lunes, 5 de enero de 2009

El Levantamiento del Gueto de Gaza

Joseph Massad*, The Electronic Intifada, 4 Enero 2009


Tropas nazis haciendo una redada de judíos polacos durante el levantamiento del gueto de Varsovia en Mayo de 1943 (fotógrafo desconocido)


Uno a veces se queda desconcertado por las ironías de las relaciones internacionales y las alianzas que fomentan. Tomemos por ejemplo el asentamiento colonial israelí que había declarado la guerra al pueblo Palestino y varios países árabes desde su creación mientras al mismo tiempo construyó alianzas con muchos regímenes árabes y con dirigentes palestinos.

Aunque las relaciones entre Hachemitas-sionistas e Iglesia Maronita-sionistas siempre han sido conocidas y documentadas, no ha habido suficiente documentación de los servicios que Israel ha proporcionado y sigue proporcionando a los regímenes árabes durante décadas. Ahora se reconoce que la invasión israelí de Egipto 1967 estaba destinada a destruir con éxito a Gamal Abdul Nasser, el enemigo de todos los regímenes dictatoriales árabes aliados de EEUU, a quien EEUU y antes que ellos Gran Bretaña y Francia habían tratado de derrocar desde la década de los 1950, pero fracasaron. Israel, por tanto, prestó un gran servicio a las monarquías árabes (y a algunas repúblicas) desde "el océano hasta el Golfo", cuya supervivencia se veía amenazada por Nasser y el Nasserismo. La posterior intervención de Israel en Jordania en 1970 para ayudar al ejército jordano a destruir las milicias de la Organización de Liberación de Palestina (OLP), y el aplastamiento final de dicha organización en su masivas invasiones de Líbano en 1978 y 1982 también fueron importantes servicios prestados a los mismos regímenes amenazados por el potencial "revolucionario" de la OLP y sus, a veces, recalcitrantes posiciones. El espionaje israelí también ha proporcionado durante décadas información esencial a varios regímenes árabes que les permitió aplastar a su oposición política y consolidar su régimen dictatorial. Ejemplos destacados entre los receptores de la generosidad del espionaje israelí son las dictaduras de Marruecos y de Omán .

Los servicios de Israel a los regímenes árabes siguen a buen ritmo. Su invasión del Líbano en 2006 diseñada para destruir a Hezbolá, fue vitoreada por los regímenes árabes y los intelectuales neoliberales árabes hostiles a Hezbolá y contratados en exclusiva por los medios de comunicación sauditas. Aunque la masiva destrucción de Israel del sur del Líbano y del sur de Beirut y las matanzas de más de mil libaneses fortalecieron a Hezbolá y debilitaron la posición militar de Israel, la invasión fue muy apreciada por los aliados árabes de Israel. De hecho desde 2006, los regímenes árabes aliados de Israel, así como los intelectuales neoliberales árabes han estado pidiéndole abiertamente que neutralizara la denominada "amenaza" iraní, por su propio bien, y asimismo a sus instancias. Los EEUU han visto esto como un momento oportuno para integrar plenamente a Israel en la región, tanto es así que señaló a sus aliados del Golfo que hicieran propuestas para una nueva alianza regional que acogiera a Israel en su seno. El ministro de Relaciones Exteriores de Bahrein propuso hace unas semanas que Israel se uniera a la Liga Árabe. Muchas de estas propuestas ya han tomado forma en los últimos meses para dar la bienvenida al asentamiento colonial de cara a la alianza regional contra Irán.

Desde el 2006, los regímenes árabes, intelectuales árabes neoliberales, así como la colaboracionista Autoridad Palestina (CAP) de Ramallah han llegado al entendimiento de que sólo Israel será capaz de salvarlos de Hezbolá y Hamas, ambas organizaciones constituyen una amenaza a la alianza abierta que los regímenes árabes mantienen con EEUU e Israel frente a Irán y todas las fuerzas progresistas de la región. Estas no fueron expectativas secretas y celosamente guardadas, sino estrategias que se discutieron abiertamente en reuniones privadas, que a menudo transcendieron a la esfera pública. Los debates en los medios de comunicación árabes y las declaraciones hechas por funcionarios israelíes en el contexto de las actuales masacres israelíes contra millón y medio de palestinos en Gaza durante los últimos 10 días han dejado poco a la imaginación. Existe ahora una verdadera alianza abierta entre la colaboracionista Autoridad Palestina, los regímenes árabes, e Israel con el apoyo de los intelectuales árabes neoliberales, en la que Israel está subcontratado para diezmar al gobierno de Hamas - el único gobierno elegido democráticamente en todo el mundo árabe.

