martes, 7 de julio de 2009

La opción de Hamas: Reconocimiento o resistencia en la era de Obama



Ali Abunimah, The Electronic Intifada, 6 de julio de 2009

En un importante discurso político el 25 de junio de 2009, Khaled Meshal, el jefe de la oficina política de Hamas, trató de hacer lo que puede ser imposible: presentar la organización de resistencia Islamista Palestina como socio dispuesto para un proceso de paz liderado por EEUU, al tiempo que se reitera en los principios políticos de su movimiento y base. [1]

Este es el dilema que todos los dirigentes palestinos, y quizás casi todos los movimientos de liberación han tenido finalmente que enfrentar. Se trata de una elección, como ha señalado el científico político Tamim Barghouti, entre reconocimiento y legitimidad. [2]

La alocución de Meshal de casi una hora de duración, "dirigida al pueblo palestino y al mundo" se anunció como respuesta a los discursos del Presidente de EEUU Barack Obama en El Cairo y del Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu a principios de junio.

En su discurso de El Cairo, Obama instó a estadounidenses y musulmanes a participar en un "esfuerzo sostenido para escucharse el uno al otro, de aprender unos de otros; respetarse mutuamente, y buscar un terreno común." Si se lo toma en serio, él - y otros - deben prestar mucha atención a lo que Hamas está diciendo a las audiencias nacional, regional e internacional. Los objetivos de Meshal - muy en tensión - fueron mostrar que su movimiento está dispuesto a negociar con EEUU, estableciendo líneas rojas políticas, a tranquilizar a los partidarios del movimiento y los palestinos en general y a hacer frente a las divisiones internas palestinas.

Para empezar, el discurso trató de presentar a Hamas como un movimiento nacionalista cuyo islamismo encaja dentro del consenso general palestino. Meshal utilizó un mensaje explícitamente ecuménico para contrarrestar las reclamaciones exclusivistas judías de Netanyahu a la tierra de Palestina. Según Meshal, las raíces palestinas se remontan a miles de años "en esta bendita tierra de profetas y mensajes, de la ascensión nocturna [de Mahoma], de los lugares santos musulmanes y cristianos -- mezquita de al-Aqsa, Mezquita de la Roca, Iglesia de la Natividad e Iglesia del Santo Sepulcro."

De modo más general, trató de retratar a los musulmanes como los representantes de aquellos valores que los occidentales dicen apreciar más y trató de disociar a Hamas de espeluznantes y falsas comparaciones con grupos como los talibanes. "Nosotros [los musulmanes] somos los que presentamos al mundo y humanidad la ciencia, la civilización, la cultura y los nobles valores humanitarios", declaró Meshal, "valores como justicia, libertad, igualdad, compasión y tolerancia y los valores de la interacción entre civilizaciones y no el enfrentamiento entre ellas."

Meshal dio la bienvenida al "cambio de tono" del presidente Obama pero insistió en repetidas ocasiones en que lo que realmente importaba era un cambio de política. No obstante, señaló que el nuevo tono era fruto de la "obstinada determinación de los pueblos de la región, que resistían en Palestina, Líbano, Irak y Afganistán." Esa resistencia, según Meshal, frustró los planes de dominación regional de la administración del anterior presidente estadounidense George W. Bush, incitando a los votantes estadounidenses a buscar un camino diferente para sacar a su país de las crecientes crisis y cenagales.

Reprendió a los dirigentes regionales que habían "vendido y promocionado" las políticas de Bush. "Si los pueblos de la región les hubieran escuchado", dijo Meshal, "la política de Bush y los neoconservadores podría haber tenido éxito y la situación de la región sería peor de lo que pueda imaginarse". Meshal expresó el escepticismo generalizado y tal vez la esperanza de que las promesas de Obama significaran más que las similares palabras sobre Palestina que oyeron de la administración de Bush.

Respondiendo al recital de Obama de historia, Meshal no pretendió negar el Holocausto nazi, sino apropiarse de él. Censuró a Obama por explayarse con detalle sobre el "sufrimiento de los Judíos y su holocausto en Europa, mientras ignora nuestros sufrimientos actuales y el holocausto que Israel perpetra contra nuestro pueblo palestino, que ha estado sucediendo durante décadas."

