Discurso íntegro del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad en la Conferencia contra el racismo de Durban II, en Ginebra
26/4/2009
Mahmud Ahmadinejad
En su intervención ante la conferencia mundial contra el racismo (conocida como “Durban II”), el presidente iraní ha denunciado la jerarquización de los Estados en el seno de la ONU y en sus agencias, como muestras del racismo occidental. Ha subrayado que las grandes potencias, al utilizar su ilegítimo derecho de veto, han permitido el desarrollo de un régimen racista en la Palestina ocupada. Se reproduce aquí su discurso íntegro.
Nos hemos reunido aquí, como continuación de la Conferencia de Durban contra el racismo y las discriminaciones raciales, para ponernos de acuerdo sobre líneas prácticas de actuación en el marco de nuestra campaña sagrada y humanitaria.
En los últimos siglos, la humanidad ha sufrido inmensos sufrimientos y dolores. En la Edad Media, los filósofos y científicos eran condenados a muerte. Le sucedió un periodo de esclavitud y comercio de seres humanos, en el que millones de inocentes fueron capturados y separados de sus familias y allegados, para llevarlos a Europa y América. Aquel fue un periodo sombrío en el que se produjeron, asimismo, bastantes ocupaciones, pillajes y masacres de personas inocentes.
Pasaron muchos años antes de las naciones se rebelaran y combatieran por su libertad. Sacrificaron millones de vidas para expulsar a sus ocupantes y proclamar su independencia. Pero las potencias autoritarias impusieron rápidamente dos guerras mundiales en Europa que, además, devastaron una parte de Asia y de África, y que causaron la muerte de alrededor de cien millones de personas, dejando tras ellas una devastación sin precedentes. Si al menos hubiéramos aprendido las lecciones de las opresiones, del horror y de los crímenes de estas guerras, un rayo de esperanza hubiera iluminado el porvenir. Pero las potencias victoriosas se han proclamado dueñas del mundo, ignorando o minimizando los derechos de las demás naciones e imponiéndoles sus leyes y acuerdos.
[Disfrazados de payasos, tres militantes de la Unión de estudiantes judíos de Francia, introducidos en la sala con la ayuda de la delegación diplomática francesa, insultan al orador antes de ser desalojados por el servicio de seguridad de la ONU]
Señoras y señores.
Fijémonos en el Consejo de Seguridad de la ONU, que es una herencia de la primera y segunda guerras mundiales. ¿Cuál fue la lógica para que las grandes potencias se atribuyeran el derecho de veto? ¿Cómo una lógica semejante puede estar de acuerdo con los valores humanitarios o espirituales? ¿Podría ajustarse a los reconocidos principios de la justicia, de la igualdad ante la ley, del amor y de la dignidad humana, o por el contrario a los de la discriminación, la injusticia, la violación de los derechos humanos o la humillación de la mayoría de las naciones? Este Consejo es el centro mundial de decisión más importante para la defensa de la paz y de la justicia internacionales. ¿Cómo alcanzar la paz y la justicia cuando se legitima la discriminación y el origen de las leyes está controlado por la amenaza y la fuerza en lugar de la justicia y el derecho?
A pesar del hecho de que hoy numerosos defensores del racismo condenan la discriminación por medio de eslóganes y retóricas, las grandes potencias han sido autorizadas para decidir sobre las demás naciones, en nombre de sus propios intereses y como les viene en gana. Ellas pueden fácilmente ridiculizar y violar todas las leyes y valores humanitarios tal como lo han demostrado con creces.
Tras la segunda guerra mundial, han recurrido a la agresión militar para despojar de su tierra a una nación entera, con el pretexto de los sufrimientos judíos y de los abusos en el tema del Holocausto. Han enviado a emigrantes de Europa, Estados Unidos y de otras partes del mundo para establecer un gobierno totalmente racista en la Palestina ocupada y, de hecho, como compensación a las graves consecuencias del racismo en Europa, han ayudado a llegar al poder en Palestina a los individuos más crueles y a los racistas más represivos.
El Consejo de Seguridad ha contribuido a la estabilización del régimen sionista y lo ha apoyado durante los últimos sesenta años, dándole luz verde para seguir con sus crímenes.
[Los embajadores de los Estados miembros de la Unión Europea abandonan la sala mientras se elevan los aplausos de unos y los abucheos de otros]
Todavía es más lamentable que algunos gobiernos occidentales, con Estados Unidos [a la cabeza], se hayan comprometido en la defensa de esos individuos racistas, responsables de genocidio, incluso cuando las conciencias clarividentes y los espíritus libres del mundo entero condenan los crímenes sionistas de agresión, las masacres y demás brutalidades cometidas con los bombardeos de civiles en Gaza. Esos gobiernos los han apoyado siempre o se han mantenido en silencio frente a las infames actuaciones del régimen sionista.