Aquí debemos recordar que Hamas fue elegido democráticamente en elecciones libres y que sus dirigentes electos y miembros del parlamento fueron secuestrados por la ocupación israelí y han estado languideciendo en cárceles israelíes desde hace años, y que la colaboracionista Autoridad Palestina incendió sus oficinas, montó huelgas en contra de ellos, e instruyó a los funcionarios de la CAP que no obedecieran sus órdenes. Después de que todo ello resultó inútil para desalojar a Hamas del poder los EEUU, Israel y la CAP organizaron un golpe para masacrar a los líderes de Hamas en Gaza, pero les salió el tiro por la culata. La carnicería desencadenada por Israel en los últimos 10 días es el último intento por parte de Israel para garantizar que todos los árabes y todos los palestinos estén gobernados por dictadores y no por candidatos elegidos democráticamente.

Muchos se preguntan cómo es que los regímenes árabes y la CAP pueden ser tan descarados en su "traición" a los palestinos. "¿No tienen miedo de ser derrocados por el pueblo?" es una pregunta reiterada. La respuesta, por supuesto, es un rotundo "no". Es cierto que la colaboración con Israel por parte de los regímenes árabes no es nueva, y que lo que es nuevo es tan sólo su apertura sobre ello, pero hay una buena razón para esto. En las décadas de los 1940 y 1950, estos regímenes no podían declarar abiertamente su alianza con Israel, porque había fuerzas populares e internacionales que los habrían sacado del poder de haberlo dicho. De hecho, algunos en aquellos momentos coquetearon con alianzas que extraoficialmente incluían a Israel, como el Pacto de Bagdad, pero pagaron un alto precio por esa colaboración. La guerra fría, los movimientos revolucionarios del Tercer Mundo, el nacionalismo árabe, la Unión Soviética, China, Nasser, eran todos factores a considerar. Aunque algunos de estos factores existían cuando Sadat de Egipto declaró su alianza abierta con EEUU e Israel en la década de los 1970, ninguno de estos factores sigue vigente hoy en día. Los EEUU, Israel, y sus principales aliados árabes han neutralizado estas fuerzas, una por una desde 1967, abriendo el camino para esta descarada alianza entre Israel y las dictaduras árabes, todos los cuales están al servicio de los intereses de EEUU en la región. Estos regímenes árabes gobiernan por medio del terror y el miedo y tienen a su disposición la mejor policía secreta y el mejor aparato represor de seguridad que los EEUU puedan entrenar y equipar, y que el dinero del petróleo y la ayuda estadounidense pueda comprar.

Cuando el presentador de Al-Jazeera preguntó directamente a la Ministra de Exteriores israelí Tzipi Livni si Israel tenía un acuerdo con los regímenes árabes para cometer las matanzas de Gaza, se negó a responder y, finalmente, negó que tal acuerdo existiera, pero no pudo evitar afirmar que hay algunas personas en el mundo árabe que "piensan" como Israel y que Hamas es su enemigo, al igual que es enemigo de Israel. Esta es, por cierto, la misma Tzipi Livni, que hace sólo unas semanas informó a los ciudadanos palestinos de Israel que había programado su desnacionalización y su deportación a los Bantustanes Palestinos una vez que Israel y la comunidad internacional concedan a estas cárceles de Cisjordania el estatus de estado independiente palestino cercado por el muro del apartheid. Después de que comenzó su guerra contra los palestinos de Gaza la semana pasada, Livni declaró que su guerra contra el pueblo palestino no sólo tiene que ver con la seguridad, sino también con los "valores" de Israel que los palestinos no colaboracionistas (a diferencia de la CAP) no comparten. Livni, desde luego, tiene razón. A diferencia de Livni y de los dirigentes israelíes, cuyos ideales y planes de limpieza étnica tienen por objeto hacer de Israel un estado judío puro que esté Palästinenser-rein, la mayoría de los palestinos creen que deben continuar permaneciendo en sus tierras aunque y sobre todo si esto empaña la pureza de un Israel judío.

