Por Eli Clifton
WASHINGTON, feb (IPS) - Una campaña de ataques contra el New Israel Fund (NIF), una organización progresista de Estados Unidos que apoya a grupos de derechos humanos en el Estado judío, cuestiona la influencia que ejercen las entidades no gubernamentales sobre las políticas del gobierno israelí.
El asunto ha concitado la atención de los medios de comunicación de ambos países.
Pero una investigación de IPS sobre registros tributarios disponibles al público ha arrojado luz sobre el origen de los fondos utilizados para esos ataques.
La organización israelí Im Tirtzú ("Si quisieran", en hebreo) lideró los ataques, que sostienen que el NIF financió el apoyo a y la participación de varios grupos en el Informe Goldstone. Argumentan que esto fue parte de una campaña del NIF para deslegitimar a Israel.
El informe en cuestión fue elaborado por una comisión de la Organización de las Naciones Unidas dirigida por el juez sudafricano Richard Goldstone y encargada de investigar la guerra que tuvo lugar del 27 de diciembre de 2008 al 18 de enero de 2009 en Gaza.
El informe, presentado en septiembre del año pasado, concluyó que tanto Hamás (acrónimo árabe del palestino Movimiento de Resistencia Islámica) como Israel cometieron crímenes de guerra durante el conflicto.
La campaña publicó en el periódico israelí The Jerusalem Post un aviso de una página entera que mostraba a la presidenta del NIF, Naomi Chazan, ostentando un cuerno demoníaco en su frente.
A Chazan la despidieron de su columna bisemanal en ese diario luego de que amenazó con iniciar una demanda legal por el anuncio.
"Esto no tiene base. Es despiadado. Está ideológicamente motivado y capitaliza la indignación del público israelí en torno al Informe Goldstone. Lo vemos como parte de un patrón más amplio para dar fin a la comunidad de derechos humanos de Israel", dijo a IPS Naomi Paiss, directora de comunicaciones del NIF.
El legislador israelí Otniel Schneller propuso crear una comisión parlamentaria que examine el rol del NIF y de quienes lo financian en la transferencia de "información falsa, exagerada y no creíble al juez Goldstone, dañando así el interés nacional del Estado de Israel".
Por ahora la comisión no parece estar avanzando, pero ya se formó una subcomisión parlamentaria para examinar las donaciones que reciben del exterior algunas organizaciones israelíes.
Im Tirtzú, que se describe a sí mismo como "un movimiento extraparlamentario para fortalecer valores sionistas", requiere que los donantes envíen sus aportes a la organización estadounidense Central Fund of Israel (CFI), sin fines de lucro, que financia a varios grupos israelíes de derecha.
Entre ellos figuran Amitz, que financia a milicias de colonos; Magen Yehuda, que ayuda en el entrenamiento militar de los colonos, y Women in Green, una organización de mujeres derechistas que se opone a devolver los territorios capturados por Israel durante la Guerra de los Seis Días de 1967 y promueve la "transferencia" de árabes a países vecinos.
El periodista Akiva Eldar señaló en el diario israelí Haaretz que el CFI apoya a una yeshivá (centro de estudios sobre judaísmo) cuyo líder, el rabino Yitzhak Shapira, ha intentado justificar la matanza de bebés "gentiles" por "el futuro peligro que se suscitará si se les permite convertirse en personas malvadas como sus padres".
"Lo que estamos viendo en Israel es una mayor intolerancia oficial al disenso", dijo Sarah Leah Whitson, directora de Human Rights Watch para Medio Oriente.
"Una de las fortalezas sobresalientes de Israel ha sido su vibrante sociedad civil y su floreciente debate público, así que estos acontecimientos son particularmente preocupantes", agregó.
IPS investigó registros tributarios y así conoció los nombres de varios de los principales donantes --los que otorgaron más de 300.000 dólares-- al CFI desde 2005. Los aportes al CFI están exentos de impuestos.
La mayor fuente de financiamiento descubierta por IPS es C Funding, una fundación dirigida por David Fishel que a partir de ese año aportó 2,25 millones de dólares al CFI.
Fishel trabaja como analista financiero en la firma Liquidity Solutions, y antes fue directivo de Norpac, un importante comité de acción política a favor de Israel.
Norpac apoya la asistencia de Estados Unidos a Israel, la implementación de sanciones contra Irán y la legislación para bloquear la ayuda a la Autoridad Nacional Palestina hasta que ésta asuma ciertos esfuerzos contra el terrorismo.
Tanto Liquidity Solutions como Capital Investors --empresa que parece tener su sede en la casa de Fishel-- contribuyeron con C Funding.
Fishel no respondió a los llamados de IPS en busca de sus declaraciones.
La segunda mayor fuente de donaciones son fundaciones relacionadas con IDT, una empresa de telecomunicaciones con sede en Nueva Jersey, que en el año fiscal que finalizó el 31 de julio de 2009 facturó 1.500 millones de dólares.
La IDT Charitable Foundation donó al CFI 870.000 dólares desde 2005. Y la Jonas Foundation --dirigida por Howard Jonas, fundador y presidente de IDT-- aportó 1,12 millones de dólares.
Ante los llamados de IPS, un representante de la compañía respondió que la IDT Charitable Foundation ya no está operativa y que ya ninguno de sus miembros trabaja en IDT.
De hecho, la fundación no registra devoluciones impositivas luego de 2007, pero varios de sus directivos todavía aparecen listados en el sitio web de IDT como ejecutivos de la empresa.
Fundaciones vinculadas a DKR Capital, un fondo de alto riesgo con sede en el nororiental estado de Connecticut, y uno de sus fundadores, Barry L. Klein, donaron 640.000 dólares al CFI desde 2005.
Las contribuciones se canalizaron a través de la Chesed Israel Foundation y de la Ner Tzion Foundation. Ambas listan a Klein como su presidente o director.
Antes de crear DKR, Klein fundó una división de la firma de seguros y servicios financieros AIG (American International Group) que luego se convirtió en el AIG Trading Group y más tarde jugó un rol destacado en la caída de la empresa, siendo objeto de un rescate financiero por parte del gobierno de Estados Unidos.
Mark Weinrib, vicepresidente de Morgan Stanley entre 2007 y 2008 y vicepresidente de DKR de 1999 a 2007, también fue listado como miembro de las fundaciones de Klein.
Los donantes, que representan aproximadamente 5,5 millones de dólares en aportes exentos de impuestos al CFI y organizaciones vinculadas a él, como Im Tirtzú, desde 2005 han vuelto disponibles al público sus registros tributarios. Pero hay muchas otras contribuciones que fueron efectuadas con cheques personales o en efectivo que son imposibles de rastrear.
Los donantes cuyos nombres salieron a la luz en esta investigación eligieron no formular declaraciones sobre su decisión de contribuir con el CFI.
Sin embargo, otro de ellos, la organización Christians United for Israel (CUFI, Cristianos Unidos Por Israel), del pastor John Hagee, reconoció haber financiado a Im Tirtzú y advirtió que las acciones adoptadas por las organizaciones tienen un impacto en el proceso de toma de decisiones de CUFI en cuanto a "qué grupos financiar", dijo el día 2 a la Jewish Telegraphic Agency el portavoz de la entidad, Ari Morgenstern.
domingo, 14 de febrero de 2010
EEUU-ISRAEL: El bolsillo de los derechos humanos
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