Recordando a George Habash
Samah Idriss*
Al-Akhbar
Intervención de Samah Idriss durante el acto de conmemoración del segundo aniversario del fallecimiento de "El Hakim" George Habash, fundador del Frente Popular para la Liberación de Palestina y publicado en el diario libanés Al-Akhbar el 08.02.2010. Traducido del árabe por Jamal Halawa.
Cuando recuerdo a George Habash, no es que recuerde en primer lugar al panarabismo, ni al marxismo-leninismo, ni a la lucha armada... ni siquiera a Palestina, sino, recuerdo en primer, y tal vez en último lugar, a una persona bondadosa con una ética superior en la práctica política. Os preguntaréis: ¿Ética superior? ¿ Y en política?
Sé, que todos nosotros, nos hemos educado en que que la política no tiene que ver mucho con la ética. Nos hemos educado, en que la política es el "arte" de la astucia, la picardía, la vileza, el mercadeo, la renuncia, la mentira, la abyección, el balbuceo, el trueque, la puja y "es todo aquello que se le puede llamar táctica", como decía Ziad Rahbani en una canción dedicada a cualquier caudillo "patriota" o "clásico". Y así aprendimos que el político es escurridizo, es un empalme, es avispado, es hijo de su madre, es repugnante, es quien no se corta en cometer alegalidades con tal de llegar a sus fines, siendo estos, prioritarios, y que por cierto, suelen ser de carácter personal, familiar o sectario.
Se ha difundido en nuestras literaturas políticas, particularmente las izquierdistas, la crítica al pensamiento idealista, y algunos de nosotros, lo ha comprendido mal, considerándolo como una crítica a los ideales supremos y la ética virtuosa, y así, y sin pudor, empiezan a calificar al político íntegro con amplias miras como tonto, ridículo, antiguo y extinguido que la actualidad le ha dejado solo y desnudo en la calle. Recuerdo que muchos de nosotros en el pasado, como en la actualidad, justificaba la impureza en la política para proteger a los miembros de una confesión o a sí mismo; pero cuando se nos recuerda a nombres de la clase de Abu Maher El Yamani, El Hakim (George Habash) o Wadei Haddad, inclinamos la cabeza lamentando el paso del tiempo, como si no fuéramos responsables (aunque fuera en distintos grados) del deplorable tiempo presente, ni de dejar que nos gobiernen los corruptos, los sobornables y los asquerosos asesinos.
Hablamos de los puros y los limpios con un anhelo como el que procesa la madre que perdió a su hijo, después, votamos con entusiasmo futbolístico a los corruptos sectarios. Hablamos del tiempo, como si éste, se auto-elaborase, o como si fuera un destino irremediable. Y compadecemos el "bello" pasado, olvidándonos, de que en los tiempos de El Hakim, El Yamani, Kanafani y otros... no estaba el clima menos contaminado que ahora, "gracias" al reaccionarismo saudí y la inteligencia jordana, o la represión del "Partido Progresista", el dinero de la Fundación Ford o la "Organización de la Libertad Cultural".
Hablamos del "bello" pasado como si no incluyera a gente como Nouri Al Saíd, el rey Husein o a Wasfi Al Tal, pero la realidad es diferente queridos amigos, puesto que El Hakim y sus compañeros del Movimiento de Nacionalistas Árabes y otras organizaciones similares, abrieron camino en unas condiciones que no eran menos difíciles que en estos días, y sufrieron la cárcel, la tortura, el destierro, la clandestinidad y se disfrazaron hasta ante sus hijos, participando así, en elaborar un pasado del cual estamos lejanos. Sin embargo, decir que este tiempo ya no es tiempo de los bondadosos, ni es tiempo de la ética, entonces, en realidad, es que consagramos el tiempo de la inmundicia y lo eternizamos hasta el infinito, y porque así, nos libramos de tomar cualquier iniciativa capaz de transformarlo hacia algo más limpio.
George Habash es un pionero en la política ética, y en la ética política, y yo afirmo, que será eso lo que eternizará su memoria en la conciencia de nuestro pueblo y de las fuerzas izquierdistas a lo largo y ancho del mundo. Una memoria viva, fresca, resplandeciente y limpia en medio de aguas árabes estancadas. Es más, me atrevería a ir más lejos al afirmar que es la ética de El Hakim y la ética de los primeros líderes del Movimiento Nacionalista Árabe, es la primera responsable de la limpia reputación que aun puede lucir el FPLP hasta el día de hoy, y es la ética esta, aunque sea en menor medida, la responsable de la continuidad del FPLP. Si camaradas, si no fuera por la ética de aquella generación fundadora como son El Hakim, Wadei, Abu Ali, hubiera sido probable que una organización necesitada de financiación y modesta en su popularidad como lo es el FPLP, se convirtiera en un apéndice de la Autoridad Nacional Palestina o en un nexo de cualquier aparato de inteligencia árabe. Lo que impide a la mayoría de los cuadros del FPLP y a su liderazgo caer en redes de corrupción y corruptelas es, y en gran medida, por la historia de sus fundadores y por su limpio currículo ético.