Livni también ha afirmado que los valores de Israel son compartidos por el "mundo libre" y por los regímenes árabes no libres que son aliados del "mundo libre". Podemos añadir, que sus valores también son compartidos por los intelectuales neoliberales árabes financiados por el régimen Saudita y por la dirección de la colaboracionista Autoridad Palestina instalada en la Zona Verde de Ramallah. Los valores civilizados de Israel no se diferencian de los adoptados por EEUU en sus guerras contra árabes y musulmanes, y son muy similares a los valores coloniales europeos durante la época dorada del colonialismo y más allá. Livni y los dirigentes israelíes hablan de derechos humanos, democracia, paz y la justicia universal, mientras que sólo los aplican a los judíos y se los deniegan a los palestinos de modo particular. Esto es apenas una estratagema israelí. Recordemos las inmortales palabras de Frantz Fanon en este sentido: "dejar esta Europa en la que nunca se cansan de hablar del hombre, pero asesinan hombres por todas partes donde los encuentran, en la esquina de cada una de sus propias calles, en todos los rincones del mundo."

En el frente palestino, el 9 de enero acaba el mandato del mayor colaboracionista palestino y líder golpista Mahmoud Abbas. Israel espera prorrogar su mandato colaboracionista como jefe de la CAP creada por el propio Israel mediante los acuerdos de Oslo en 1993. En tanto los palestinos son asesinados y heridos a millares, las potencias mundiales son todo celebraciones. Esto no es ningún descubrimiento. Sucede a menudo en el contexto de otras poblaciones que son asesinadas por aliados de EEUU y Europa, e incluso ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial al tiempo que el genocidio nazi estaba en marcha. El 19 de abril de 1943, Gran Bretaña y los EEUU se reunieron en Bermudas, supuestamente para discutir la situación de los judíos en la Europa ocupada por los nazis. Ese fue también el día en que los nazis iniciaron su guerra contra el resto de judíos en el Gueto de Varsovia, pero se encontraron con una resistencia inesperada y valiente. Poco salió de la Conferencia de Bermudas y la guerra en curso contra el Gueto de Varsovia procedió sin interrupción. La resistencia judía del Gueto de Varsovia ejecutó a los judíos colaboradores de los nazis y se enfrentó con valentía al ejército nazi, con las pocas armas que tenía, antes de ser masacrada. Su levantamiento ha sido siempre fuente de inspiración para los palestinos. En el apogeo de la OLP como símbolo de la liberación de Palestina, la organización colocaba coronas de flores en el monumento del Gueto de Varsovia para honrar a estos héroes judíos caídos.

Szmul Zygielbojm era el líder del partido socialista judío, el Bund, en Polonia y formó parte de la resistencia contra la invasión nazi en 1939. Más tarde caería rehén en manos de los nazis, pero luego fue puesto en libertad y nombrado miembro del consejo de judíos o judenrat, el equivalente Nazi de la colaboracionista Autoridad Palestina creada por Israel, y se le encargó la construcción de un gueto judío en Varsovia. Zygielbojm se opuso a la orden nazi y huyó a Bélgica, Francia, EEUU, y en 1942 terminó en Londres, donde se unió al gobierno polaco en el exilio. El 12 de mayo de 1943, después de enterarse de que la resistencia del Gueto de Varsovia fue finalmente aplastada resultando muertos muchos de sus combatientes, Zygielbojm abrió la llave del gas de su piso de Londres y se suicidó en protesta contra la indiferencia y la inacción de los Aliados ante la difícil situación de los judíos en la Europa ocupada por los Nazis. Asimismo, consideró que no tenía derecho a vivir después de que sus camaradas murieran resistiendo a los Nazis. En su carta de suicidio, Zygielbojm insistió en que aunque los Nazis fueron los responsables del asesinato de los judíos polacos, los Aliados, por su inacción, también fueron culpables:

"Las últimas noticias que nos han llegado de Polonia dejan claro más allá de toda duda que los alemanes están ahora asesinando los últimos remanentes de judíos en Polonia con crueldad desenfrenada. El último acto de esta tragedia se está jugando tras las paredes del gueto.

