos sospechan que tras los saqueos y las 3.600 detenciones anunciadas por las fuerzas de seguridad egipcias se esconde una simple campaña de imagen para que los ciudadanos les echen de menos y desde fuera se vea a los manifestantes como vándalos, una forma de justificar una eventual represión. Incluso varios miembros de los Hermanos Musulmanes han sido acusados de participar en los saqueos. Hoy vuelve la policía de uniforme a las calles egipcias. Muchos tiemblan ante su regreso.

lunes, 31 de enero de 2011

¿"Quién podrá contener al que conoce su condición"?

Con paso firme se pasea hoy la injusticia
Los opresores se disponen a dominar otros diez mil años más.

La violencia garantiza: "Todo seguirá igual".
No se oye otra voz que la de los dominadores,
y en el mercado grita la explotación: "Ahora es cuando empiezo".

Y entre los oprimidos, muchos dicen ahora:
"Jamás se logrará lo que queremos".

Quien aún esté vivo no diga "jamás".
Lo firme no es firme.
Todo no seguirá igual.
Cuando hayan hablado los que dominan,
hablarán los dominados.

¿Quién puede atreverse a decir "jamás"?
¿De quién depende que siga la opresión? De nosotros.
¿De quién que se acabe? De nosotros también.

¡Que se levante aquel que está abatido!
¡Aquel que está perdido, que combata!
¿Quién podrá contener al que conoce su condición?

Pues los vencidos de hoy son los vencedores de mañana
y el jamás se convierte en hoy mismo.

Bertolt Brecht, Loa a la dialéctica, 1932


Poder popular! - Egipto Enero 2011





... y Egipto





"Pero la más hermosa de todas las dudas
es cuando los débiles y desalentados levantan su cabeza
y dejan de creer
en la fuerza de sus opresores"


Bertolt Brecht, Loa de la duda


La antorcha que incendió Túnez...


Mohamed Bouazid