jueves, 8 de enero de 2009

Pinochet en Palestina

Un artículo del Prof. Joseph Massad, publicado en Al Ahram en Noviembre 2006, que conviene releer (o leer, quienes se lo hayan perdido) - Analiza las semejanzas entre el cambio del régimen en Chile y Palestina y condena la colaboración entre Fatah y los enemigos de Palestina.

Pinochet en Palestina
Joseph Massad*

Antes de que el gobierno de Estados Unidos subcontratara a militares Chilenos para derrocar al gobierno democráticamente elegido de Salvador Allende en 1973, llevó a cabo una serie de misiones importantes en el país como preparación para el golpe del 11 de septiembre. Entre ellas grandes huelgas, especialmente de camioneros, que lisiaron la economía, manifestaciones masivas incluyendo amas de casa y niños de clase media llevando cacerolas y exigiendo comida, purgas de los oficiales del ejército Chileno que se opondrían a la suspensión de la democracia e instauración de un régimen fascista apoyado por EEUU, e importantes campañas mediáticas contra el gobierno con la CIA plantando historias en periódicos como El Mercurio y otros. Esto sucedió en un contexto en el que también el partido comunista y el movimiento izquierdista revolucionario (MIR) criticaron y a veces atacaron al régimen de Allende desde posiciones izquierdistas diversas.

Es importante tener presente el ejemplo Chileno cuando se examina la situación Palestina hoy, porque funciona como una especie de vídeo de entrenamiento para golpes antidemocráticos planeados por EEUU en otras partes del mundo. No sólo están EEUU e Israel respaldando financieramente la preparación manifiesta de un golpe a ejecutar por la alta dirección de Fatah (y en el caso de Israel permitiendo transferencias de armas a la Guardia Pretoriana de Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina [AP]), sino que también lo están los servicios de espionaje de un número países árabes amigos de Israel y de EEUU cuyos servicios de espionaje se han instalado de modo abierto en Ramallah más recientemente, haciendo más ostensible y desvergonzada su antigua e importante implicación, aunque minimizada, en el funcionamiento de los territorios Palestinos. De hecho la "delegación" de espionaje de uno de dichos países árabes ha alquilado un edificio de varios pisos en Ramallah para dirigir allí sus operaciones.

Israel ha ayudado todo lo posible en este esfuerzo secuestrando y arrestando a los miembros de Fatah que se oponen a las políticas colaboracionistas de la alta dirección. En cuanto a la propia dirección, ha purgado periódicamente a los miembros de Fatah que se oponen a sus decisiones, y ha marginado a los de la diáspora que continúan oponiéndose a ellas. Los cabecillas del golpe de Fatah/AP son Abbas y el triunvirato imperante integrado por Mohamed Dahlan, Yasser Abd Rabbo, y Nabil Amr.

Los perfiles de estos tres les hacen adecuados para las tareas a realizar. Dahlan es conocido universalmente como el más corrupto hombre militar de EEUU e Israel sobre el terreno. Abd Rabbo (también conocido como Yasser Abd Yasser, literalmente "Yasser el siervo de Yasser" a causa de su servilismo hacia Arafat) es el arquitecto de los acuerdos de Ginebra, que reconocen como legítimo el derecho de Israel a ser un estado racista judío y rechazan como ilegítimo el derecho de retorno de los refugiados Palestinos. Defendió recientemente la posición israelí al pelearse con el Ministro de Asuntos Exteriores de Qatar y su personal en el transcurso de la visita que estos hicieron a los territorios ocupados.

Amr es el anterior ministro de información de la AP, y anterior compañero visitante del think tank del lobby israelí The Washington Institute for Near East Policy. Es también el que escribe los discursos de Abbas y Dahlan.

Abbas y estos tres se han encargado de lanzar no solamente huelgas masivas con los matones de la seguridad de Fatah a los que han armado para limpiar los territorios en nombre de Israel, y huelgas de los burócratas que integran el personal de los ministerios de la AP, sino que también han forzado a punta de pistola a una enorme cantidad de Palestinos, incluidos maestros y catedráticos, a ponerse en huelga contra Hamás, cuando la mayoría de ellos habían votado por Hamás en primer lugar y rechazaban ir a la huelga. Los Palestinos que han luchado durante décadas para mantener abiertas sus escuelas y universidades contra los draconianos cierres israelíes y la suspensión de la educación Palestina, son ahora forzados por Fatah y sus pistoleros a parar el proceso educativo Palestino con huelgas contra Hamás, y amenazan con disparar contra la gente si rechazan seguir las consignas golpistas de Fatah.