La responsabilidad por el crimen del asesinato de toda la nacionalidad judía de Polonia recae en primer lugar sobre los que lo están perpetrando, pero indirectamente también recae sobre toda la humanidad, sobre los pueblos de las naciones aliadas y sobre sus gobiernos, que hasta el día de hoy no han tomado ninguna medida efectiva para poner fin a este crimen. Al contemplar pasivamente este asesinato de millones de seres indefensos, de niños torturados, de mujeres y hombres, se han convertido en parte responsable ...

No puedo seguir viviendo y permanecer en silencio mientras el resto de la comunidad judía polaca, de la cual soy representante, está siendo asesinada. Mis compañeros del Gueto de Varsovia cayeron con las armas en las manos en la última batalla heroica. A mí no se me permitió caer como ellos, junto a ellos, pero les pertenezco y pertenezco a su fosa común.

Con mi muerte, deseo expresar mi más profunda protesta contra la pasividad con la que el mundo observa y permite la destrucción del pueblo judío ... "


La colaboracionista Autoridad Palestina que dirige el judenrat montado por Oslo nunca ha intentado resistirse siquiera a las órdenes israelíes. Ni un solo miembro de la alta dirección decidió dimitir y no desempeñar la función. Mahmoud Abbas, después de haber prestado tantos servicios deshonrosos a Israel, carece de la integridad y los nobles principios de Zygielbojm y nunca seguiría los pasos de Zygielbojm.

Mientras tanto, el pueblo palestino resistirá la invasión de los israelíes con todas sus fuerzas y en contra de probabilidades astronómicas. El pueblo palestino, al igual que Zygielbojm antes que él, entiende muy bien que Abbas, su camarilla, los regímenes árabes, EEUU y Europa son todos tan culpables de su masacre como lo es Israel. En el caso de Zygielbojm, culpó a las potencias mundiales por su indiferencia e inacción; en el caso palestino, los poderes mundiales y regionales son co-conspiradores y socios activos en el crimen.

El aplastamiento de la Rebelión del Gueto de Gaza y la matanza de su población indefensa será una tarea relativamente fácil para la gigantesca maquinaria militar israelí y los sádicos líderes políticos de Israel. Mucho más difícil será para Israel y sus aliados árabes hacer frente a las consecuencias de un fortalecimiento de la determinación Palestina de resistirse a Israel. Aunque los miles de muertos y heridos palestinos son las principales víctimas de esta última guerra terrorista de Israel, el principal perdedor político en todo esto será Abbas y su camarilla de colaboradores. La prueba para la resistencia Palestina ahora es seguir negándose a conceder a Israel el derecho de conquistar poblaciones, de robar sus tierras, de destruir sus medios de vida, de encarcelarlos en guetos, y de matarlos de hambre sin resistirse.

La única constante en la vida de los palestinos en el último siglo de atrocidades sionistas ha sido la resistencia al proyecto sionista para borrarlos de la faz de la tierra. Si bien el sionismo buscó y contrató a colaboradores árabes y palestinos desde su creación con la esperanza de aplastar la resistencia palestina, ni Israel ni ninguno de sus colaboradores ha sido capaz de detenerla. La lección que el sionismo se ha negado a aprender, y aún se niega a aprender, es que el anhelo de los palestinos por liberarse del yugo sionista no puede ser extinguido, sin importar cuán bárbaros sean los crímenes de Israel. El Levantamiento del Gueto de Gaza marcará tanto el último capítulo de la resistencia Palestina al colonialismo como la última brutalidad colonial israelí en una región cuyos pueblos no aceptan la legitimidad de un asentamiento colonial racista europeo en medio de ellos.

*Joseph Massad es profesor asociado de política árabe contemporánea e historia intelectual en la Universidad de Columbia en Nueva York.

Fuente: EI

2 comentarios:

Cecilia Hadad dijo...

gracias por darnos tantos datos al detalle porque la guerra sionista también utiliza como arma la desinformación.

lu dijo...

Gracias a ti por visitar este blog, Cecilia.

Modestamente hago lo que puedo, es una obligación moral de estricta justicia.