Por Eva Bartlett
GAZA, 15 jul 09 (IPS) - "Nadie compra carne en estos días", se lamentó Yusef Al-Jerjowi, sentado frente a su tienda vacía en esta ciudad palestina. "Se vende más congelada porque es mucho más barata. Cuesta cinco dólares el kilogramo, bastante menos que los 15 dólares de la fresca", señaló este comerciante, de 45 años y padre de 10 hijos.
El negocio anda mal, pero mejora un poco los primeros días del mes, cuando aquellos que aún tienen empleo cobran su salario, según este carnicero.
"Saco unos 50 dólares diarios en los primeros cinco días de cada mes. Antes del bloqueo hacía unos 113 dólares. Tengo clientes regulares, pero no tienen dinero. Llevamos una cuenta y me pagan cuando pueden", relató Al-Jerjowi.
Al igual que muchos palestinos, Al-Jerjowi tenía empleo en Israel. Decidió abrir su carnicería cuando el Estado judío cerró sus fronteras en 2007 y se vio imposibilitado de trasladarse allí para trabajar.
Los 25 dólares que, en el mejor de los casos, obtiene en un día no le alcanzan para cubrir el alquiler del local, unos 4.000 dólares al año, ni el de su casa.
"Tengo tres hijos casados. El alquiler de la casa nos sale unos 50 dólares al mes y no nos alcanza, y menos si sumamos el costo de la electricidad, el agua y otros gastos", señaló.
Con 50 por ciento de la población económicamente activa de Gaza desempleada y 80 por ciento dependiente de la asistencia alimentaria, no llama la atención que el comercio de Al-Jerjowi no prospere.
Pero el problema no es solo el asedio económico de Gaza ni la consiguiente pobreza generalizada, sino la escasez de carne.
El sector agrícola y ganadero quedó devastado tras el ataque israelí contra Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), que controla la franja de Gaza desde junio de 2007.
La operación incluyó artillería pesada, bombardeos aéreos y varias incursiones de fuerzas terrestres y dejó 1.400 personas muertas y más de 5.000 heridas, buena parte de ellas civiles
Diecisiete por ciento del ganado y casi 10 por ciento de las aves de corral murieron en los ataques perpetrados del 27 de diciembre de 2008 al 19 de enero de este año, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Pero antes del ataque, el Ministerio de Agricultura ya había advertido del "desastre alimentario" causado por la falta de alimento para los animales.
Los gazatíes han tratado de paliar el déficit contrabandeando terneros y ovejas por los túneles que conectan este territorio palestino con la ciudad egipcia de Rafah.
El 19 de junio, Israel permitió el ingreso de 15 camiones con animales en pie a Gaza, la primera vez desde el 31 de octubre de 2008, cuando habían entrado 78 vehículos. Esa cantidad no alcanza para cubrir las necesidades alimenticias de los 1,5 millones de habitantes de este territorio palestino.
En 2007 y 2008 ingresaban entre 20 y 207 camiones con ganado al mes, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), según las restricciones impuestas por Israel.
La unidad que coordina las actividades del gobierno israelí en los territorios palestinos sugirió que se necesitaban 300 vacas por semana para cubrir las necesidades alimenticias de los gazatíes.
Los productos que llegan a Gaza en cuentagotas equivalen apenas a la cuarta parte de los que ingresaban antes del sitio. La mayoría de ellos son comestibles. La alimentación de las familias que dependen de la asistencia se basa principalmente en azúcar y carbohidratos, sin vitaminas ni proteínas.
Hay ahora más casos de problemas de desarrollo infantil vinculados a la desnutrición, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Más de 10 por ciento de los niños y niñas gazatíes tienen baja talla por la ausencia crónica de proteínas, hierro y vitaminas esenciales.
También aumentaron los casos de anemia, condición que afecta a 65 por ciento de los menores de un año de edad y a 35 por ciento de las embarazadas, según la OMS.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la OMS y el gazatí Centro Ard Al-Insan para la Desnutrición, entre otras organizaciones, señalaron la relación entre esa afección y la falta de proteínas y verduras en la dieta.
Las consecuencias de la mala alimentación incluyen "problemas para combatir las infecciones, cansancio y dificultades de aprendizaje", según el último informe del Comité Internacional de la Cruz Roja, divulgado en junio. También alertó sobre los efectos a largo plazo de la desnutrición infantil.
En junio, 38 organizaciones, incluidas Oxfam, Care World Vision y varias agencias del sistema de las Naciones Unidas reclamaron el fin del sitio israelí.
La Cruz Roja también pidió que se reanuden las importaciones y las exportaciones, aunque advirtió que la situación de deterioro es tal que la recuperación puede llevar años.
Para Yusef Al-Jerjowi, que cada vez abre menos horas su carnicería por falta de clientes, ya es tarde. Tiene a tres hijos trabajando con él, lo cual, por lo menos, le ahorra el pago de salarios.
"Si mis hijos no trabajaran aquí, ya habría tenido que cerrar la carnicería", aseguró. (FIN/2009)
martes, 21 de julio de 2009
Bloqueo equivale a hambre
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