Meshal insistió en que aunque los palestinos sólo han escuchado palabras, estaban dispuestos a juzgar a EEUU por sus hechos, que tendrían que "comenzar con la reconstrucción de Gaza y el levantamiento del bloqueo, la eliminación de la opresión y la presión de la seguridad en Cisjordania, y permitir que la reconciliación Palestina siga su curso sin interferencias ni presiones externas."

La "única cosa" que puede convencer a los palestinos, árabes y musulmanes, afirmó Meshal, "es una verdadera voluntad estadounidense e internacional y esfuerzos para poner fin a la ocupación y quitar la opresión de nuestro pueblo, que le permita ejercer su derecho a la autodeterminación y al cumplimiento de sus derechos nacionales." Cuando la administración de Obama haga una iniciativa de este tipo, dijo Meshal, "entonces nosotros y todas las fuerzas de nuestro pueblo estaremos dispuestos a cooperar con él y con cualquier esfuerzo internacional en ese sentido."

El "nuevo lenguaje de Obama hacia Hamas", subrayó Meshal, "es el primer paso en la dirección correcta hacia un diálogo directo sin condiciones." Y ese es el quid de la cuestión. Tratar con Hamas, dijo Meshal, debe hacerse sobre la base del reconocimiento de su mandato democrático y no a través de la imposición arbitraria de condiciones, como las del Cuarteto, que piden al Movimiento que reconozca a Israel, abandone la violencia y se comprometan con los acuerdos previamente firmados.

Meshal reafirmó las líneas rojas políticas de Hamas, manteniendo al mismo tiempo un sentido de flexibilidad. En particular, Meshal:

  • Rechazó el Estado palestino previsto por el dirigente israelí como una "entidad deformada, una gran prisión para la detención y el sufrimiento, y no el hogar nacional que merece un gran pueblo."

  • Rechazó la exigencia de Israel de ser reconocido como un "estado judío" - y lanzó una advertencia sobre cualquier aquiescencia árabe o Palestina - "porque significa cancelar el derecho de retorno a sus hogares de seis millones de refugiados, y la expulsión forzosa de nuestro pueblo en las áreas 1948 [los palestinos ciudadanos de Israel] de sus ciudades y aldeas." La exigencia de Israel, según Meshal, no es diferente de las demandas racistas formuladas por la fascista Italia y los Nazis.

  • Reafirmó la aceptación previa de Hamas "del programa que representa las exigencias mínimas de nuestro pueblo", para "el establecimiento de un Estado palestino cuya capital es Jerusalén, con total soberanía en las fronteras del 4 de junio de 1967, después de la retirada de las fuerzas de ocupación, y del desmantelamiento de todos los asentamientos, y la realización del Derecho de Retorno."

  • Reafirmó que "el Derecho de Retorno de los refugiados a los hogares de los que fueron expulsados en 1948, es un derecho nacional y un derecho individual que a título personal tienen" los refugiados "y ningún líder o negociador puede hacer renuncia del mismo o hacer compromisos sobre él."

Meshal también ofreció una matizada respuesta a la llamada de Obama a los palestinos para que abandonen el "callejón sin salida" de la violencia en favor de la resistencia no violenta. "Reafirmamos nuestra adhesión a la resistencia como opción estratégica para liberar la patria y recuperar nuestros derechos", dijo Meshal, citando la resistencia armada europea a la Alemania Nazi, la resistencia norteamericana frente al gobierno británico y las luchas anticoloniales del Estado Vietnamita y del Sudafricano como precedentes para los palestinos.

"La resistencia no violenta es apropiada en la lucha por los derechos civiles", sostuvo Meshal, "Pero cuando se trata de una ocupación militar que utiliza armas convencionales y no convencionales, tal ocupación sólo puede ser confrontada con resistencia armada." Los palestinos se vieron obligados a tomar las armas, dijo Meshal. También podría haber implicado que si los palestinos cambiasen la definición de su lucha como la de la consecución de los derechos civiles, entonces el medio más adecuado de resistencia también cambiaría.

