jueves, 7 de mayo de 2009

El fracaso moral de Ban Ki-moon



Hasan Abu Nimah, The Electronic Intifada, 6 de mayo 2009

A finales de la semana pasada, según la web de noticias de la BBC en árabe, se presentó un informe al Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-moon sobre de la magnitud de la destrucción que Israel infligió a las instalaciones de Naciones Unidas en Gaza. Esto también fue mencionado en un boletín de noticias de la BBC el 1 de mayo, pero no he podido encontrar rastro de la historia en ningún otro lugar.

La breve noticia indicaba que el informe de la ONU contenía información secreta suministrada por Israel acerca de un incidente en el que fueron masacrados más de 40 civiles palestinos cuando misiles israelíes cayeron "fuera" de la escuela de la ONU donde muchos palestinos se habían refugiado. El secretario está al parecer considerando cuanta información puede facilitar sin revelar la información suministrada por Israel, dice la noticia, añadiendo que el informe de la ONU llegó a la conclusión de que no había combatientes de Hamas dentro de los edificios de Naciones Unidas, sino cerca de ellos.

Al comentar sobre el informe, la BBC dijo que fue informada por una fuente diplomática de que Estados Unidos había informado a la oficina de Ban de que el informe no debía publicarse en su totalidad debido al daño que podría causar a las conversaciones de paz de Oriente Medio; en otras palabras (mías, de hecho) a Israel.

El punto aquí no es ni hacer un juicio prematuro sobre un informe no publicado - a pesar de evidentes inconsistencias en relación con los bombardeos "fuera" de la instalación de la ONU que quedó de alguna manera muy dañada - ni predecir cuanto del informe va a decidir publicar el secretario general finalmente.

(Cuando se estaba preparando este artículo para su publicación, se publicaron detalles sobre el informe del equipo de investigación de la ONU. La investigación, dirigida por Ian Martin, ex director de Amnistía Internacional, acusó a Israel de no proteger las instalaciones de Naciones Unidas ni los civiles, desestimó como "falsas" las declaraciones de Israel de que combatientes de Hamas habían estado disparando desde instalaciones de Naciones Unidas, consideró a Israel responsable de todas las muertes y lesiones en seis de los nueve incidentes, y pidió una ulterior investigación sobre posibles crímenes de guerra. Ban rechazó las peticiones de seguir investigando, pero instó a Israel a pagar 11 millones de dólares en compensación por los daños que causó a la ONU.)

Pero tampoco podemos olvidar los días oscuros pasados cuando Israel estaba asesinando al pueblo inocente de Gaza y el mundo no hizo nada, e incluso culpó a Hamas -que había respetado escrupulosamente un alto el fuego negociado hasta que Israel lo rompió- de haber desencadenado el apocalipsis.

Cuando el polvo de los bombardeos israelíes comenzó a asentarse, Ban decidió visitar Gaza. Esto despertó la esperanza de que Naciones Unidas estaba finalmente decidida a actuar con valentía y responsabilidad. Gaza había estado inaccesible para personajes internacionales porque supuestamente una organización terrorista políticamente contagiosa había tomado el control del lugar y se suponía que nadie se arriesgaría a ponerse en contacto con ella, incluso aunque así lo requirieran urgentes consideraciones humanitarias.

Bueno, el secretario general decidió el 20 de enero desafiar la norma e ir a Gaza. Sin embargo, su coraje sólo llegó hasta ahí. Su altamente protegido convoy lo llevó directamente a la todavía ardiente instalación de la agencia de la ONU para los refugiados Palestinos (UNRWA), cuyos almacenes de alimentos y combustible fueron destruidos por los ataques israelíes, junto con su contenido. Debe haber tomado nota de que la destrucción masiva no fue el resultado de "bombardeos fuera de" la instalación. "Estoy consternado", dijo, "Cualquier persona puede oler todavía este bombardeo. Aún está ardiendo. Se trata de un ataque indignante y totalmente inaceptable contra Naciones Unidas." Este destello de ira, sin embargo, sólo se limitó a las instalaciones de la ONU. Habló como si el resto de Gaza - donde más de 7000 personas yacían muertas o heridas, y miles de viviendas, escuelas, mezquitas, universidades, estaciones de policía y edificios gubernamentales fueron destruidos - no existieran, ni preocuparan a las Naciones Unidas.

Dando una vuelta en su convoy, no se molestó en detenerse y hablar con alguna de las víctimas de Israel - las familias que acababan de excavar los restos de sus seres queridos de los escombros o aquellos con terribles lesiones en los sobrecargados hospitales de Gaza. Estas son las meras personas, los refugiados palestinos, para cuya asistencia está la ONU en Gaza, pero no había por lo que parece tiempo para dedicarles.

