16-10-2009
Editorial del diario árabe Al-Quds al Arabi
El movimiento Fatah entregó ayer a las autoridades egipcias una copia firmada del documento de reconciliación mientras que Hamás se aplica a estudiarlo y no accederá a firmarlo bajo presiones.
Si Hamás demora su decisión (y así parece, ya que según las autoridades egipcias el documento debe estar firmado al final del día de hoy, jueves) dejará a dichas autoridades en una situación muy embarazosa y podría pulverizar los esfuerzos de reconciliación desplegados durante al menos los últimos seis meses.
El documento de reconciliación palestina es un documento minado. Convierte al presidente palestino Mahmud Abbas en la autoridad definitiva de la comisión de seguimiento que supervisará su aplicación e ilegaliza cualquier formación militar fuera del marco de los aparatos de seguridad de la Autoridad, una señal clara para las facciones de la resistencia y para Hamás y la Yihad Islámica en concreto, lo que ha despertado las dudas de estas facciones hacia dicho documento.
El movimiento Hamás pidió la posposición de la firma del documento después de que estallara el escándalo de la retirada por parte de la Autoridad Palestina de la decisión de votar el informe Goldstone ante el Consejo de Derechos Humanos. Hamás quería una aclaración a la vista de que las referencias a Israel como enemigo eran ambiguas en el documento y en ninguna parte de éste se hacía referencia a Israel como Estado ocupante que roba la tierra, judaíza Jerusalén y construye asentamientos.
Lo que podemos leer entre líneas en este documento de reconciliación es un intento de acabar con los movimientos de resistencia y de devolver a la Franja de Gaza a «un proceso de paz económica» acelerado que ya está en marcha en Cisjordania bajo la supervisión del general Keith Dayton y de Tony Blair y con la ayuda de la Autoridad de Ramala.
Está claro que Israel quiere conseguir este objetivo por vía indirecta y a través del documento de reconciliación después de no haberlo logrado por medio de la ofensiva armada contra Gaza.
La reconciliación palestina debe erigirse sobre la plataforma de la resistencia y el enfrentamiento a la ocupación, no sobre la plataforma de la convivencia con ella ni facilitando la misión de la colonización, la judaización de Israel y la eliminación de los principios nacionales, el más destacado de los cuales es el derecho de retorno.
El presidente palestino Mahmud Abbas no vale como referente para ningún esfuerzo de reconciliación palestina tras los graves errores que acaba de cometer y entre los que destacan el escándalo del informe Goldstone, la vuelta a la mesa de negociaciones en Washington y el apretón de manos a Benjamin Netanyahu y a su titular de Exteriores, Avigdor Lieberman, sin cumplirse la condición de la congelación de los asentamientos. El gobierno israelí sigue con los asentamientos y con todo tipo de chantajes para impedir que se debata el informe Goldstone en los círculos internacionales. Hay que hacer frente a ello con un documento palestino que confirme el cierre de filas en torno a la opción de la resistencia en todas sus formas y que haga cesar todo lo que se dice sobre la paz y las negociaciones. Por ello, no creemos que el documento egipcio de reconciliación responda a este objetivo fundamental y legítimo.
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Artículo traducido del árabe por Al Fanar Traductores en www.boletin.org
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa de Al Fanar Traductores, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Fuente: Rebelión
-Viñeta del artista palestino Majed Badra
Los cucos ponen los huevos en los nidos de otros pájaros.
Palestina Ocupada
Cuando eclosionan, la cría -tres veces más grande que los otros-
los expulsa del nido o los mata de hambre.
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