domingo, 19 de julio de 2009

Los premios de Obama a Israel no son "presión"



El presidente estadounidense Obama en el despacho oval metiendo "presión" al primer ministro israelí Netanyahu al otro lado de la línea, Junio 2009. (Pete Souza/White House)





Ali Abunimah, The Electronic Intifada, 16 julio 09

El 13 de julio el presidente Barack Obama recibió en la Casa Blanca a 16 dirigentes de las organizaciones por-israelíes más destacadas. La reunión era un esfuerzo para calmar la preocupación de los judíos estadounidenses por la presión de Estados Unidos sobre Israel en relación con detener la construcción de asentamientos en la Cisjordania ocupada.

Uno de los participantes arguyó que en el pasado sólo se había habido progresos hacia la paz cuando no existía "distancia alguna" entre las posturas israelíes y estadounidenses.
"Discrepo", respondió el presidente, según un testigo, y señaló que durante los ocho años de la administración Bush "no hubo diferencias entre Estados Unidos e Israel, y no se consiguió nada.!"

Obama reafirmó su compromiso para llegar a una resolución del conflicto árabe-israelí y subrayó el momento y la oportunidad especial que ha tenido para producir tal resolución dados sus esfuerzos de acercamiento a árabes y musulmanes.

Todo esto reforzará la fe de aquellos que están convencidos de que las políticas de Obama marcan un cambio decisivo respecto a sus predecesores, una ruptura en las relaciones israelo-estadounidenses, y puede producir lo que se le ha escapado a otros: una solución consensuada y viable de dos Estados.

Obama ha insistido constantemente en su creencia en la relación "irrompible" entre Estados Unidos e Israel. Considerando sus hechos y sus dichos hasta el momento, hay pocas razones para dudar de él. Pero a menos que esté dispuesto a ir mucho más allá de lo que nadie haya contemplado públicamente para presionar a Israel, su iniciativa de paz tiene unas posibilidades de éxito casi nulas.

Durante meses el centro de la cuestión ha sido la petición de Obama de que Israel acceda a un cese completo de la construcción de asentamientos, incluyendo el subterfugio llamado "crecimiento natural". Fue durante una "congelación" similar a principios de los noventa cuando Israel construyó miles de viviendas en tierra ocupada. El optimismo árabe y la ansiedad israelí aumentaron en tanto Obama y su delegado para Oriente Medio George Mitchell afirmaban repetidamente que esta vez querían que parasen por completo.

Sin embargo la firmeza muestra señales de erosión. Informes de prensa israelíes hablaron de que estaba tomando forma un "compromiso" por el que se permitiría a Israel completar miles de las viviendas ya planificadas. Aunque Estados Unidos ha negado estos informes, varios participantes en la reunión de la Casa Blanca afirmaron que Obama aludió a un compromiso no especificado que estaba en marcha.

Todo lo que no sea un cese completo en la construcción de asentamientos supondrá un éxito para Israel; lo que es importante no es el número de unidades que Estados Unidos pueda aprobar, sino el principio de que esta administración, al igual que las anteriores, autorizará la ilegal colonización de Israel. Una vez establecido este principio, Israel puede presentar más hechos consumados y construir cuanto le plazca.

E incluso si Israel accede a un cese verificable, