lunes, 29 de marzo de 2010

Sobre la crisis entre EEUU e Israel

Por el Dr. Elías Akleh
Palestine Chronicle - 29/3/10

Durante las últimas dos semanas, el público ha estado sometido a una campaña de propaganda tratando de convencerlo de que se había desarrollado una crisis en las relaciones entre EEUU e Israel debido al anuncio de Israel de aprobar la construcción de 1.600 viviendas judías en la zona palestina ocupada de Jerusalén oriental, en el barrio de Shu'fat, el día de la visita de Joe Biden a Israel el 9 de marzo.

Las fuentes de los principales medios de comunicación y muchos políticos declararon que este anuncio fue una bofetada de Israel en el rostro de Biden, sobre todo después de que la Autoridad Palestina, apoyada por líderes árabes, acababa de aceptar la mediación norteamericana en conversaciones indirectas (negociaciones de proximidad según las describió Hillary).

El anuncio, en realidad, fue un regalo de Israel a Biden, que también incluía un documento enmarcado anunciando la plantación de varios árboles en Jerusalén en memoria de la madre de Biden, partidario leal de Israel. Esto más que una bofetada fue un excelente regalo a Biden, que ha declarado ser un ardiente sionista. Durante su visita Biden fue a la Universidad de Tel Aviv para decirle a su audiencia que es un sionista. Proclamó: "Durante toda mi carrera, Israel no sólo ha permanecido cerca de mi corazón, sino que ha sido el centro de mi trabajo como Senador de Estados Unidos y ahora como vicepresidente de Estados Unidos." Es Israel, más que Estados Unidos, quien parece estar más cerca del corazón de Biden. Biden es una prueba viviente de que uno no tiene que ser judío para ser sionista, tal como declaró en una entrevista televisada en Shalom TV.

Los principales postulados sionistas son el genocidio de los palestinos, la confiscación de sus tierras, la construcción de más edificios sólo para residentes judíos, especialmente en Jerusalén, y la erección del Tercer Templo en el lugar de la mezquita de Al-Aqsa.

El anuncio también confirma que el plan sionista para la región que había sido adoptado por todos los sucesivos líderes israelíes. Cada vez que los líderes palestinos y árabes dan otro paso hacia la paz con Israel, sus líderes toman una medida más agresiva, como meter sus tanques en las ciudades palestinas, confiscar más tierras, o construir más colonias. El gobierno de Netanyahu había destruido la mezquita de Salman Al-Farisi en la villa palestina de Burin, había añadido las mezquitas islámicas Ibrahimi y Bilal a la lista del patrimonio de Israel, y además de las 60 sinagogas que rodean a la Mezquita islámica de Al-Aqsa habían anunciado la finalización de la Sinagoga Hurva (Sinagoga Ruina) a pocos metros de la Mezquita de Al-Aqsa, lo que es visto por los musulmanes como otro paso más hacia la destrucción de su Mezquita.

La relación estadounidense-israelí nunca había sido más fuerte de lo que es hoy. Estados Unidos apoyó a Israel desde su nacimiento en 1948 en medio del mundo árabe como un estado colonial expansionista. El entonces presidente estadounidense, Harry Truman, tardó sólo once minutos en reconocer a Israel como estado, y lo hizo incluso sin consultar al Congreso.

Israel constituye una importante base militar y un ejército mercenario militar para Occidente, especialmente para Francia, Reino Unido y EEUU. Joe Biden, en su entrevista en Shalom TV, había explicado este hecho muy claramente. En 1956, Israel era un ejército mercenario del Reino Unido y Francia contra Egipto, después de que el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser nacionalizara el Canal de Suez dejándolo fuera del control británico, y hubiera apoyado la revolución argelina contra la ocupación francesa. Para este servicio Israel recibió ayuda tecnológica de Francia para construir su reactor nuclear de Dimona, y recibió el agua pesada donde introducir las barras nucleares del Reino Unido.

Para Estados Unidos, Israel, sirvió como base militar para probar las nuevas armas estadounidenses contra los palestinos. Palestina es utilizada por Israel como campo de pruebas, y los palestinos como objeto de las pruebas de nuevas armas fabricadas en Estados Unidos. Muchas ONGs han documentado el uso de armas biológicas, químicas y nucleares contra los palestinos y los árabes durante las guerras de Israel contra el Líbano y la Franja de Gaza.

Israel también fue utilizado por las sucesivas administraciones estadounidenses como amenaza existencial para los países árabes, especialmente los Estados del Golfo ricos en petróleo. Esta amenaza ha facilitado la venta de grandes cantidades de armas estadounidenses, aunque ineficaces y obsoletas, a los Estados del Golfo. Dichas ventas ayudaron a prosperar a los fabricantes de armas estadounidenses, y también ayudaron a desviar el dinero del petróleo hacia los bancos estadounidenses. La amenaza de Israel a los Estados del Golfo ayudó a justificar la construcción de bases militares norteamericanas en los Estados del Golfo con el pretexto de proteger a estos estados.

Israel también fue considerada la línea frontal de defensa occidental contra la expansión del comunismo en Oriente Medio. Sin embargo, tras el colapso de la Unión Soviética, Israel perdió esta utilidad. Israel, sin embargo, había recuperado su utilidad como socio de Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo tras los ataques del 911. Muchas investigaciones han señalado con el dedo a la brigada especial de demolición del Mossad como posible planificador y ejecutor de este ataque.

