sábado, 30 de mayo de 2009

Israel Rechaza los Dos Estados; la Pelota en el Tejado de Occidente

Mohamad Shmaysani - Almanar

29/05/2009 En contraste con los anteriores gobiernos israelíes que se negaron a adoptar de manera subrepticia la solución de los dos estados en la Palestina ocupada, el gabinete de Benyamin Netanyahu se caracteriza por su franqueza.

El viceprimer ministro y ministro de Asuntos Estratégicos, Moshe Yaalon, ha jugado sus cartas y excluido la creación de cualquier “entidad palestina” en la conferencia celebrada el martes en el Knesset con el título de “Alternativas a la Solución de Dos Estados”. Añadió que “los esfuerzos dirigidos a encontrar una solución al conflicto deben cesar” y afirmó que un estado palestino no proporcionaría establidad económica o seguridad.

La conferencia tuvo lugar poco después del encuentro del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, con el presidente de EEUU, Barack Obama, en Washington y en un momento en el que EEUU y Europa están enviando claras señales a Israel para que adopte una solución de dos estados en los territorios ocupados.

Según los medios israelíes, la conferencia del Knesset iba dirigida a enviar el mensaje de que la oposición a la creación de un estado palestino es algo común entre los israelíes ordinarios y los “políticos no considerados extremistas”. Yaalon dijo que lo mejor que podía hacerse ahora era detener los esfuerzos para hallar una solución al conflicto y, en lugar de ello, “alentar las reformas y el desarrollo económico en la Autoridad Palestina.”

Otros planes presentados en la conferencia llamaban a una confederación entre Cisjordania y Jordania y a la incorporación de la Franja de Gaza al Desierto del Sinaí egipcio.

La declaración fue una clara réplica a los líderes occidentales, particularmente al presidente francés, Nicolas Sarkozy, que había sugerido que la creación de un estado palestino era un factor de seguridad para la entidad sionista.

Yaalon continuó diciendo: “No veo ninguna oportunidad de establecer un estado palestino viable en Judea y Samaria y/o en la Franja de Gaza que pueda ser sostenible económicamente,” dijo Yaalon. “El foso entre Israel, que es un país del Primer Mundo, y un estado palestino del Tercer Mundo es una receta para la inestabilidad. Tampoco veo una oportunidad para establecer una entidad palestina viable en Judea y Samaria y en la Franja de Gaza que pueda traer estabilidad en el terreno de la seguridad, mientras que las posibilidades de que tal entidad sea enemiga son muy altas.”

Por supuesto, Yaalon ignora la causa real de estas diferencias, que es la existencia de los asentamientos israelíes. Otro signo de rechazo a la solución de dos estados es la determinación israelí a mantener los grandes asentamientos en Cisjordania (Maale Yadumim y otros) y continuar expandiéndolos bajo la cobertura de atender al “crecimiento natural” de su población, todo ello en abierta violación de las resoluciones de la ONU.

Hay que señalar que todos los líderes sionistas han adoptado la misma política con respecto al tema de los asentamientos; la del colonialismo y expansión de los mismos con el fin de imponer un estatus quo indiscutible mientras que mantienen los puestos “ilegales” como distracción para discutir sobre ellos siempre que se ejerce una presión sobre Israel para detener la colonización en los asentamientos.

Paralelamente, Netanyahu ha reiterado la posición de sus predecesores en la cuestión de Jerusalén, que, según la ONU, debe ser dividida para convertirse en la capital de los dos estados. Él afirma que Jerusalén continuará siendo la capital exclusiva de la entidad sionista. Él canceló incluso una visita planeada a Francia la semana próxima para protestar contra una reciente decisión francesa de rechazar cualquier decisión tomada de antemano sobre el estatus final de esta ciudad.

En vista de este rampante negativismo israelí, las “peticiones” europeas y norteamericanas han sido siempre en vano y, a pesar de ello, los israelíes han siempre logrado “impedir” que las potencias occidentales emprendan acciones contra la entidad sionista, como por ejemplo sanciones.

Las máscaras de Netanyahu, Lieberman y otros han caído, dado su claro rechazo a la solución de los dos estados y su deseo de perpetuar el conflicto. De este modo, la así llamada “comunidad internacional” ya no tiene ninguna excusa para no moverse hacia la imposición de sanciones, a menos que quiera convertirse en cómplice. En este último caso, la máscara de la comunidad internacional caería también.

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