Además, Abbas y el triunvirato de Fatah/AP han organizado manifestaciones en Ramallah de Palestinos de la clase media, incluyendo amas de casa, que sacaron sus cacerolas, en una escena que tomaron prestada del Santiago de 1973, en manifestaciones contra Hamás. La prensa controlada por Fatah, especialmente Al-Ayyam está fomentando una importante campaña de propaganda anti-Hamás como preparación para el golpe, desempeñando así el mismo papel que hizo El Mercurio en Chile. Al-Ayyam es ayudado en sus esfuerzos por la ‘intelligentsia’ secular anti-Hamás Palestina, la mayoría de cuyos miembros está en la nómina de los que financian el proceso de Oslo y sus ONGs. Estos viejos izquierdistas Palestinos, al igual que sus contrapartes en Líbano, son mejor conocidos hoy como la izquierda de la derecha, pues mantienen posiciones de derechas mientras insisten en que son todavía de izquierdas basándose en posiciones que mantuvieron en los años 80 y antes.

El plan es que los dirigentes de Fatah/AP harían todo lo posible para provocar a Hamás para que comenzara la guerra en cuyo punto Fatah, con la ayuda de los servicios de espionaje de países árabes amigos, así como con la asistencia de Israel y de EEUU, aplastaría a Hamás y tomaría el poder. De hecho, la primera acometida fracasada ocurrió cuando el gobierno israelí secuestró a un tercio del gobierno de Hamás, tanto ministros del gabinete como miembros del parlamento, y los metió en cárceles israelíes. Esto no fue suficiente para derrocar a Hamás, y no por falta de la ayuda prestada por Fatah a los ocupantes israelíes. Aparte del incendio inicial del edificio del Consejo Legislativo, los criminales de Fatah también quemaron la oficina del primer ministro, tirotearon su coche, incendiaron varias veces las oficinas de diversos ministerios, acosaron y amenazaron a los ministros y a los parlamentarios de Hamás que Israel no pudo secuestrar y arrestar, rechazaron permitir que funcionaran los ministerios del gobierno, y así sucesivamente. Hamás sin embargo, se mantiene con sabia firmeza en que responderá con la fuerza solamente cuando Fatah lance una guerra total para ejecutar el golpe previsto, pero no antes.

El golpe planeado por Fatah se basa no solo en la popularidad de Hamás y su victoria electoral sino también en la creciente capacidad de Hamás para defenderse contra las fuerzas de Fatah. Si EEUU e Israel armaron a los matones de Fatah bajo la dirección de Arafat para aplastar la primera Intifada Palestina y lo que quedaba de resistencia a la ocupación desde 1994, hoy, Hamás está casi tan bien armada como las fuerzas de Fatah y puede defender los derechos de los Palestinos a resistir contra la ocupación israelí y los bien armados colaboradores Palestinos que ayudan a hacerla cumplir. Aquí es donde hoy la situación se diferencia de modo mensurable de la de mediados de los años 1990. Para descompensar este nuevo equilibrio de fuerzas, el gobierno estadounidense, según el periódico israelí Haaretz, ha estado entrenando en Jericó durante más de un mes a la Guardia Pretoriana de Abbas, con instructores militares americanos, británicos, egipcios, y jordanos, y le está proporcionando armas en preparación para la confrontación con Hamás. El gabinete israelí a su vez ha aprobado recientemente la transferencia de millares de rifles desde Egipto y Jordania a las fuerzas de Abbas. Los israelíes también aprobaron una petición de EEUU para que Israel permitiera que la brigada Badr -parte del Ejército de Liberación Palestino actualmente situado en Jordania- se despliegue en Gaza. Estos pasos han sido concebidos por el general Keith Dayton, coordinador americano de seguridad en los territorios ocupados, que quiere que la brigada Badr funcione como "fuerza de reacción rápida de Abbas en Gaza". Como posible paso para aumentar su papel de seguridad y militar en los territorios ocupados, el gobierno Jordano estableció recientemente un comité jurídico para revisar las provisiones de la decisión de Jordania de "separarse" de Cisjordania anunciada el 31 de julio de 1988, sugiriendo de modo eficaz la posibilidad de una revocación de parte o de todas estas provisiones. Más recientemente, los israelíes intensificaron sus bombardeos y matanzas en Gaza, lo último en Beit Hanoun donde asesinaron a más de 50 palestinos en pocos días.

Mahmoud Abbas y su triunvirato imperante son reticentes por el momento a iniciar una guerra abierta por temor a la reacción adversa del público. Prefieren quitar a Hamás con la imposición de un gobierno de "unidad nacional" que socavaría a Hamás de modo gradual y pacífico. Sin embargo, Abbas y su triunvirato están perdiendo rápidamente la paciencia. De hecho, en una reunión dispuesta precipitadamente por el Comité Central de Fatah, que está en la diáspora, a celebrar en Amman hace tres semanas para ratificar los planes del golpe, miembros del comité se opusieron al golpe de Abbas apoyado por EEUU e Israel, lo que forzó a que Abbas cancelara la reunión aduciendo falsamente como motivo la falta de quórum. Esto habla de la desesperación de Abbas al orquestar el golpe sin la preparación adecuada. De hecho, corre el rumor por todos los territorios ocupados de que los ataques desesperados cometidos recientemente contra iglesias Cristianas Palestinas fueron obra de criminales encubiertos. Los que los enviaron quieren que los Cristianos Palestinos y el mundo en general piensen que habían sido realizados por Hamás en respuesta a las declaraciones racistas del Papa contra el Islam. Hamás condenó debidamente los ataques. En los territorios ocupados pocos creen que Hamás estuviera detrás de ellos y la mayoría sabe que fueron perpetrados por agentes encubiertos.