"La resistencia es un medio y no un fin", dijo Meshal, "y no es ciega. De hecho, percibe la evolución de la situación". Sin embargo, aunque defendiendo firmemente el derecho a la resistencia armada - e incluso amenazando con nuevas operaciones para capturar a soldados israelíes si era la única manera de liberar a los prisioneros palestinos - Meshal también reconoció otras formas de lucha. Hizo un llamamiento para la intensificación de los esfuerzos de solidaridad internacional y árabe hacia los palestinos, incluidos los esfuerzos en curso para romper el asedio a Gaza, resistir contra el muro del apartheid y los asentamientos, impedir las demoliciones de casas y la "judaización" de Jerusalén.

Para los líderes de Hamas, los peligros de someterse a las condiciones previas occidentales se pueden ver con simplemente examinar la trayectoria de los dirigentes de la Organización para la Liberación de Palestina que reconoció a Israel en 1993, renunció a la lucha armada, y firmó los acuerdos de Oslo. Desde entonces, sostuvo Meshal, la ocupación y su opresión se han profundizado y asimismo creció el número de asentamientos israelíes y de presos palestinos.

Como dijo Meshal, "Estas condiciones no se acaban; tan pronto como el negociador palestino se compromete con una, se imponen más condiciones. Por ejemplo, la primera condición era reconocer a Israel, ahora es reconocer la judeicidad de Israel. Luego, que Jerusalén es su capital eterna, renunciar al derecho de retorno, aceptar que los bloques de asentamientos se mantendrán. Entonces [los palestinos] no sólo deben abandonar la resistencia, sino además trabajar para oprimir, perseguir y desarmar a la resistencia."

Este último punto fue una referencia a la campaña de detenciones en Cisjordania y lo que Meshal llamó otras "medidas opresivas llevadas a cabo por la Autoridad [Palestina] y el gobierno de Salam Fayyad y sus fuerzas de seguridad bajo la supervisión del general americano [Keith] Dayton." Meshal presentó esta cooperación en curso entre las fuerzas de seguridad de Ramallah, Israel y los EEUU como el mayor obstáculo para las conversaciones de reconciliación palestina en El Cairo destinadas a restablecer un liderazgo nacional unificado.

Después de que Hamas ganó las elecciones legislativas de 2006, la administración Bush inició un programa supervisado por Dayton, para armar y entrenar milicias anti-Hamas nominalmente leales al Presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas. La campaña se ha visto acompañada por lo que Hamas y algunos grupos de derechos humanos han descrito como represión sistemática de políticos, profesores, organizaciones benéficas y periodistas sospechosos de tener simpatía o vínculos con Hamas. Hamas a menudo ha tomado represalias deteniendo a personas vinculadas con Fatah en la Franja de Gaza. En las últimas semanas, las milicias supervisadas por Dayton han matado ostensiblemente a varios miembros de Hamas en Cisjordania, mientras trataban de detenerlos. Meshal de modo inteligente llamó la atención sobre el papel exterior en fomentar las divisiones palestinas - y cuan poco ha cambiado de hecho la situación desde la administración Bush - haciendo "un llamamiento a Obama para que retire a Dayton de Cisjordania y lo devuelva a Estados Unidos, en consonancia con el nuevo espíritu de cambio."

A lo largo del discurso, Meshal trató de tranquilizar a los palestinos respecto a que Hamas no abandonará sus principios básicos por la búsqueda de reconocimiento y poder. "La tierra es más importante que la autoridad, y la liberación está antes que el Estado", dijo en un punto, y "ningún liderazgo palestino tiene derecho a renunciar a los derechos nacionales y a los intereses palestinos como precio por el reconocimiento."

Algunos palestinos temen que, a pesar de esas reafirmaciones, Hamas ya haya iniciado la ruta de la que el propio Meshal advirtió y ponga en riesgo derrochar los sacrificios hechos por los palestinos, especialmente en Gaza. Haidar Eid, un analista independiente de Gaza, escribió antes del discurso de Meshal, que algunas de las primeras respuestas entusiastas de Hamas al discurso de Obama en El Cairo, así como la aceptación de la solución de dos estados, indicaban "el comienzo de un proceso de deterioro - incluso de Osloización - no sólo en la retórica, sino también en la acción." Este escritor ha escuchado similares temores expresados por palestinos de Cisjordania y recientemente en Amman. Dado que muchos palestinos consideran que una generación anterior de dirigentes de la resistencia ha dado la espalda a los derechos e intereses más fundamentales de su pueblo - al tiempo que afirman defenderlos - tales temores distan de ser irracionales o poco frecuentes.

