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Hizbulá desquicia a Mubarak
Egipto está fuera a punto de quedar fuera de juego del tablero de Oriente Próximo y ello tiene un origen: Hizbulá. El movimiento político-militar libanés propinó una sonora bofetada a Mubarak no sólo cuando derrotó a Israel en la guerra del verano de 2006, sino con otras actuaciones como la liberación de prisioneros palestinos por los cadáveres de dos soldados sionistas -aunque se intentase encubrir como un gesto de buena voluntad hacia Mahmoud Abbas por parte de Israel- o la aprobación del acuerdo de Doha (Qatar) que puso fin a la toma de Beirut por los militantes de Hizbulá y sus aliados -con lo que Egipto comenzaba a perder su tradicional papel hegemónico como "mediador" árabe-. Egipto no participó en dicha cumbre y tampoco ha sido capaz de lograr un acuerdo de intercambio de presos entre Hamás e Israel no tanto por la organización palestina, sino por los constantes cambios, contradicciones y presiones sionistas que han dejado en muy mal lugar al régimen de Mubarak al verse desautorizado una y otra vez por su socio israelí.
Pero el golpe definitivo le proporcionó la encendida crítica que Hassán Nasralá realizó al régimen de Mubarak por su colaboración con Israel y su negativa a abrir el paso de Rafah durante la matanza sionista de Gaza. Era la primera vez que alguien en el mundo árabe hablaba con tanta claridad sobre la connivencia de Egipto con el enemigo sionista, y eso había comenzado a repercutir en la calle. Por eso Mubarak estaba obligado a pararlo y lo ha hecho resucitando el enfrentamiento sunní-shií y acusando a Hizbulá de intentos de "desestabilización" del régimen egipcio y de preparar actos terroristas "contra ciudadanos israelíes" en el Sinaí.
(...) Es decir, se criminaliza el apoyo a la resistencia palestina. Egipto intenta, así, lo que no ha conseguido Israel con sus matanzas.
Viñeta: Khalil Bendib
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