El plan de Fatah es simple: donde Israel y sus aliados Libaneses no lograron aplastar a Hizbullah en la sexta guerra, Fatah y sus aliados israelíes tendrán éxito para aplastar a Hamas, incluso si la guerra israelí en curso contra Hamas y el pueblo Palestino se convierte en una séptima guerra total. La racha de visitas de Condoleezza Rice a la zona en las últimas semanas esperaba dar los toques finales a este plan. Si Hamás, como Hizbullah, pudiera ser provocada hacia una respuesta militar, creen los planificadores del golpe, después se desataría la cólera de Fatah y de Israel (respaldada por EEUU, Jordania, Egipto, y Arabia Saudita) para acabar por completo con Hamás. La dirección de Fatah y sus matones están afilando los cuchillos para la confrontación. Hamás ha permanecido en calma a pesar de la presión.

Entre tanto, la propia Ramallah (excepto las aldeas circundantes), continúa siendo lo que ahora muchos denominan la Green Zone (Zona Verde) Palestina, albergando, además de al personal del espionaje de Israel y de los países árabes amigos de Israel, a aquellos Palestinos que están pagados y protegidos por el proceso de Oslo, ya sea la burocracia de Oslo, sus técnicos, y los intelectuales contratados, o las clases medias y de negocios habituadas recientemente al nuevo consumismo de marcas comerciales que puede ofrecer la Zona Verde. Esta vida opulenta contrasta con la vida del resto de los Palestinos fuera de Ramallah que viven en la miseria, el hambre, y bajo el bombardeo de los israelíes y los salvajes ataques de los colonos judíos, por no mencionar el hostigamiento de los matones de Fatah. En la misma Ramallah, los pistoleros tiran al azar durante sus manifestaciones, hiriendo y a veces matando "por error" a transeúntes. Incluso los pocos intelectuales seculares que se dignan oponerse a Fatah en Ramallah son hostigados de diversas maneras. Algunos de ellos experimentan robos misteriosos que se repiten cada vez que hacen declaraciones en contra de Fatah. La preservación de Ramallah como Zona Verde es fundamental para Abbas y el triunvirato de Fatah/AP, que temen que alguna reforma introducida por Hamás privaría a la élite de los beneficios de la corrupción y la dolce vita que el régimen de Fatah les ha proporcionado.

Mientras tanto, Abbas y su triunvirato continuarán tratando a Hamás de la manera que Israel ha estado tratando a la OLP y a otros países árabes. En las negociaciones interminables que Hamás mantuvo con Fatah para evitar una confrontación, siempre que Hamás accedía a alguna demanda de Fatah, Fatah subía el listón e insistía con otra concesión o declaraba que sus demandas iniciales siempre incluyeron las condiciones ahora ampliadas, aunque no fuera así. Por otra parte, Fatah también hacía una interpretación pública de las concesiones de Hamás que incluían cosas que Hamás no había convenido en absoluto. Si esto resulta evocador de la estrategia de negociación post-Oslo que los israelíes usaron con éxito con Arafat, es porque se trata de la misma estrategia. Abbas ha ido tan lejos como a salirse de las negociaciones, y a rehusar hablar con los líderes de Hamás, igual que los israelíes han hecho a menudo con la AP. Por otra parte, si los israelíes a menudo han ejecutado ataques encubiertos contra intereses occidentales para implicar a gobiernos árabes, el ejemplo más claro es el infame affaire Lavon de mediados de los años cincuenta señalando a Egipto, se están perpetrando operaciones similares con agentes encubiertos para implicar a Hamás, como lo ilustra el reciente ejemplo de ataques contra las iglesias. Pueden estar planificándose muchas más operaciones de este tipo.

Cualquier hoja de higuera que todavía cubriera el completo colaboracionismo y subordinación de los líderes de Fatah hacia los intereses israelíes, ahora se ha caído de todo. En consecuencia, queda muy poco que pueda refrenar las acciones de Fatah. Las próximas semanas estarán decididas por cuantos líderes de Fatah están ávidos de la lucha por salvar sus pellejos y sus fortunas, y cuanta paciencia pueda reunir Hamás ante tanta criminalidad. Mientras tanto, lo que se ha estado desvelando en los territorios Palestinos no es sino el guión Chileno.

Pinochet está en Palestina. Su éxito sin embargo está lejos de estar asegurado.


*El escritor es profesor asociado de política Árabe moderna e historia intelectual en la Universidad de Columbia. Es el autor de ‘La Persistencia de la Cuestión Palestina: Ensayos sobre Sionismo y los Palestinos’ (Routledge, 2006).

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