29/03/2010 Almanar
El diario israelí Haaretz ha citado fuentes políticas en Tel Aviv que señalaron que las demandas del presidente estadounidense, Barack Obama, durante su encuentro con el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, el martes de la pasada semana apuntaban a una intención de imponer un acuerdo permanente a Israel y los palestinos antes de dos años.
Responsables israelíes ven las demandas que Obama realizó en la Casa Blanca como la punta de un iceberg bajo el que se encuentra un cambio dramático en la política de EEUU hacia Israel.
Según el informe de Haaretz, de las 10 demandas planteadas por Obama, cuatro se refieren al Jerusalén ocupado: la apertura de una oficina de intereses comerciales palestinos en Jerusalén Este; el fin de la destrucción de estructuras en las vecindades palestinas de la ciudad ocupada; la detención de las construcciones en los asentamientos israelíes de Jerusalén Este y la no construcción de viviendas en la vecindad de Ramat Shlomo.
Otra demanda clave -la de discutir los asuntos principales durante las conversaciones indirectas que están planeadas- se percibe como problemática por los dirigentes israelíes, porque ello implicaría que las negociaciones directas no tendrían lugar. Esto crearía un marco en el que los norteamericanos podrían imponer un acuerdo final.
No son sólo las demandas de Obama las que son percibidas como problemáticas, sino también el nuevo modus operandi de la diplomacia estadounidense. El hecho de que la Casa Blanca y el Departamento de Estado hayan estado en contacto con los aliados europeos de Israel, y en primer lugar con Alemania, son vistos como parte de un esfuerzo para aislar a Israel y presionarle políticamente.
Responsables israelíes afirman que la nueva política de la Administración Obama -tendente a lograr una solución del conflicto árabe-israelí- contradice los compromisos de las anteriores administraciones, así como una carta enviada por el presidente George W. Bush en 2004 al primer ministro de aquel tiempo, Ariel Sharon.
Por su parte, Benny Beguin, ministro sin cartera y miembro del gabinete de seguridad del gobierno israelí, mostró de nuevo el rechazo del ejecutivo israelí a la paz al afirmar que la "Jerusalén reunida" era "la capital de Israel" y que "de ninguna forma renunciaremos a nuestra soberanía". Cabe recordar que Jerusalén Este es un territorio palestino ocupado según la ley y las resoluciones de la ONU, que exigen a Israel que se retire incondicionalmente de la ciudad. Ningún dirigente palestino firmará ningún acuerdo de paz que no contemple la declaración de Jerusalén Este como capital del futuro estado palestino.
miércoles, 31 de marzo de 2010
Israel Teme que EEUU Busque Imponer un Acuerdo de Paz en OM
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