sábado, 14 de marzo de 2009

Gaza 2009: Des-Osloizando la mente Palestina

13 de marzo de 2009
Por el Dr. Haidar Eid - Zmag

"No sólo los blancos han sido culpables de estar a la ofensiva, sino que con algunas hábiles maniobras, han logrado controlar las respuestas de los negros a la provocación. No sólo han pateado al negro, sino que también le han dicho de que manera tenía que reaccionar a la patada. Durante mucho tiempo, el negro ha estado escuchando con paciencia los consejos que ha recibido sobre el mejor modo de responder a la patada. Con dolorosa lentitud está empezando ahora a mostrar signos de que tiene el derecho y el deber de responder a la patada de la forma que estime conveniente."
- Steve Biko


Una de las consecuencias más importantes de la masacre de Gaza (2009) ha sido la tremenda efusión de apoyo popular sin precedentes a la causa Palestina, algo que no habrá hecho felices a los signatarios de los acuerdos de Oslo (1993). La vuelta de los eslóganes de liberación anteriores a Oslo, en oposición a la independencia, han, sin duda, creado un nuevo dilema, no sólo para las élites políticas de Oslo, sino también para izquierda estalinista ONGizada.

El proceso de "Osloización", es decir, la combinación de corrupción, ONGización, liquidación de principios revolucionarios y profusión de consignas, fundidos con la ficción de la solución de dos prisiones, recibió un fuerte varapalo con las elecciones del 2006. A juzgar por las declaraciones formuladas, no sólo por funcionarios de la Autoridad Palestina, sino también por la izquierda, e incluso por el gobierno de Hamas, el objetivo último del actual río de sangre se ha convertido en el establecimiento de un estado palestino de cualquier dimensión, es decir, la solución de dos Estados. La contradicción entre el enorme apoyo internacional, la reactivación de la campaña de BDS (Boicot, desinversión y sanciones), la abundancia de manifestaciones contra el Apartheid de Israel y sus crímenes de guerra contra los palestinos de Gaza, y la reiteración, por la mayoría de las organizaciones políticas, del mantra de los dos estados es una fuerte indicación de la necesidad de un programa alternativo que haga de la des-Osloización de Palestina su primera prioridad.

Con el fin de comprender los Acuerdos de Oslo y el daño extremo que han causado a la causa Palestina, se necesita una contextualización histórica del llamado "proceso de paz", o más bien de lo que muchos pensadores críticos han denominado la industria de la paz. Comprender esto es un paso necesario hacia el proceso de des-Osloización, un término sobre el que volveré más adelante.

Se alegó que el acuerdo de Oslo era el primer paso hacia la libre determinación y el estado independiente. Pero es evidente ahora, 16 años después del famoso apretón de manos en el césped de la Casa Blanca, que no va a establecerse ningún Estado a corto plazo, por el mero hecho de que Oslo ha ignorado la existencia del pueblo palestino como tal pueblo. En otras palabras, estos acuerdos han ofrecido al sionismo lo que éste siempre ha anhelado. La infame declaración de Golda Meir de que los Palestinos no existen viene al caso aquí.

Y, sin embargo, afirmar que "Oslo" y "Camp David" fueron grandes oportunidades perdidas y "avances", y que el llamado "proceso de paz" iba por buen camino hasta que los palestinos (es decir, las víctimas colonizadas) lo dinamitaron es una deliberada distorsión ideológica de la realidad que se ha esgrimido con el fin de preparar a los palestinos para hacer más concesiones. El Oslo y Washington no se creó una paz real y duradera, sino que lo que han creado es un plan americano/israelí para resolver el conflicto después de la destrucción de Irak y el colapso de la Unión Soviética y su intento de construir un "nuevo Oriente Medio" - por utilizar las palabras de Condoleezza Rice - un Oriente Medio caracterizado por la hegemonía imperialista-sionista y el apoyo de regímenes despóticos. El acuerdo de Oslo nació muerto porque no garantizó los derechos mínimos nacionales y políticos de 10 millones de palestinos. En tanto haya refugiados, cantones, detenidos, bloqueo, colonias, "tortura legal" de los presos, despojo, asesinatos y ocupación, no se puede lograr paz duradera. Es una ilusión en la mente de los que firmaron los acuerdos de Oslo.