Pero he de reconocer, que excita mi intelecto, a veces, el averiguar las causas de que un político sea una persona moral y limpia y no un empalme como decía el sarcástico de Rahbani. Por ejemplo, ¿puede atribuirse a la clase social? Pero, muchos llegaron a la política procedentes de familias acomodadas como es el caso de nuestro Hakim George, sin embargo, y al contrario que él, codiciaron tener más riqueza y utilizaron la política para obtener más control político y social. En frente, existen pobres que les atrajeron las excelencias de la política y "la lucha" y ponderaron en la corrupción dedicándose a explotar sus puestos en su propio beneficio y a la revolución. Tenemos ejemplos en ambos lados, en El Líbano, más precisamente, los casos son innumerables, y todos ellos reafirman que la clase social no tiene que ver con la limpieza de las manos.
¿Podría ser el nivel cultural uno de los delimitadores a la hora de hablar de la limpieza en política entonces? Es difícil responder a esto, aun sabiendo del gran bagaje cultural de El Hakim, puesto que en el mundo de la cultura, como habréis podido observar, hay muchos escritores e "intelectuales" mercenarios y corruptos que, de la noche a la mañana, pasaron de ser marxistas, a saudistas wahabitas, y de favorables a la resistencia, a favorables al "raciocinio".
¿Podría ser la educación casera una de las causas de la rectitud ética? No sé mucho sobre la educación del Hakim en su casa, pero quien lee memorias de grandes luchadores éticos como Anis Sayegh y Shafq Al Hout, observaría desde el primer momento que la familia (en el caso de Sayegh, además de la estricta educación cristiana) tiene un rol principal en esculpir una personalidad política con las manos limpias.
¿De donde viene la ética en política?, una gran pregunta que dejo ante vosotros, sabiendo de antemano que no tiene una sola respuesta.
Y ahora, ¿cuales son las características éticas en la política de George Habash?, es decir, ¿Cómo se ha destacado la ética en su política?
En primer lugar, se destacó El Hakim en su firmeza con sus posiciones políticas básicas y justas, aun sabiendo, que la realización de las mismas, a corto o medio plazo, es muy difícil o imposible. Se sabe, que cuando Arafat defendía ante él los acuerdos de Oslo diciendo que "eran los acuerdos de lo posible", le respondió Habash con esta frase: "nuestra revolución se levantó para realizar lo imposible y no lo posible", y cuando muchos renunciaron a toda Palestina con el pretexto de "lo posible", rechazó Habash renunciar a un solo grano de tierra de Palestina e insistió en el derecho de todos los ciudadanos palestinos a retornar a su patria, y tan solo aceptó un estado palestino sobre Cisjordania y Gaza como un primer paso para realizar el objetivo estratégico, y éste es, el de derrotar al proyecto sionista vinculado al imperialismo americano y sus planes en la zona.
Y cuando algunos dirigentes mercadeaban sobre el derecho al retorno, Habash consideraba que este derecho es el núcleo de la cuestión palestina, es más, y a nivel personal, despues del establecimiento de la Autoridad Nacional Palestina y después del retorno de muchos dirigentes a Cisjordania y Gaza, Habash vinculó su retorno personal con el retorno de los refugiados palestinos, rechazando hasta el último día de su vida presentar ninguna solicitud al enemigo israelí para retornar al territorio de la ANP, y repetía siempre: "sólo volvería a la ciudad de El Led (ocupada en 1948 y forma parte de Israel según el plan de partición de 1947), y seré el último en volver de mi pueblo". Su firmeza en las posiciones políticas en que creía, no partían de una estúpida obstinación, de una infantil ingenuidad o de una cínica moralidad como gusta a algunos pregoneros criticarlo por ser "romanticismo utópico", sino, porque El Hakim Habash, consideraba que cualquier resolución que no daba al poseedor de un derecho, todos sus derechos básicos, esta resolución, no tardaría en caer porque mantuvo las brasas de la injusticia, bajo una ficticia ceniza de paz. Y en eso, El Hakim era el portador de un mensaje sublime, moriría por el como mueren los profetas, aunque sus seguidores, los seguidores del mensaje, renegaran del mismo o declinaran llevarlo, por el propio peso pesado del mensaje.
