Por ALI ABUNIMAH *
El discurso de Obama muestra poco cambio real. En muchos aspectos su análisis mantiene las viciadas políticas norteamericanas.
Una vez que se quita el mujamalat -intercambio de cortesías entre huésped y anfitrión- el fondo del discurso del Presidente Obama en El Cairo indica que es probable que haya poco cambio real en la política de EEUU. No es necesario adivinar las intenciones de Obama - puede ser totalmente sincero y yo creo que lo es. Son su análisis y sus prescripciones los que en muchos aspectos mantienen intactas las fallidas políticas americanas.
Aunque se comprometió a "decir la verdad lo mejor que pueda", el presidense dejó fuera muchas cosas. Habló de la tensión entre "América y el Islam" - la primera un lugar específico y concreto, este último una vaga construcción subsumiendo pueblos, prácticas, historias y países más variados que similares.
Etiquetando el "otro" de América como una nebulosa y un "Islam" que todo lo abarca (aunque profesando acercamiento y respeto) es una forma de evitar reconocer lo que, de hecho, hace a la gente unirse y movilizarse a través de muchos países de mayoría musulmana: La abrumadora oposición popular a las cada vez más intrusivas y violentas intervenciones militar, política y económica de América en muchos de esos países. Esta oposición - y la resistencia que genera - se ha convertido ahora para los partidarios de las intervenciones, en sinónimo de "Islam."
Fue decepcionante que Obama reciclase la noción de su predecesor de que "el extremismo violento" existe en un vacío, sin relacionarlo con la exponencialmente mayor utilización de la violencia de América (y sus clientes) antes y después del 11 de septiembre de 2001. Se detuvo en el "enorme trauma" causado a EEUU cuando casi 3.000 personas murieron ese día, pero no dijo ni una sola palabra acerca de los cientos de miles de huérfanos y viudas que se han producido en Irak - que el zapato volante de Munathar al-Zaidi obligó a los estadounidenses a recordar el año pasado, aunque solo fuera unos segundos. Ignoró a las docenas de civiles que mueren cada semana en la "necesaria" guerra de Afganistán, o los millones de refugiados que huyen en Paquistan de la escalada impulsada por EEUU.
Igual que hacía a menudo el presidente George Bush, Obama afirmó que es sólo una minoría violenta la que empaña el nombre de una vasta y "pacífica" mayoría musulmana. Pero una vez más pareció implicar a todos los musulmanes como sospechosos al advertir, "Cuanto antes sean aislados y rechazados los extremistas en las comunidades musulmanas, antes estaremos todos más seguros."
En ningún punto quedaron más aparentes estos puntos ciegos que en sus declaraciones sobre Palestina/Israel. Dio a su audiencia una detallada lección sobre el Holocausto y explícitamente lo utilizó como justificación para la creación de Israel. "Es innegable también", dijo el presidente, "que el pueblo palestino - musulmanes y cristianos - ha sufrido en la búsqueda de una patria. Durante más de sesenta años ha tenido que soportar el dolor de la dislocación."
¿Sufrido en la búsqueda de una patria? ¿El dolor de la dislocación? Ellos ya tenían una patria. Sufrieron por ser étnicamente depurados y desposeídos de ella, impidiéndoseles regresar por ser del grupo étnico-nacional erróneo. ¿Por qué sigue siendo eso tan difícil de decir?
Aleccionó a los palestinos respecto a que "la resistencia por medio de la violencia y la muerte es un error y no triunfará". Les advirtió de que "Es un signo de que no hay valor ni poder en disparar cohetes a niños dormidos, o en volar ancianas en un autobús. Así no es como se reivindica la autoridad moral, así es como se entrega". (Nota: el último atentado suicida de palestinos sobre un blanco civil se produjo en 2004)
Bueno, pero ¿realmense se imagina Obama como caerán tales palabras a un público árabe que observó con horror como Israel masacró a 1.400 personas en Gaza el pasado invierno, incluidos cientos niños que dormían o huían aterrados, con armas suministradas por América? ¿Pensó que sus oyentes no recordarían que el número de civiles palestinos y libaneses matados por Israel siempre ha superado con creces el número de israelíes muertos por los árabes, precisamente por las armas Americanas, que se ha comprometido a seguir suministrando a Israel sin pedir responsabilidades? Amnistía Internacional ha confirmado recientemente lo que los palestinos siempre han sabido: Israel rompió el alto el fuego negociado cuando atacaron Gaza el día 4 del pasado mes de noviembre, causando represalia de cohetes que no mataron a ningún israelí hasta después de que Israel lanzaza su ataque mucho mayor contra Gaza. Que él siga guardando silencio sobre lo ocurrido en Gaza, y se niegue a pedir cuentas a Israel demuestra que no hay compromiso con decir toda la verdad.
Algunas personas están dispuestas a dar un pase a Obama por todo esto porque al menos está hablando claro sobre los asentamientos israelíes en la Cisjordania ocupada. En El Cairo, dijo: "Los Estados Unidos no aceptan la legitimidad de la continuación de los asentamientos israelíes. Esta construcción viola los acuerdos anteriores y socava los esfuerzos para lograr la paz. Es hora de detener estos asentamientos".
Estas palabras cuidadosamente elegidas se centran únicamente en la continuación de la construcción, no en la existencia de los asentamientos propiamente dichos, que son totalmente compatibles con el consenso de la industria del proceso de paz de que los asentamientos existentes se mantendrán donde están para siempre. Esto plantea la cuestión de a donde cree estar yendo Obama.
Resumió las "aspiraciones legítimas" de los Palestinos como el establecimiento de un "estado". Esto se ha convertido en una consigna muy conveniente que se supone que los Palestinos deben (usar para) reemplazar su búsqueda de derechos y justicia que el proyecto de estado les niega de hecho. Obama ya está en oponerse al derecho de los refugiados palestinos de regresar a sus hogares, y nunca ha apoyado el derecho de los ciudadanos palestinos de Israel a vivir libres de la incitación, la persecución y las prácticas racistas y religiosas espoleadas por los más altos dirigentes israelíes y escritas en sus leyes.
Puede tener más determinación que su predecesor pero sigue comprometido con una inviable "visión" de dos estados destinada, no a restablecer los derechos de los palestinos, sino a la preservación de Israel como un enclave de privilegio de los judíos israelíes. Es un callejón sin salida.
Hubo una frase en su discurso que vitoreé y que él debería considerar: "Habida cuenta de nuestra interdependencia, ningún orden mundial que eleve a una nación o grupo de personas por encima de otro fracasará inevitablemente."
* Ali Abunimah es co-fundador de The Electronic Intifada
Fuente: The Guardian
viernes, 5 de junio de 2009
Un Bush con piel de cordero
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