La supuesta "guerra global contra el terrorismo" de Bush había vuelto del revés la ecuación militar americana-israelí. Estados Unidos se había convertido en el ejército libre mercenario de Israel haciendo las guerras de Israel por delegación. La invasión de Irak es un ejemplo claro. Las dos principales líneas de oleoductos iraquíes, una desde la norteña región kurda hasta la costa de Turquía a través de Siria y la otra desde el sur de Irak al Golfo Pérsico, fueron cortadas. Ambas fueron dirigidas al puerto de Haifa en Israel, a través de Jordania.

La guerra fría contra Irán y la presión gradual para someter al régimen iraní por medio de sanciones económicas e incitación de conflictos internos y ataques terroristas sólo sirven a Israel. Para mantener a Israel como la mayor potencia militar de la región, esta guerra fría se libra bajo el pretexto del programa nuclear de Irán destinado a desarrollar una bomba nuclear, pretexto refutado en varias ocasiones por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), y por la disposición de Irán de cambiar su uranio enriquecido. Mientras tanto, los países occidentales están ignorando el hecho muy bien establecido de que Israel almacena al menos 200 bombas nucleares, y que Francia y EEUU firmaron acuerdos con algunos países árabes, como Jordania, Egipto, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos para construir reactores nucleares similares al de Irán.

Gracias a AIPAC la administración americana se ha vuelto sionizada. Los intereses de Israel y su bienestar habían ganado mayor prioridad que los intereses y el bienestar americanos. A expensas de los contribuyentes estadounidenses EEUU ha apoyado a Israel con tecnología y las armas más sofisticadas para atacar el Líbano y la Franja de Gaza. Los terroristas de Israel y sus criminales de guerra están protegidos y blindados por el apoyo político de Estados Unidos y la intimidación a otros países en la ONU. El Congreso ha respaldado los crímenes de guerra de Israel en 2008 contra Gaza y condenó el Informe Goldstone, con una votación de 334 a 36.

El Congreso había aprobado los 3 mil millones de dólares anuales de ayuda militar a Israel. Usando el dinero de los impuestos la administración estadounidense está pagando de forma gratuita la cobertura médica completa y gratuita de todos los ciudadanos israelíes, y está subvencionando proyectos de construcción de Israel, mientras los contribuyentes americanos carecen de la cobertura médica necesaria y están perdiendo sus hogares.

La sionizada administración americana había ignorado las advertencias del General Petraeus al Comité de Servicios Armados del Senado de EEUU, de que el incondicional y sesgado apoyo de Estados Unidos a Israel fomenta los sentimientos anti-americanos y pone en peligro las vidas de los soldados estadounidenses en Irak, Afganistán, Pakistán, y en el mundo musulmán en general.

En una señal de apoyo a Israel por el Senado de los Estados y en virtud de la iniciativa de los senadores Barbara Boxer (D-CA) y Johnny Isakson (R-GA) se envió una carta a la secretaria Clinton instándola a hacer lo que pueda para socavar los efectos de lo que ellos llaman "el anuncio intempestivo de construcción de viviendas en Jerusalén oriental". También culpan a la intransigencia palestina de que no se hayan reiniciado las negociaciones de paz, y piden que la administración no critique públicamente a Israel incluso cuando Israel haga cosas que avergüencen públicamente a la administración.

Por otra parte, en el Congreso más de 250 miembros han firmado una declaración enviada a Hillary Clinton, reafirmando su compromiso con "el vínculo indisoluble que existe entre los EEUU y el Estado de Israel... creemos, como dijo el presidente Obama, que la seguridad de Israel es de suma importancia en nuestra política de Oriente Medio y que va en interés de la seguridad nacional de EEUU asegurar que se mantiene la seguridad de Israel como estado judío independiente."

En su discurso en Asamblea de AIPAC el 22 de Marzo Hillary Clinton pronunció un discurso entusiasta elogiando lo que ella denominó el compromiso de Israel con la paz y prometió el apoyo permanente de Estados Unidos a Israel. "El futuro de ambos países (EEUU e Israel) está unido... nuestro compromiso con la seguridad de Israel y con el futuro de Israel es sólida como una roca", afirmó Hillary.

La posición de Obama hacia Israel se reflejó en su discurso ante el AIPAC el 3 de junio de 2008, cuando aún era candidato presidencial, al decir: "Jerusalén seguirá siendo la capital de Israel, y debe permanecer indivisa... haré todo lo que esté en mi mano para impedir que Irán obtenga un arma nuclear. Todo lo que está en mi mano. Todo y quiero decir todo."

Entonces, ¿a qué todo el escándalo por la denominada crisis entre EEUU e Israel? Esto es una maniobra doble de palo y zanahoria a los líderes árabes, que acaban de concluir su cumbre (27 y 28 de marzo). Se presenta para que EEUU salve la cara y dé la ilusión de que el gobierno podría ejercer presión sobre Israel siempre y cuando los líderes árabes no lleguen a ninguna resolución firme y den a la administración tiempo para tratar con Israel. El palo viene en el compromiso del Congreso con la seguridad de Israel.

La pelota está ahora en el tejado árabe. ¿Qué van a decidir: las vacías condenas habituales o acción real esta vez?

- El Dr. Elías Akleh es un escritor árabe de origen palestino, nacido en la ciudad de Beit-Jala. Actualmente vive en EEUU.

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