Juan Antonio González Molina
Rebelión
Por fin se dignó el Señor Obama a recibir a Don José Luis Rodríguez Zapatero, que aparecía el pasado 14 de octubre sonriente ante la presencia del nuevo amo del mundo en la mayoría de las portadas de los principales diarios del país. Apenas treinta minutos de encuentro que bastaron para que José Luis demostrara su servilismo político a los intereses del dueño del Nuevo Imperio Americano. Que el señor Obama nos pide que en nombre de la “paz” enviemos más tropas a la ratonera de Afganistan donde, desde su desembarco en 2002, las tropas españolas han perdido a más de 85 de sus efectivos, pues lo hacemos, no se preocupe usted mister Obama, yo olvido mi compromiso con la justicia social, la paz y el antimilitarismo, y me comprometo a enviar mas soldaditos españoles a Afganistán. Que necesita que nos llevemos dos de los presos recluidos ilegalmente en el infierno de Guantánamo (que ya debería haber cerrado usted para siempre) ya que no sabe donde colocarlos… Si , señor, por supuesto, no se preocupe, aquí estamos los españolitos para lo que usted mande. Que tenemos que tratar bien a los israelíes, ya que son el sustento principal de nuestra política de intereses estratégicos y económicos en Oriente Próximo, eso está hecho, no se preocupe mister president. De hecho, ayer en la visita del Presidente Español a Israel, su primer ministro, Peres, daba las gracias a Zapatero por frenar “la Justicia Internacional” al limitar la llamada jurisdicción Internacional en caso de violación de los derechos humanos para detener así una causa iniciada contra el primer ministro Benjamin Ben-Eliezer y seis altos mandos israelíes que asesinaron a un líder de Hamás y nada más y nada menos que a catorce civiles en un bombardeo sobre la Franja de Gaza el 22 de Julio de 2002. El 30 de enero de este año el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu decidió investigar la presunta responsabilidad penal por «crímenes contra la humanidad» del ex ministro de Defensa israelí y los seis altos cargos militares mencionados. Ese mismo dia la entonces ministra de Asuntos Exteriores israelí, Tzipi Livni, declaraba que había conseguido que el ministro de Exteriores del gobierno de España, Miguel Ángel Moratinos, le prometiese que harían todo lo posible para cambiar las leyes a fin de que la causa quedara archivada. Efectivamente, poco tiempo después el Congreso aprobó por mayoría absoluta limitar el principio de jurisdicción Universal, y la Audiencia Nacional archivaba la causa cinco días después. De vergüenza.
Zapatero se pliega a los deseos de su admirado Obama y su política de connivencia absoluta con Israel y en lugar de denunciar la masacre continuada que viene sufriendo el pueblo palestino a manos del Estado sionista, se limita a decir algo que resulta más que evidente: “hay que buscar la fórmula de reconocer un estado Palestino”. Y dice esto en Palestina después de haber puesto en funcionamiento todo un mecanismo jurídico-político para satisfacer las peticiones de los sionistas israelíes y evitar condenar la política represiva y genocida que los sionistas llevan desarrollando desde hace decenios sobre el pueblo palestino.
Son las dos caras que luce habitualmente nuestro gobierno. Por un lado habla de Alianza de Civilizaciones, de Justicia Universal, de Derechos Humanos y sociales, y por otro, lleva a cabo una política efectiva de alianza con los grandes centros de poder político del universo capitalista.
En Oriente Próximo se traiciona a los palestinos, y en el norte de África, se obvian las justas peticiones de autodeterminación del pueblo saharaui. La colaboración con el régimen dictatorial, represivo y asesino del rey de Marruecos, Mohamed VI, quedó patente en las declaraciones del presidente de la Junta de Andalucía, Don Jose Antonio Griñán, que en una reciente visita oficial a Marruecos calificó de "aportación interesante" el Plan de Autonomía presentado por Marruecos para el Sahara Occidental, así como dejó claro que la Junta de Andalucía mantendrá en 2010 la partida que destina a la cooperación económica con Marruecos (9,7 millones), pese a la austeridad del gasto que prevé el presupuesto andaluz del próximo año. Por supuesto, nada declaraba el Señor Griñán sobre el estado de pobreza en el que tiene sumido el régimen monárquico dictatorial de Mohamed VI a la mayoría del pueblo marroquí, ni del desprecio hacia los derechos humanos que se da habitualmente en el vecino pais africano, ni de la inexistente libertad de expresión, ni de la inmigración y las muertes en el estrecho, ni de los saharauis desaparecidos y torturados por las fuerzas represivas del gobierno alauita en los territorios ocupados por marruecos en la antigua colonia española.
Nada de eso, sólo apoyo incondicional al régimen despótico marroquí en el asunto del Sahara.
Evidentemente la reacción del gobierno de Marruecos ante este anuncio de Griñán no se hizo esperar. Al poco tiempo, la afirmación de Griñán fue repicada y reproducida una y otra vez en radios y televisiones. Son muchos los intereses económicos que el gobierno de España tiene en Marruecos, y al parecer pesan mucho más esos intereses que la justicia y la dignidad para con un pueblo como el saharaui al que el gobierno español abandonó a su suerte en 1975, y que hoy día sigue reclamando justicia y apoyo a un gobierno, el español, que una vez más lo traiciona y lo condena a seguir consumiendose bajo las duras condiciones de vida que supone estar establecidos en la llamada Hammada Argelina.
Esta es la política de doble rasero que lleva a cabo nuestro gobierno. Una política demagógica y mentirosa extensible también a sus políticas sociales y laborales. Se les llena la boca a los representantes del gobierno diciendo que no van a recortar en gastos sociales, cuando la realidad es que en educación, innovación científica y sanidad, entre otras cuestiones básicas, los recortes está siendo brutales. Los ERE se suceden por toda la geografía nacional, el paro sigue al alza un mes más, y el obrero se siente desamparado ante unos sindicatos y un gobierno que se dicen de izquierdas y que se bajan los pantalones una y otra vez ante las empresas cada vez que acuden sumisos y respetuosos a una mesa de negociación. Bien que acudieron al rescate de la Banca, otorgando miles de millones de euros para salvar a aquellos que manejan el sistema y que son partícipes activos de la situación de crisis que padecemos en la actualidad.
Basta ya de mentiras y engaños, no nos vendan más patrañas de políticas sociales, de paz, de solidaridad y de justicia, usted, señor Zapatero, es un bastión más de las políticas neoliberales y del sistema capitalista. Un capitalismo herido e igualmente salvaje, que ve en hombres como usted la posibilidad de fortalecerse y seguir adelante enmascarado en una falsa apariencia de humanidad y tolerancia.
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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