Por Gideon Levy - Haaretz
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¿Vieron el discurso de Tzipi Livni en la Knesset la semana pasada? Fue el mejor espectáculo de la ciudad. Estuvo excelente. Afilada como una navaja, segura de sí misma, elocuente, refinada, ingeniosa y francamente venenosa. La jefa de la oposición se ha mostrado como una excelente oradora en sus últimas apariciones. "El salto es peor que el batacazo" y "Sé un hombre y ríndete" - todo el que esté dispuesto a atacar sin piedad al primer ministro usaría sus ocurrencias, llamándole por su apodo "Bibi", cuando simulaba no escucharla. Hizo saltar la imaginación: ¿Qué habría ocurrido si Livni hubiera formado una coalición? Bueno, la situación sería aún peor.
Si Livni fuera primer ministro, habría por supuesto viajado a Washington, al igual que lo hizo Benjamin Netanyahu, pero habría regresado a casa en un halo de gloria y éxito. Barack Obama y su invitada habrían resurgido de su reunión sonriendo y abrazando para hablarle a los reporteros de la palpable "química" existente entre ellos. Dos estados para dos pueblos, el fin de la ocupación, habrían recitado. Dos líderes jóvenes, frescos y prometedores haciendo el viaje juntos, por causa del destino.
Ya en Israel, Livni habría invitado inmediatamente a Mahmoud Abbas para renovar las negociaciones, y él habría consentido felizmente. Una vez por semana, tal vez cada dos semanas, se reunirían en la residencia del Primer Ministro para sesiones vis-a-vis, y la química no conocería límites. Él habría anotado alguna frase poética en el libro de visitas, ella le acogería de modo hospitalario y con respeto. Livni, después de todo, es una conversadora agradable. Pregúntenle a Abu Ala - el jefe negociador de la Autoridad Palestina Ahmed Qureia.
En el lado positivo, el "proceso de paz" sería relanzado una vez más. Obama aliviaría la presión sobre Israel para desmantelar los outposts,(1) y congelaría la construcción de asentamientos porque tenemos un fructífero proceso de negociación que ha visto un éxito sin precedentes; sencillamente no hay necesidad de intervenir demasiado.
Incluso Europa sería agradable con un primer ministro que dice las cosas que a los europeos les encanta escuchar, justamente igual que su predecesor, Ehud Olmert, el hombre que aprobaron después de dos guerras inútiles. Los colonos - esos desposeídos Cosacos nuestros - gritarían por la injusticia, porque siempre gritan por la injusticia. De vez en cuando, colocarían otra casa móvil y prepararían otra carretera, porque ¡diablos!, ¿a quién le importa? Los acuerdos-estante están a punto de ser firmados y el estante está a punto de apilar acuerdos. La paz está a mano.
Livni aplazaría ostensiblemente las conversaciones con Siria; no es el momento para dos negociaciones paralelas. El presidente Bashar Assad puede seguir hablando de paz y esperar por George W. Bush. No tenemos tiempo para él. Y, por supuesto, no hay nada de que hablar sobre la hora de inicio de negociaciones con Hamas. El levantamiento del asedio a Gaza ni siquiera se tomaría en consideración. Eso probablemente perjudicaría las negociaciones con Abbas, diría Livni a sus interlocutores.
Ella, también, habría clamado infierno y furia amenazando a Irán, aunque mucho menos que Netanyahu - porque ésta es su razón de ser. En Cisjordania, el ministro de Defensa de Livni, Shaul Mofaz, habría continuado con la única tarea que conoce: liquidaciones, liquidaciones, liquidaciones. América nos habría dado un pase aquí también, porque las negociaciones irían a toda marcha. Los periodistas informarían sobre progresos significativos.
Pasaría un año, tal vez dos. Son, después de todo, negociaciones "complejas" que no tienen igual. Cada cierto tiempo habría una mini-crisis sobre Jerusalén o sobre el derecho de retorno. Habría un ocasional estallido de violencia, que los americanos, se ocuparían de apagar de inmediato. Pero este coro - las negociaciones - no debe detenerse. La empresa colonial seguirá floreciendo, y las vidas de los palestinos seguirán como estaban: Muerte, destrucción, puestos de control, detenciones, desempleo y humillación.
Todo esto acabaría en llanto. Tiempo más precioso que el oro se desperdicia para nada. Livni no habría tomado ninguna medida tangible - ninguna evacuación de asentamientos, ninguna liberación de presos, ningún levantamiento del asedio y ninguna reconstrucción de Gaza, asuntos todos que son mucho más importantes que cualquier declaración de negociaciones. En contraste con la época de Netanyahu, los EEUU y el mundo habrían permitido una vez más que esta mascarada tuviera lugar. Incluso habrían tomado parte.
Afortunadamente, no fue elegida Livni. Es cierto que con ella las cosas habrían sido mucho más agradables, pero sería un agrado engañoso. Con Netanyahu y con el ministro de exteriores Avigdor Lieberman, el mundo puede despertar y acabar con los juegos malabares. Quién sabe, tal vez algunos israelíes seguirían su ejemplo y se despertarían también.
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(1) - colonias pequeñas de avanzadilla que hacen de punta de lanza para crear otras mayores, o para ampliar las existentes. Suelen montarlas con elementos modulares, o con auto-caravanas.
domingo, 31 de mayo de 2009
¿Qué pasaría si Tzipi Livni fuese primer ministro de Israel?
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