Estos acuerdos han dado lugar a la creación de una limitada "autonomía administrativa" en la Franja de Gaza y algunas partes de Cisjordania. A la población local se le dio "el derecho" a formar una autoridad que podrían llamar "nacional". Ahora la pregunta es ¿qué hace la ANP (Autoridad Nacional Palestina), aparte de cuestionar? ¿Cuál es la base "legítima" sobre la que se estableció? Muy simple: Los Acuerdos de Oslo. Se ha vuelto muy evidente ahora que, a pesar del famoso apretón de manos en el césped de la Casa Blanca y en Anápolis, y el parloteo optimista sobre el "Nuevo Oriente Medio", estos acuerdos, en contraposición con las resoluciones de las Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad, no han garantizado el establecimiento de un Estado Palestino soberano e independiente, ni el regreso de los refugiados, ni siquiera la demolición de las colonias judías, y la indemnización a los palestinos que han perdido -y siguen perdiendo- sus hogares, sus tierras y propiedades, ni la liberación de todos los presos políticos, ni la apertura de todos los puestos de control, que se han convertido en la pesadilla diaria de los residentes de Cisjordania y Gaza, etc ... A pesar de todos los apretones de manos, besos, y amistosas conferencias de prensa, Israel lanzó una de las guerras más sanguinarias de la historia del conflicto contra la población civil de Gaza, causando la muerte en 22 días a más de 1400 personas, entre ellas 438 niños, 120 mujeres, 95 ancianos, 16 médicos, 5 periodistas, 5 mujeres extranjeras, y en la que se destruyeron más de 40.000 instituciones y casas, dejando a muchas familias sin hogar. Eso, por supuesto, no fue mencionado como uno de los objetivos de los Acuerdos de Oslo, pero tampoco se ha mencionado nada en ellos que impida que tenga lugar este tipo de derramamiento de sangre.

Esta es la realidad política que a los funcionarios palestinos que firmaron el acuerdo no les gusta que les recuerden. De hecho, lo que se ha creado en algunas partes de Gaza y Cisjordania es una entidad muy extraña -una especie de Bantustan apartheidista respaldado por la comunidad internacional. Gaza 2009 es, por lo tanto, la imagen especular de Oslo. Cuando tenemos en cuenta que el 75-80% de los habitantes de Gaza son refugiados, los resultados de las elecciones de 2006 se tornan más comprensibles, no sólo en su contexto anticolonial, sino también en términos socio-políticos. Lo que Oslo ha creado en Gaza, y en Cisjordania para el caso, son literalmente dos mundos diferentes, ambos dirigidos por instituciones no-democráticas, muchos aparatos de seguridad, un tribunal militar tercermundista (elogiado por la administración de Clinton), corrupción, mala administración, ineficiencia y nepotismo, por mencionar sólo algunas de sus cualidades (neo)coloniales.

Al ganar las guerras de 1948, 1956 y 1967, y al conseguir reconocimiento internacional, árabe y palestino, Israel -como estado colonialista apartheidista- esperaba pasar a una nueva etapa, una etapa que requiere la formación de una "nueva conciencia" entre los colonizados palestinos. Aquí reside el peligro de Oslo; la Osloización, dentro de este contexto neo-sionista, significa la creación de un nuevo paradigma por medio del cual se lava la conciencia de su supuesto enemigo el "Otro" - y se reemplaza con una mentalidad unidimensional, mediante la construcción de una ficción (dos estados para dos pueblos), cuyo final es inalcanzable. Incluso el fascista Lieberman ha empezado a cantar la misma canción.

Dicho de otra manera, a fin de crear los dos Estados palestinos se fija el objetivo de crear la falsa conciencia dirigida por intelectuales asimilados, algunos de los cuales tienen un pasado revolucionario. El canto de las consignas "solución de los dos estados", "dos estados para dos pueblos", "volver a las fronteras de 1967", - o incluso "una Hudna a largo plazo" (según lo propuesto por Hamas) - está destinado a garantizar la subordinación y la conformidad de los palestinos, especialmente aquellos con ideas revolucionarias. Atrás han quedado el derecho de retorno de 6 millones de refugiados y su indemnización, y los derechos nacionales y culturales de la población indígena de Palestina de 1948.

Este objetivo, sin embargo, nunca ve la antítesis que él mismo crea como consecuencia del desplazamiento, la explotación y la opresión; sino que hace caso omiso de la conciencia revolucionaria que ha sido formulada a través de las diferentes fases de la lucha Palestina. Tampoco tiene en cuenta el legado de la resistencia civil y política que se ha convertido en marca registrada de la lucha Palestina. De ahí la necesidad de la formulación de una política palestina alternativa.

Ser conscientes de la corrupción de la Autoridad Palestina, así como de la enorme división de clases que produjeron los Acuerdos de Oslo ha sido sin duda el comienzo de la des-Osloización representada por el levantamiento de Al-Aqsa y el resultado de las elecciones de 2006. Se trata de una conciencia de oposición que los signatarios de Oslo no tuvieron en cuenta. Ambos acontecimientos constituyen un rechazo total de los Acuerdos de Oslo y sus consecuencias.

La Franja de Gaza, no obstante, es vista por la Autoridad Palestina como uno de los tres bloques para la construcción de un Estado independiente, a pesar de que está separada geográficamente del segundo bloque, es decir, de Cisjordania. El tercer bloque, Jerusalén, se encuentra bajo total control israelí. Ningún palestino en los territorios ocupados cree que las zonas "semi-autónomas" de la Franja de Gaza y Cisjordania -o sea, las que entran en la categoría A- puedan sentar las bases de un estado independiente. A donde Oslo ha llevado es, de hecho, a Sudáfrica. Cuando los negros sudafricanos necesitaban moverse desde sus poblados a las grandes ciudades "blancas", necesitaban conseguir un "pase". En "tiempos de paz," los palestinos, no sólo los que trabajaban en Israel, sino también los que querían visitar Cisjordania desde Gaza, o viceversa, necesitaban solicitar un "permiso". Además del permiso, los palestinos necesitaban la denominada "tarjeta magnética", que es una tarjeta de computadora que tiene una contraseña de acceso al expediente de seguridad de su titular. Nadie puede trabajar en Israel, o visitar Cisjordania, ni incluso ir a un hospital dentro de la "línea verde" sin un "pase" y una "tarjeta magnética". Si a uno le han concedido una de esas valiosísimas tarjetas, uno tampoco puede visitar ninguna otra zona excepto aquella a la que tiene derecho de visita. Si a uno le "atrapan" en otra zona, le confiscan de inmediato el pase y la tarjeta, por no hablar de la tortura a la que uno ha estado expuesto. Hoy en día, ni siquiera le conceden a nadie tales lujos de "pases" y tarjetas. ¿Cuál es la diferencia con la Sudáfrica del apartheid?

Los jefes tribales de los bantustanes de Sudáfrica solían creer que eran los jefes de estados independientes. Afortunadamente, el CNA, a pesar de sus muchos compromisos con el Partido Nacional, nunca había aceptado la idea de separación y bantustanes. La dirigencia oficial Palestina por otra parte, al final del milenio, se jacta de haber sentado las bases de un Bantustan, alegando que se trata de un estado independiente en gestación. Sin duda, éste es el último premio que el sionismo puede ofrecer a su "Otro", después de haberle negado la existencia durante un siglo, y después de que el propio "Otro" ha demostrado que es humano. Para la presencia continua del sionismo en Palestina, el "Otro" debe ser asimilado y esclavizado sin que él/ella sea consciente de su esclavitud. De ahí la concesión de la administración "semi-autónoma" de las ciudades palestinas más pobladas, y ahí radica la lógica de los Acuerdos de Oslo.

Así que Oslo trajo un nivel de corrupción sin precedentes en Palestina; y la coordinación de seguridad con Israel, bajo supervisión de -ironía de ironías- un general americano, se ha convertido en norma. Repetir el mantra de dos Estados, portando la bandera Palestina, cantando el himno nacional y -lo que es más importante- reconociendo a Israel, desatendiendo los derechos de las dos terceras partes del pueblo palestino, es de lo que trata Oslo.

La lección que aprendemos de Gaza 2009 es la de aprovechar todos los esfuerzos para luchar contra el resultado de los Acuerdos de Oslo, y formar un Frente Unido sobre una plataforma de resistencia y reformas. Esto no puede lograrse sin el desmantelamiento de la Autoridad Palestina y asumir que los ministerios y presidencias de Gaza y Ramallah son una fachada que no se diferencia de las patrias independientes con sus jefes tribales en Sudáfrica. El programa clásico nacional, creado y adoptado por la burguesía palestina ha llegado a su fin, sin éxito. La mayoría de las fuerzas políticas, incluido el partido gobernante en Gaza, no han explicado cómo retornarán 6 millones de refugiados palestinos al Estado de Israel de los Judíos y como se creará al mismo tiempo un estado palestino independiente. De ahí la necesidad de un paradigma alternativo que se divorcie de la ficción de la solución de dos prisiones, un paradigma que tome los sacrificios de la población de Gaza como punto de inflexión de la lucha por la liberación, que se construya sobre el creciente movimiento global anti-apartheid que ha recibido un impulso con Gaza 2009. Des-Osloizar Palestina es, por tanto, una condición previa para la creación de paz con justicia.

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-Haidar Eid es un comentarista político independiente.

-Viñetas de la artista Palestima Omayya Joha y de Mr. FISH (el texto de ésta dice: "Pila de muertos palestinos poniendo obstáculos al proceso de paz al hacer burla de modo intensivo del monopolio judío sobre la agonía") --clicar imág. para verlas a mayor tamaño--

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