La práctica de Israel de asesinatos extraterritoriales es una amenaza contra la base misma del orden internacional, escribe James Petras *
El Ahram
25 febrero a 3 marzo, 2010
El 19 de enero, la policía secreta internacional de Israel, el Mossad, envió un escuadrón de la muerte de 18 miembros a Dubai con pasaportes europeos, supuestamente "robados" a ciudadanos israelíes que tienen doble ciudadanía y manipulados con fotografías y firmas falsas, con el fin de asesinar al líder palestino Mahmoud Al-Mabhouh.
La evidencia es abrumadora: La presentación de la policía de Dubai de los detallados videos de seguridad mostrando a los asesinos fue corroborada por el testimonio de expertos en seguridad israelíes y aplaudida por los principales diarios y columnistas de Israel. El Mossad declaró abiertamente que Al-Mabhouh era un objetivo de alta prioridad que había sobrevivido a tres intentos de asesinato anteriores. Israel ni siquiera se molestó en negar el asesinato. Además, el sofisticado sistema de comunicación utilizado por los asesinos, la logística y la planificación de su entrada y salida de Dubai y el alcance y la magnitud de la operación, tienen todas las características de una operación de alto nivel estatal.
Además, sólo el Mossad tendría acceso a los pasaportes europeos de sus ciudadanos con doble nacionalidad. Sólo el Mossad tiene la capacidad, la motivación, la intención declarada y la disposición de provocar un conflicto diplomático con sus aliados europeos, a sabiendas de que la ira de los gobiernos de Europa occidental se desinflaría debido a sus estrechos vínculos con Israel. Después de una investigación minuciosa y del interrogatorio de los dos palestinos colaboradores del Mossad capturados, el jefe de la policía de Dubai afirmó estar seguro de que el Mossad estaba detrás del asesinato.
La política israelí de asesinatos en el extranjero plantea cuestiones profundas que amenazan la base del Estado moderno: la soberanía, el Estado de Derecho y la seguridad nacional y personal.
Israel tiene una política, declarada públicamente, de violar la soberanía de cualquier país con el fin de matar o secuestrar a sus oponentes. Tanto en la proclamación como en los hechos, la legislación israelí, los decretos y las acciones en el extranjero suplantan a las leyes y a los organismos de seguridad de cualquier otra nación. Si la política de Israel se convierte en práctica común en todo el mundo, entraremos en una selva salvaje Hobbesiana en la que los individuos estarían sujetos a las intenciones asesinas de escuadrones de la muerte extranjeros sin restricciones de ninguna ley nacional y sin rendir cuentas a la autoridad nacional. Todos los Estados podrían imponer sus propias leyes y cruzar fronteras nacionales con el fin de asesinar impunemente a ciudadanos o residentes de otras naciones. De hecho, los asesinatos extraterritoriales de Israel son una burla hacia la noción misma de soberanía nacional. La eliminación extraterritorial de adversarios por la policía secreta fue una práctica habitual de la Gestapo Nazi, la GPU de Stalin, la DINA de Pinochet y se ha convertido en práctica sancionada por las "Fuerzas Especiales" de EEUU y la división clandestina de la CIA. Estas políticas son el sello distintivo de estados totalitarios, dictatoriales e imperialistas que sistemáticamente pisotean los derechos soberanos de los pueblos.
La práctica israelí de asesinatos extrajudiciales, extraterritoriales - ejemplificada por el reciente asesinato de Al-Mabhouh en una habitación de hotel en Dubai - viola todos los preceptos fundamentales del Estado de Derecho. Las ejecuciones extrajudiciales ordenadas por un estado significan que su propia policía secreta actúa de juez, jurado, fiscal y verdugo, sin restricciones de soberanía, de leyes, ni del deber de las naciones de proteger a sus ciudadanos y visitantes. Las pruebas, los procedimientos legales, el derecho a la defensa y los interrogatorios quedan obliterados en el proceso. Los asesinatos extrajudiciales patrocinados por el estado minan por completo el debido procesamiento legal. La liquidación de opositores en el extranjero es el siguiente paso lógico después de los juicios pantomima en el propio Israel, basados en la aplicación de sus leyes racistas y en decretos de detención administrativa que han desposeído al pueblo palestino y han violado las Leyes internacionales.
