miércoles, 11 de marzo de 2009

La UE denuncia la demolición de viviendas en Jerusalén

11-03-2009
Martxelo Díaz
Gara

Israel está usurpando tierras y violando las libertades civiles en el este de Jerusalén, según denuncia un informe interno de la UE difundido por la web EUobserver.com que, además, destaca que la postura del Estado sionista es un obstáculo para alcanzar una paz justa en Palestina.

El informe recuerda que Israel invadió y ocupó la parte este de Jerusalén durante la Guerra de los Seis Días, en 1967, y que actualmente en esta zona de la ciudad viven 190.000 israelíes y 210.000 palestinas. Además, alberga el tercer lugar más sagrado para el Islam, la mezquita de Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca, desde donde, según la tradición, Mahoma ascendió al Cielo.

La UE destaca que desde 2004, Israel ha demolido más de 400 casas palestinas y que existen más de mil que tienen pendiente una orden para ser derribadas. Junto a ello, desde 2007 los ocupantes israelíes han aprobado la construcción de 3.000 nuevas viviendas para israelíes. El informe destaca que, a diferencia con lo que ocurre con las casas palestinas, las viviendas de los colonos israelíes no suelen ser objeto de derribo.

El documento de 20 páginas fue elaborado por los responsables de las embajadas de los miembros de la UE en Tel Aviv el 15 de diciembre y fue filtrado el pasado fin de semana al Comité Israelí contra la Demolición de Casas, una ONG con sede en Jerusalén.

«Israel, en la práctica, está actuando para conseguir la anexión de Jerusalén Este, algo que es ilegal», señala el documento. «Las demoliciones de casas en la ocupada Jerusalén Este son ilegales según la legislación internacional y tienen graves efectos humanitarios, además de alimentar la amargura y el extremismo», añade. La política de vivienda israelí, según constata el informe de la UE, se lleva a cabo con criterios discriminatorios a la hora de ofrecer los servicios públicos, ya que deja las zonas palestinas con peores pavimentaciones y sistemas de alcantarillado que en las zonas israelíes.

La construcción del denominado Muro de Seguridad [del Apartheid para los palestinos], de 725 kilómetros de longitud en torno al este de Jerusalén obliga a los palestinos de Cisjordania a solicitar pases temporales para entrar en la ciudad. El informe de la UE constata que, en algunos casos, esta exigencia fuerza a ciudadanos palestinos a dejar de cultivar sus tierras o les impide acceder a tratamientos contra el cáncer en hospitales especializados.

Los diplomáticos de la UE muestran también su preocupación por la política israelí de ayudar a colonos extremistas que organizan excavaciones arqueológicas en zonas extremadamente sensibles. «De este modo, la arqueología se ha convertido en una herramienta ideológica para la lucha nacional y regional destinada a modificar la identidad y el carácter de una ciudad, lo que amenaza la estabilidad», añade el informe. Desde hace años, arqueólogos israelíes realizan excavaciones en zonas de la Ciudad Vieja de Jerusalén, como la Explanada de las Mezquitas, en la que se ubican Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca. El objetivo es tratar de demostrar que aún existen restos del Templo de Salomón (del siglo X antes de Cristo, según la tradición judía). El interés no es meramente cultural, ya que el hallazgo de estos restos justificaría la ocupación de la ciudad con el sólido argumento de «los judíos estábamos antes». De ahí a arrasar las mezquitas para construir el Tercer Templo [tras los de Salomón y Herodes] sólo hay un paso.

La UE mantiene desde junio de 2000 un acuerdo de cooperación con Israel, que otorga al Estado sionista importantes ventajas comerciales. La matanza de Gaza de diciembre y enero pasados ha provocado que surjan voces en contra de esta trato preferencial. Irlanda y Suecia han defendido que se juzgue a Israel por crímenes de guerra, algo a lo que se oponen Alemania, Italia y los Países Bajos. El europarlamentario liberal inglés Chris Davies señaló a EUobserver.com que es necesario suspender el acuerdo con Israel. «La idea de que cooperar con una nación que ocupa militarmente Palestina nos otorga influencia sobre Israel no tiene sentido», destacó.

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