Otro análisis del cambio de Hamas que actualmente está circulando afirma que Hamas ha aceptado la posición palestina de "consenso" de una solución de dos Estados en cada centímetro de los territorios ocupados de 1967 con la eliminación de todos los asentamientos y con el Derecho de Retorno. Pero sabe que ningún potencial acuerdo de paz que provenga de la iniciativa de Obama llegará a alcanzar incluso estas condiciones mínimas, y que si Abbas y el ex primer ministro israelí Ehud Olmert no pudieron llegar siquiera a los contornos de un acuerdo después de dos años de negociaciones, las posibilidades de que se produzca algún acuerdo con el gobierno de Netanyahu-Lieberman son aún mucho menores. En este escenario, Hamas no necesita interponerse en el camino de la solución de dos Estados, ya que fracasará de todos modos. Pero al decir que aceptaría ese resultado minimalista, evitaría ser culpada del fracaso y se vería vindicada su adhesión a la resistencia.

Lo que sí sabemos es que los líderes de Hamas, y los palestinos en general, han sido sometidos a intensas presiones, ocupación, bloqueos, hambre por asedios y recurrentes crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad perpetrados por Israel, pero la gran mayoría hasta la fecha no se ha sometido a las condiciones israelíes. No obstante, aunque destaca el papel de la resistencia y la lucha para alcanzar la liberación, Hamas no ha ofrecido una visión clara de lo que resulta la liberación más que la poco convincente y cada vez menos realista visión de dos Estados (dejando de lado su antigua y anticuada, aunque muy citada, carta fundacional, que no ofrece ninguna guía sobre el modo de pensar actual del movimiento.)

El discurso de Meshal confirma el giro de Hamas a largo plazo pasando de la retórica islamista hacia el preponderante discurso nacionalista palestino. Indica que Hamas es muy sensible a la opinión pública Palestina e internacional y es consciente de que los palestinos necesitan construir una solidaridad internacional real como parte de una estrategia para contrarrestar el flagrante desequilibrio de poder con Israel. Pero no está dispuesta a buscar reconocimiento a cualquier precio. Todo esto tiene implicaciones para la circulación del mensaje del Movimiento y los métodos.

Esto deja el campo abierto a un debate de urgencia entre los palestinos acerca de lo que ha de ser la visión del futuro y que papel habrá de desempeñar la resistencia en todas sus formas legítimas. Ningún grupo de líderes, ya sea de Hamas o de cualquier otra organización, puede o debe llevar la carga de la restauración de los derechos de los palestinos por sí solo. Hamas, al igual que otras organizaciones palestinas, sólo puede ser un guardián de los derechos fundamentales en la medida en que se inserta en un movimiento más amplio movilizado en Palestina y en todo el mundo para defender esos derechos.

Y si los potenciales interlocutores de Hamas están sinceramente buscando la manera de reconocer el mandato democrático del movimiento sin tratar de forzarlo a renunciar a su legitimidad, hay precedentes. El Congreso Nacional Africano de Sudáfrica y el Ejército Republicano Irlandés fueron capaces de tomar parte en las negociaciones políticas exitosas que sacaron a sus respectivos países de estancamientos políticos y militares desastrosos, sin tener que fueran sometidos a condiciones inaceptables. Eso conllevó una talla de liderazgo, visión y coraje político por parte de otros, que ha estado notablemente ausente en las relaciones internacionales con Hamas.

Notas

[1] El discurso es en árabe. Todos los pasajes citados en este artículo son traducciones del autor. La transcripción y la grabación del discurso fueron facilitados por el Centro de Información palestino, un sitio web afiliado a Hamas. Véase: http://bit.ly/mK7kS.

[2] En una ponencia presentada en el Simposio Anual del Center for Contemporary Arab Studies at the School of Foreign, Universidad de Georgetown sobre el tema: "Palestina y los palestinos de hoy," 2-3 abril 2009, Washington, DC.

__
Co-fundador de The Electronic Intifada, Ali Abunimah es autor de One Country: A Bold Proposal to End the Israeli-Palestinian Impasse. Abunimah es también co-fundador de The Electronic Intifada. Este análisis fue publicado originalmente por el Palestine Center.

No hay comentarios: