domingo, 11 de enero de 2009

Bombardeando a fundamentalistas

Por el Dr. Ahmed Yousef - Gaza

Tal vez es el tiempo de bombardear a grupos religiosos debido a su creencia de que el cielo es su destino.

Independientemente de si su objetivo es la coexistencia pacífica o la adhesión agresiva, activistas motivados espiritualmente como los republicanos irlandeses, los Hermanos Musulmanes, y los demócrata-cristianos, atraen la controversia en el mejor de los casos y, a menudo, la supresión violenta. Los grupos más extremos, aquellos que justifican la matanza injustificada de los demás, incurren comprensiblemente en la ira de la comunidad internacional y son sancionados, detenidos o eliminados.

Excepto, por supuesto, cuando se trata de judíos fundamentalistas, que rara vez han sido aislados. Los grupos religiosos israelitas son tan sorprendentes en número como lo son en sus opiniones. Los hay anti-sionistas como Edah Ha Chareidis, Satmar y Neurei Karta International, y los hay proponentes del sionismo como Tsomet, Shas, Morasha, Shinui Ometz, Gush Emunim (Ne'emanei Eretz Yisrael), Jewish National Front (Hayil), y el National Movement (Herut), entre otros. Algunos están extintos, como Kach, Kahane Chai y Tehiya (Banai), aunque sus miembros formaron otros grupos, con el habitual objetivo de construir el Gran Israel.

Incluso el más beligerante de ellos ha gozado de la protección del gobierno israelí y de su estímulo; tanto es así que sus creencias han sido incorporadas a la literatura oficial. Por ejemplo, el manual de entrenamiento del Mando de la Región Central del ejército israelí contiene el siguiente requerimiento:

"Cuando nuestras fuerzas se encuentren a civiles durante una guerra o en una persecución o en una redada, siempre y cuando no haya certeza de que los civiles son incapaces de hacer daño a nuestras fuerzas, entonces de acuerdo con la Halakah [ley judía] pueden e incluso deben matarlos... Bajo ninguna circunstancia se debe confiar en un árabe, incluso si da la impresión de ser civilizado... En la guerra, cuando nuestras fuerzas ataquen al enemigo, se les permite e incluso está ordenado por el Halakah que maten incluso a buenos civiles..."

El difunto Israel Shahak y Norton Mezvinsky observaron que semejante vitriolo está arraigado en actitudes Talmúdicas hacia los no-judíos.

"Para los judíos religiosos, la sangre de los no-judíos carece de valor intrínseco", porque los judíos fanáticos creen que las almas de los no-judíos han "surgido totalmente de la parte femenina de la esfera satánica." La misma lógica se aplica a la expropiación de tierras, que no es vista como robo, sino más bien como una transferencia desde el reino satánico al reino divino. Lo que da escalofríos es que el rabino Israel Ariel, fundamentalista de nota, ha utilizado el Código de Maimónides, uno de los más grandes filósofos del judaísmo, para inferir que "un judío que mate a un no-judío está exento de sentencia humana y no viola la prohibición [religiosa] de asesinato."

Es previsible, pues, que los israelíes puedan matar cruelmente a más de 820 palestinos, un tercio de los cuales son mujeres y niños, particularmente cuando los fundamentalistas permean las más altas esferas de su gobierno.

Tampoco sorprende que los dos partidos, Labor y Likud, hayan estrangulado a Gaza durante años, reduciendo el flujo de mercancías y la ayuda humanitaria a un goteo, en particular durante el alto el fuego iniciado por Hamas el año pasado. El sionismo racionaliza que los no-judíos no tienen derecho a tomar represalias, incluso aunque se les empuje al borde de la inanición.

Por lo tanto, parece, que los bisbiseos israelíes acerca de la búsqueda de la paz son simplemente una estratagema para ganar tiempo - una traición consagrada en el lema del Mossad: "Por medio del engaño, te haremos la guerra". Reuniones con enviados, envío de delegaciones, y escuchar a dirigentes no son acciones destinadas a la resolución del conflicto, sino a cambiar las ecuaciones, es decir, a restablecer la sumisión de la década de los 1960.

El Movimiento de Resistencia Islámico (Hamas) no puede permanecer inactivo ante semejante institucionalización del racismo. Palestina no se convertirá en otra Bosnia, a la espera de una perezosa comunidad internacional que finalmente se dé cuenta de que en Gaza se está llevando a cabo una limpieza étnica.

Hamas siempre ha buscado una tregua justa. Las del pasado se han limitado en el tiempo para observar hasta que punto los israelíes están comprometidos con la paz, pero para ellos la tregua no es más que una suspensión del fuego. Hamas, ni ha construido colonias ilegales, ni interrumpe las líneas de suministro, ni ha reventado las instituciones financieras como los israelíes continuaron haciendo antes, durante y después del armisticio. Por lo tanto, parece que el único camino a adoptar por la comunidad internacional es el bombardeo de fundamentalistas, cualquiera que sea su matiz religioso.

Está claro que atacar a Hamas está permitido tácitamente, al tiempo que se toleran las muertes de civiles, mayoría estadística. Si el mundo considera que es tolerable matar Palestinos por sus creencias religiosas, entonces es hora de que Bush, Brown y Sarkozy armen a Hamas con las mismas bombas de racimo y de concusión que proporcionan a los israelíes con el fin de neutralizar a los del Shas y del National Front; y si sus hijos acaban como daños colaterales, quizás también ello estará respaldado por documentos legales poderosamente escritos.

- Dr. Ahmed Yousef es el adjunto del Ministro de Relaciones Exteriores y ex Asesor Principal del Primer Ministro Ismail Haniyah en Gaza. Contribuyó este artículo a PalestineChronicle.com.

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