PSOE y PP unieron sus votos en la Cámara llamada baja para desterrar la justicia universal de los tribunales españoles
Salvador López Arnal
Rebelión
Dicen que es el principal partido de la oposición. ¿Oposición dicen?
Por tercera vez en estos tres últimos meses, y esta vez es la definitiva, PSOE y PP unieron sus votos en la Cámara llamada baja para desterrar la justicia universal de los tribunales españoles [1]. A partir de 16 de octubre los tribunales de nuestro país sólo podrán atender aquellos delitos en los que quede acreditado de forma adecuada que sus presuntos responsables se encuentran en España, que existan víctimas con nacionalidad española o bien que en esos presuntos delitos pueda constatarse adecuadamente alguna conexión con España. De hecho, de la quincena de causas internacionales que actualmente investigaba la justicia española, con necesarias minúsculas, varias podrían quedar en suspenso por este tercer motivo. Las enmiendas que las dos caras intercambiables de la política institucional aprobaron en el Senado ha empeorado aún más el texto anteriormente aprobado: se han retirado de la ley, si se dan las circunstancias, los crímenes de guerra de los asuntos de competencia española.
Votaron a favor de la modificación teledirigida de la ley, PSOE y PP, y CiU, PNV, Coalición Canaria y los restantes componentes del grupo Mixto se unieron al desaguisado. Se posicionaron en contra, en actitud que les honra, ERC, IU, ICV y BNG, y quiero creer que también Nafarroa Bai. Joan Ridao, el portavoz de ERC, el único diputado que pudo argumentar en el pleno contra la barbarie bipartidista y afines, señaló que existían crímenes de especial gravedad que permanecen impunes y que ofenden a toda la humanidad. Vamos a consumar con la modificación, señaló, un paso atrás.
Julio Villarrubia fue el portavoz del PSOE en la sesión. No tuvo ningún empacho en afirmar, conocido el sentido del acuerdo con el PP, que su partido no había cambiado su forma de pensar ni su sensibilidad respecto a la justicia universal. No se sabe si el pleno estuvo a punto de estallar en un carcajada interminable. Francisco Caamaño, nuestro ministro de Justicia, ni siquiera mencionó el tema en su intervención. Jordi Janè de CiU apuntó al punto decisivo en su parlamento: no debemos dar la imagen que damos pasos atrás. De eso se trata precisamente: no de no dar pasos atrás sino de no transmitir esa imagen, esa mala “sensación”.
Dolors Montserrat, diputada catalana del PP, estuvo en su línea: la ley anterior, la ley que su partido y el PSOE han alterado sustantivamente, sólo servía para que algún juez cobrase miles de dólares impartiendo cursos en Estados Unidos. Se quedó tranquila, la vergüenza no la hizo empalidecer.
Primera consecuencia de este pacto ilícito pero muy significativo de Estado: el presidente Simón Peres transmitía el 15 de octubre el agradecimiento, durante esta visita del gobierno español que pasará a la historia universal de la infamia, a este presidente de la decepción llamado José Luis Rodríguez Zapatero. ¿Motivos del agradecimiento? La Audiencia Nacional archivó ya en junio de este año, cinco días después de que el Congreso de Diputados, aprobase una modificación provisional de la ley, el proceso contra seis militares y el ex ministro de Defensa Benjamín Ben Eliezer por el ataque del Ejército del estado sionista de Israel a Gaza el 22 de julio de 2002. Murieron en el ataque un dirigente de Hamas y catorce ciudadanos palestinos civiles.
Como se recordará, cuando el juez Fernando Andreu abrió la causa a principios de 2009, Tzipi Livni, la Ministra de Exteriores del anterior gobierno de Israel, afirmó públicamente que tenía el compromiso de su colega Moratinos de reforma de la ley española para evitar el proceso contra sus militares. Nítido ejemplo, otro más, de nuestra "independencia política" y de la sombra alargada del poder sionista.
El mismo presidente Peres, ese otro inconsistente Nobel de la Paz, confirmó en Jerusalén el jueves 15 de octubre lo que es saber universal: el gobierno español "socialista" ha limitado el principio de jurisdicción universal en un claro gesto de connivencia hacia Israel. ¿Cuántos contratos de ventas de armas se han cocinado en la recámara? ¿Cuántas colaboraciones del MOSAD? ¿Cuántas amenazas veladas? Se desconocen esos datos.
¡Se dan cuenta de la sabiduría y pragmatismo de nuestro Ministerio de Exteriores dirigido por el señor Moratinos y sus sabios y radicales colaboradores! Peres, un dirigente de un Partido que sigue formando parte de la Internacional Socialista, lo dijo con total claridad: agradecía que no se llevasen a "los tribunales a los líderes militares y civiles que no hicieron más que defender la vida de su pueblo" [2]. ¡Defender la vida de su pueblo! He escrito bien, no hay errata ni errores.
PS: Los consejos áulicos del señor Moratinos no se han debido quedar en estos parajes. ¿Saben ustedes que el señor Zapatero visitara el territorio de Gaza? ¿Pueden ustedes imaginarse que un dirigente socialista, por moderado que sea en su posición política, visite Palestina y después de la barbarie del ataque del Ejército israelí, cuando aún no se cumple un año de aquel acto criminal, no visite, por sumisión, por dependencia, por seguir viviendo de rodillas, por no enfadar ni molestar a los señores de la Guerra, no quiero pensar por convicción, ese territorio de sufrimiento y resistencia? ¿No se lo imaginan? Háganlo rápido: Gaza no ha sido tenida en cuenta en la ruta de guía de un presidente que decía estar entusiasmado por el republicanismo cívico e ilustrado.
O mejor dicho: sí ha sido tenida en cuenta: para ser tachada por improcedente.
Notas:
[1] Luis Calvo, "PP y PSOE dan el tiro de gracia a la Justicia Universal", Público, 16 de octubre de 2009, p. 19.
[2] Ana Pardo de Vera, "Israel agradece a Zapatero el freno a la justicia universal", Ibidem, p. 20.
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