Desgraciadamente, la razón de su apoyo y de su silencio es que el sionismo egoísta y bárbaro ha conseguido penetrar en lo más profundo de sus estructuras políticas y económicas, incluidas sus leyes, sus medios de comunicación de masas, sus empresas, sus sistemas financieros y sus agencias de seguridad y de espionaje. Han impuesto su dominio hasta tal punto que nada puede hacerse contra su voluntad. En algunos países, incluso los cambios de gobierno jamás ponen en cuestión el apoyo a los sionistas, aunque sean bien conscientes de sus crímenes: algo en sí mismo totalmente lamentable.
Mientras que el dominio sionista se mantenga, numerosos países, gobiernos y naciones jamás podrán disfrutar de libertad, de independencia y de seguridad. Mientras sigan en el poder, la justicia no se impondrá en el mundo y la dignidad humana seguirá siendo ofendida y pisoteada.
Ha llegado el momento de que el ideal sionista, que constituye el paroxismo del racismo, sea vencido.
Queridos delegados, señoras y señores,
¿Cuáles son las causas verdaderas del ataque estadounidense contra Irak o la invasión de Afganistán? ¿Cuál fue el móvil de la invasión de Irak- además de la arrogancia del gobierno estadounidense y de la presión creciente ejercida por los detentadores de la riqueza y del poder, dirigida a extender su esfera de influencia mediante la defensa de los intereses de los grandes fabricantes de armas-, de la aniquilación de una cultura noble y de miles de años de historia, de la eliminación de una amenaza potencial y concreta proveniente de los países árabes frente al usurpador régimen sionista, del control y del saqueo de los recursos energéticos del pueblo iraquí? ¿Por qué, en efecto, el pueblo iraquí ha sufrido enormes pérdidas que ascienden a centenares de miles de millones de dólares y por qué se ha tomado del pueblo estadounidense centenares de miles de dólares para esas acciones militares? ¿Acaso la actuación militar contra Iraq no fue planificada por los sionistas y sus aliados del gobierno de entonces, con la complicidad de los grandes fabricantes de armas?
La invasión de Afganistán, ¿ha restaurado la paz, la seguridad y el bienestar económico de ese país? Estados Unidos y sus aliados no sólo han fracasado en limitar la producción de droga en Afganistán; el cultivo ilegal de narcóticos se ha multiplicado durante su ocupación. La cuestión esencial es: ¿Cuál era la responsabilidad y el trabajo del gobierno estadounidense y de sus aliados? ¿Representaban a todos los Estados del mundo? ¿Habían obtenido un mandato de ellos? ¿Fueron autorizados en nombre de los pueblos del mundo para intervenir en todos los rincones del planeta, y por supuesto en particular en nuestra región? ¿Esas actuaciones no constituyen un ejemplo claro de egocentrismo, de racismo, de discriminación o de atentado a la dignidad e independencia de las naciones?
Señoras y señores,
¿Quién es responsable de las crisis económicas actuales? ¿Dónde han comenzado las crisis? ¿En África? ¿En Asia? ¿O todo ha venido en primer lugar de Estados Unidos y se ha extendido enseguida a Europa y a sus aliados? Durante mucho tiempo, ellos han impuesto por la fuerza de su poder político en la economía internacional sus leyes económicas desiguales. Han impuesto un sistema financiero y monetario, desprovisto de mecanismos reguladores internacionales, adaptado a naciones y gobiernos que no tienen influencia alguna en sus directrices y políticas. Ni siquiera han autorizado a sus ciudadanos a supervisar o controlar su política financiera. Han impuesto sus leyes y reglamentaciones, pasando por encima de todos los valores morales, sólo para proteger los intereses de los detentadores de riqueza y de poder. Además han inventado una definición de la economía de mercado y de la competencia que priva a numerosos Estados de posibilidades ofrecidas a otros. Han llegado incluso a trasladar sus problemas a los demás: dañando sus economías con millares de millones de dólares de déficit presupuestario mientras la ola de la crisis se hacía más rigurosa. Y hoy, inyectan centenares de miles de millones del bolsillo de su propio pueblo en los bancos, empresas e instituciones financieras en quiebra, haciendo que la situación cada vez sea más complicada para su economía y para su pueblo. Ellos sólo piensan en proteger su poder y su dinero; no se preocupan en absoluto de los pueblos del mundo, ni siquiera del suyo.