Los escuadrones de la muerte del Mossad operan directamente bajo las órdenes del primer ministro israelí (quien aprobó personalmente el reciente asesinato). La gran mayoría de los israelíes apoyan con orgullo estos asesinatos, sobre todo cuando los asesinos logran no ser detectados ni capturados. El funcionamiento sin trabas de los escuadrones de la muerte extranjeros patrocinados por el estado que ejecutan asesinatos extrajudiciales con impunidad, es una seria amenaza para todos los críticos, escritores, dirigentes políticos y activistas cívicos que se atrevan a criticar a Israel.
El precedente de Israel matando a sus adversarios en el extranjero establece las fronteras externas de represión por medio de sus partidarios en el exterior en las principales organizaciones sionistas, la mayoría de los cuales han apoyado, tanto ahora como en el pasado, la violación por Israel de la soberanía nacional a través de ejecuciones extrajudiciales. Si Israel elimina físicamente a sus oponentes y críticos, las 51 principales organizaciones judías norteamericanas reprimen económicamente a los críticos de Israel en EEUU. De modo activo presionan a empleadores, presidentes de universidades y funcionarios públicos para que despidan a empleados, académicos y profesionales que se atreven a hablar o escribir en contra de la tortura israelí, los asesinatos, y el despojo sistemático de los palestinos.
Hasta ahora, los comentarios más críticos - en Israel y en otros lugares - sobre el reciente asesinato del Mossad en Dubai destacan la "incompetencia" de los agentes, incluido el permitir que quedaran filmados sus rostros en numerosos videos de seguridad cuando torpemente se cambiaron las pelucas y disfraces bajo la mirada de la cámara. Otros críticos se quejan de que la torpeza del Mossad "empaña la imagen de Israel" como estado democrático dando argumentos a los antisemitas. Ninguna de estas superficiales críticas han sido repetidas por el Congreso de EEUU, la Casa Blanca o los presidentes de las principales organizaciones judías estadounidenses, donde prevalece la regla de la mafia de omerta, o silencio, y la norma es la complicidad criminal.
Aunque los críticos se quejan del torpe trabajo del Mossad, que hace más difícil que las potencias occidentales proporcionen a Israel cobertura diplomática para sus operaciones en el exterior, la cuestión fundamental no se aborda nunca: La adquisición y alteración por el Mossad de pasaportes oficiales británicos, franceses, alemanes e irlandeses de ciudadanos israelíes con doble nacionalidad pone de relieve la naturaleza cínica y siniestra de la explotación por parte de Israel de sus ciudadanos con doble nacionalidad, para la consecución de sus propios y sangrientos objetivos de política exterior. El uso por el Mossad de pasaportes auténticos expedidos por cuatro naciones soberanas Europeas a sus ciudadanos, para asesinar a un palestino en una habitación de hotel en Dubai, plantea la cuestión de a quien deben lealtad los ciudadanos israelíes con doble nacionalidad, y cuán lejos que están dispuestos a llegar para defender o promover asesinatos de Israel en el extranjero.
Gracias a la utilización por Israel de pasaportes británicos para entrar en Dubai y asesinar a un adversario, todos los hombres de negocios y turistas británicos que viajen por Oriente Medio serán sospechosos de vínculos con escuadrones de la muerte israelíes. Con elecciones este año y los partidos Laborista y Conservador contando en gran medida con millonarios sionistas para el financiamiento de la campaña, queda por verse si el Primer Ministro Gordon Brown hará algo más que sollozar y temblar.
* El autor es Catedrático Emérito de Sociología de la Universidad de Binghamton, Nueva York.
Viñeta: LATUFF
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