Ban dijo, sin embargo, que había "condenado desde que estalló este conflicto el uso excesivo de la fuerza por las tropas israelíes en Gaza," y agregó "veo los ataques con cohetes contra Israel como totalmente inaceptables." También dijo que enviaría un equipo para la evaluación de las necesidades humanitarias dirigido por el coordinador especial de la ONU.

Lo que estaba diciendo en efecto es que él encontró el ataque de Israel contra Gaza perfectamente aceptable, pero sólo estaba en desacuerdo con el tonelaje de explosivos de alta potencia que deberían lanzar los aviones israelíes. De hecho, debería especificar exactamente el número de niños muertos, el número de casas demolidas, el número de víctimas de quemaduras, el número de mezquitas destruidas que toleraría como no "excesivos". ¿Serían razonablemente no excesivos la mitad del número de muertos y la mitad de los daños causados, o quizás un tercio? Sería útil para ambas partes saberlo para que los israelíes limiten sus matanzas a la cuota especificada por la ONU, y para que los habitantes de Gaza sepan cuántos de su comunidad van a ser sacrificados en el sagrado asesinato sancionado por la ONU.

Para Ban, entonces, los bombardeos israelíes son buenos - aunque tal vez le gustaría ver un poquito menos. Pero, en sintonía con sus amos políticos, considera que los palestinos no tienen derecho a ninguna forma de auto-defensa contra la ocupación israelí, y la constante agresión de Israel apoyada internacionalmente, el mortal asedio, con todos los medios que tienen a su disposición.

A fin de mantener la falsa sensación de equilibrio entre el agresor y la víctima, Ban tuvo que visitar el asentamiento colonial israelí de Sderot. Cuando inspeccionó pacientemente las cicatrices dejadas por los cohetes de Hamas que mataron a un total de tres israelíes, declaró, "los proyectiles son armas de efectos indiscriminados, y los ataques de Hamas son violaciones del derecho humanitario básico." Este es el mismo Ban que no invocó ni una sola vez la Ley con respecto a las masivas violaciones en curso de Israel.

También es notable que los cohetes disparados por las facciones de la resistencia Palestina no es que sean "indiscriminados", sino más bien no-guiados. No hay ninguna razón para creer que si los palestinos tuvieran acceso a los sistemas de guiado que los americanos suministran a Israel no apuntarían contra bases militares israelíes (de hecho trataron de hacerlo aunque la censura militar israelí no permitió informar sobre sus instalaciones militares). Los bombardeos de Israel por otra parte, como Ban no observó, son muy discriminados, apuntando deliberadamente contra viviendas e instalaciones civiles.

En Sderot, Ban también instó a Israel a poner fin a su agobiante bloqueo de Gaza, pero no porque el bloqueo sea una violación flagrante del derecho internacional, de las Convenciones de Ginebra, inhumano y erróneo. Solo le preocupaba que el bloqueo fortalecería a Hamas; de lo contrario, al igual que una dosis medida de bombardeos, estaría perfectamente bien.

Ban debería haber inspeccionado la destrucción en Gaza, y visitar y pasar tiempo con las víctimas palestinas de Israel antes de entrar en ninguna instalación de la ONU. Pero parece que en realidad evitó eso a propósito para enviar la señal de que no estaba mostrando simpatía hacia los "terroristas" o las gente acusadas de cobijarlos, a fin de auto-inocularse frente a las críticas de Israel y su coro de apologistas. Vio sin duda el ejemplo del Relator Especial de la ONU para los derechos humanos, el catedrático emérito de Princeton y experto en derecho internacional Richard Falk, que fue expulsado y vilipendiado por Israel y la administración de EEUU por cumplir con su mandato de modo veraz y fidedigno.

Esta no es sino una de las muchas historias tristes de como la alta dirección de Naciones Unidas ha traicionado y fracasado en su misión. La ONU no existe sólo para proteger a su personal e instalaciones. La bandera de la ONU por sí sola debería proporcionar este tipo de protección real - inmunidad que ningún Estado osaría violar sin temer las consecuencias. Pero Israel repetidamente ha atacado instalaciones de Naciones Unidas, escuelas, fuerzas de mantenimiento de la paz, y el personal en Palestina y Líbano, a sabiendas de que es él mismo, y no Naciones Unidas, quien goza de inmunidad por sus acciones. La próxima vez que Israel ataque una instalación de la ONU, parte de la responsabilidad incumbirá a los que no actuaron correctamente esta vez.

Hasan Abu Nimah ha sido representante permanente de Jordania ante Naciones Unidas. Este ensayo apareció por primera vez en The Jordan Times y se vuelve a publicar con el permiso del autor.

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