Señor presidente, señoras y señores,
El racismo está enraizado en la falta de conocimiento relativo a la verdad de la existencia humana como criatura elegida por Dios. Es también el producto de su desviación del verdadero camino de la vida humana y del deber de la humanidad en el mundo de la creación. La ausencia de veneración consciente, la incapacidad de reflexionar sobre la filosofía de la vida o sobre el camino de la perfección, todos esos quiebros a los principales componentes de los valores divinos y humanos han estrechado el campo de visión de la humanidad, convirtiendo los intereses individuales y limitados en su única brújula. Debido a ello, las células del poder maléfico han tomado forma, y han extendido después su control, privando a los demás de oportunidades igualitarias y justas. El resultado ha sido la elaboración de un racismo desbocado que constituye la amenaza más grave para la paz internacional.
Sin duda alguna, el racismo es el símbolo de una ignorancia profundamente enraizada en la historia, y se trata, en efecto, de una señal de frustración en el desarrollo de la sociedad humana. Por ello, es extremadamente importante colocar las manifestaciones de racismo en las situaciones o sociedades donde prevalecen la ignorancia y la falta de conocimientos. Esta conciencia y esta comprensión generales de la filosofía de la existencia humana son las principales armas contra tales manifestaciones. La clave para comprender la verdad según la cual el género humano está en el centro de la creación del universo es la vuelta a los valores morales y espirituales, y finalmente la voluntad de venerar a Dios todopoderoso. La comunidad internacional debe iniciar acciones colectivas para promover la toma de conciencia en las sociedades que todavía sufren la ignorancia del racismo, de forma que se ponga fin a la propagación de estas manifestaciones perversas.
Queridos amigos,
Hoy la comunidad humana se enfrenta a un tipo de racismo que ha empañado la imagen de la humanidad al principio del tercer milenio. La palabra “sionismo” encarna un racismo que ha recurrido falsamente a la religión y ha abusado del sentimiento religioso para ocultar su odio y su horrible rostro. Pero, es importante subrayar los objetivos políticos de algunas potencias mundiales y de quienes controlan los intereses económicos, las enormes riquezas del mundo. Ellos han movilizado todos sus recursos, su influencia económica mundial, política y mediática, para dar su apoyo al régimen sionista y se esfuerzan especialmente en dulcificar la indignidad y las barbaridades de ese gobierno. No se trata sólo de una cuestión de ignorancia y resulta imposible apaciguar tales fenómenos mediante simples mensajes culturales. Deben desplegarse esfuerzos para poner fin a los abusos de los sionistas y de sus partidarios, enfrentados con la voluntad política e internacional y, con el respeto de la voluntad y de las aspiraciones de las naciones. Es preciso animar y apoyar a los gobiernos en sus intentos de erradicar este racismo brutal, para avanzar hacia la reforma de los mecanismos internacionales actuales.
Ustedes están informados, sin duda alguna, de los complots de ciertas potencias y de los círculos sionistas contra los objetivos y las aspiraciones de esta conferencia.
Desgraciadamente se pueden difundir demasiadas informaciones que apoyan el sionismo y sus crímenes, y corresponde a los honorables representantes de las naciones la responsabilidad de denunciar esas campañas que se oponen a los valores y principios humanos.
Debería admitirse que el boicot de una conferencia como ésta, de una participación internacional excepcional, es una prueba evidente del apoyo a este ejemplo manifiesto de racismo. Al defender los derechos humanos, resulta de importancia capital defender asimismo los derechos de las naciones a participar en plano de igualdad en todos los procesos de toma de decisiones internacionales, al margen de la influencia de ciertas potencias mundiales. En segundo lugar es necesario reestructurar las organizaciones internacionales existentes y sus agencias respectivas. Esta conferencia constituye por ello una prueba y la opinión pública mundial nos juzgará hoy y en el futuro.
Señor presidente,
El mundo sufre cambios fundamentales. Las relaciones de poder se han vuelto muy frágiles y delicadas. Podemos, a pesar de ello, escuchar el ruido de los pilares de la opresión mundial que se desmoronan. Las grandes estructuras políticas y económicas están a punto de hundirse. Las crisis políticas y de seguridad se intensifican. La emergente crisis de la economía mundial, sobre la que resulta difícil hacer pronósticos felices, demuestra ampliamente la realidad de los profundos cambios mundiales que se manifiestan de forma creciente. Yo he insistido mucho sobre la necesidad de corregir la mala dirección que sigue hoy el mundo. Asimismo, he advertido contra las graves consecuencias de posponer al futuro esta crucial responsabilidad. Hoy, en el marco de este beneficioso y gran acontecimiento, me gustaría declarar a todos los dirigentes e intelectuales presentes en esta Conferencia, comprometidos con la causa de la paz, de la libertad, del progreso y del bienestar humano, que la gobernanza desigual e injusta del mundo acaba de llegar a su fin. Algo inevitable para quienes sabíamos que la lógica de esta impuesta forma de gobernar era opresiva. La lógica de una responsabilidad colectiva de los asuntos mundiales se basa por el contrario en aspiraciones nobles que se concentran en el ser humano y en la supremacía del Dios todopoderoso. Va, así, en contra de cualquier política o plan que vaya en detrimento de los intereses de los pueblos. La victoria del bien frente al mal y el establecimiento de un sistema mundial justo son promesas de Dios y de sus enviados, y constituyen un objetivo común para los seres humanos de cualquier sociedad y de todas las generaciones de la historia.