En segundo lugar, se destacó la ética de El Hakim cuando rechazó dejarse arrastrar y arrastrar a su organización hacia el colaboracionismo o la subordinación hacia ningún régimen árabe. Es cierto que había declarado su lealtad a toda alianza anti Israel-EEUU, pero en ningún día fue peón en manos de cualquier alianza. Todos recordamos que en plena guerra de los palestinos leales al régimen sirio contra Arafat en Trípoli, como rechazó El Hakim dicha guerra y como la condenó con dureza, a pesar de estar irritado con Arafat en aquellos tiempos cuando Habash residía en Damasco.
Y cuando la unidad nacional palestina se expuso a un inminente peligro después de la firma de Arafat de los acuerdos de Oslo, Habash y su organización preservaron la ética revolucionaria y no se arrastraron hacia el derramamiento de la sangre palestina, a pesar de su firme condena a los acuerdos de Oslo y a pesar de la división de las facciones palestinas en dos campos que condenaban cada uno al otro de ser traidor. La brújula patriótica de Habash, es la misma brújula ética entonces, y sus posicionamientos políticos, no obedecen a las dos varas de medir: la fuerza y el populismo, sino, obedecían a: el derecho y la injusticia. Y así, no era un absurdo que repitiera su conocida frase: "no censuréis la senda de la justicia por la poquedad de sus transeúntes". En este sentido, Habash fue un intelectual ético de primer orden, que además de la pluma, portaba el fusil por creer que la noble causa de la ética no es realizable, si no es acompañada de la noble fuerza también.
En tercer lugar, se destacó su ética cuando no se aprovechó de la posición política para auto enriquecerse. Cuentan los camaradas de El Hakim que vivía una vida muy humilde en Amman, y que cobraba un sueldo mensual del FPLP que no superaba unos pocos cientos de dolares. Y sabemos, que no consiguió, como él quería, despegar con la fundación "Centro de Estudios de Al Ghad (El Mañana)" que él mismo fundó después de su dimisión como Secretario General del FPLP para investigar las causas de la derrota y los medios para levantar con la revolución. El director del periódico Al Quds Al Arabi, Abdel Bari Attwan, dijo que sabía personalmente de las dificultades financieras que tenía El Hakim para preparar sus notas y ayudarse de investigadores para poder realizarlas y publicarlas adecuadamente, así como, poder clasificar los documentos relacionados con las mismas. Y para ser justos, habría que decir que el sentido altruista de Habash hacia su persona y hacia su organización, ha sido un principio personal y ético de primer orden que tuvo sus reflejos en los innumerables posicionamientos políticos, como durante la guerra civil libanesa, cuando insistía en que la alianza palestino-libanesa tenía que ser liderada por el Movimiento Nacionalista Libanés, y no la resistencia palestina, en contra de la posición de otros líderes palestinos que optaron por adueñarse de la "compartida" decisión libano-palestina, ahuyentando así, a gran número del pueblo libanés y de su liderazgo nacionalista.
Y por último, se destacó la ética revolucionaria de El Hakim, durante el sexto Congreso del FPLP en el año 2000, cuando dimitió como Secretario General, abriendo camino a otros miembros, como fue en su día, el mártir Abu Ali Mustafa, y más adelante, Ahmad Sa'adat, más jóvenes y con mejores condiciones de salud que El Hakim, quien había sufrido en 1980 un infarto cerebral, pero que mantenían como él, los barómetros de credibilidad, honestidad, valentía, coraje e independencia. El abandono de Habash voluntariamente de su puesto de máxima responsabilidad, dio un ejemplo de auto negación que raramente practican los caudillos árabes, quienes no abandonan sus puestos, como norma general, más que para ir a la tumba. Pero, la renuncia de El Hakim a su puesto de mando no le liberó de asumir responsabilidades patrióticas y culturales, bien sea a través de la coordinación de la acción de la Segunda Intifada, o la fundación del Centro de Al Ghad, realizar trabajos de seguimiento de las propias acciones del FPLP, o a través de mantener contactos con las facciones palestinas y árabes.
Y para terminar, en mi humilde opinión, creo que George Habash ha sido la encarnación más cercana del ideal que él perfilo para si mismo: servidor de su pueblo. Y es en un día como hoy, y tal vez en otros muchos días venideros, siento necesidad de un George Habash en medio de este gran y chocante flujo de líderes "patriotas" que carecen del más mínimo sentido de la rectitud y de los principios.
*Director de la revista libanesa Al Adab
Fuente: Rebelión
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