La llegada de un futuro semejante depende del conocimiento de la creación y se sustenta en la fe en el corazón de los creyentes. La conquista de una sociedad mundial es, de hecho, la consecución de un sistema mundial común dirigido mediante la participación de todas las naciones del mundo en todos los niveles de toma de decisiones y es el camino seguro hacia este objetivo sublime. Las capacidades científicas y técnicas, así como las tecnologías de la comunicación, han contribuido a la emergencia de una comprensión común y extendida de la sociedad humana y han puesto los cimientos esenciales para un sistema común. Ahora, incumbe a los intelectuales, pensadores y dirigentes del mundo asumir su responsabilidad histórica con la firme convicción de que se trata de la buena dirección.
Quiero insistir, además, sobre el hecho de que el liberalismo occidental, como el comunismo, han llegado a su crepúsculo por haber fracasado en percibir la verdad del mundo y de la humanidad tal como es. Han impuesto sus propias aspiraciones y su propia dirección a los seres humanos sin tener en cuenta los valores humanos y divinos: la justicia, la libertad, el amor o la fraternidad. Ha reducido la vida a una intensa competencia al servicio de intereses materiales individuales y de grupo. Nosotros debemos tener en consideración las lecciones del pasado al iniciar los esfuerzos colectivos para superar los desafíos actuales. Con esta perspectiva y para concluir mi propuesta, desearía llamar su amable atención sobre dos aspectos importantes:
- Es absolutamente posible mejorar la situación mundial existente. No obstante, es preciso constatar que no será posible sin la cooperación de todos los Estados con el fin de aprovechar las mejores capacidades del mundo. Mi participación en esta Conferencia se debe a mis convicciones relativas a estos importantes problemas y a nuestra responsabilidad común en la defensa de los derechos de las naciones contra el siniestro fenómeno que constituye el racismo.
- Una vez constatada la ineficacia de los sistemas actuales políticos, económicos y de seguridad internacionales, resulta necesario concentrarse en los valores divinos y humanos volviendo a la verdadera definición de la humanidad, basada en la justicia y el respeto de los derechos en todo el mundo, sobre la aceptación de las malas prácticas en la gobernanza mundial del pasado para tomar medidas colectivas con el fin de reformar las estructuras existentes. Desde esta óptica, es esencial reformar lo antes posible la estructura del Consejo de Seguridad, lo que implica acabar con el derecho de veto discriminatorio y reformar el actual sistema financiero y monetario mundial. Es evidente que la falta de comprensión del carácter urgente de la necesidad de cambio no puede sino generar unos costes mucho mayores si se deja para más tarde el abordar estas cuestiones.
Queridos amigos,
Avanzar hacia la justicia y la dignidad humanas es como seguir el rápido curso de un río. No olvidemos lo esencial del amor y del afecto. El porvenir radiante del ser humano es un bien precioso que puede servir a nuestra causa para reagruparnos y levantar un mundo nuevo lleno de amor, de fraternidad y de bendiciones. Un mundo sin pobreza y sin odio, que merezca la benevolencia renovada de Dios todopoderoso y constituya el justo marco para un ser humano perfecto. Juntemos nuestras manos con amistad para cumplir con nuestra tarea en la realización de un mundo mejor.
Mondialisation.ca, 22 de abril de 2009. Traducción al francés: Réseau Voltaire
Traducido del francés para La Haine por Felisa Sastre
domingo, 26 de abril de 2009
"El Consejo de Seguridad ha dado luz verde a los sionistas para seguir con sus crímenes"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
lu te felicito por tu blog, yo comencé uno hace poco y aún me faltan muchas cosas, pero ya es algo.
Saludos
Muchas gracias Cynara. Ultimamente no le puedo dedicar mucho tiempo, pero confío en que en breve pueda hacerlo. Saludos.
Publicar un comentario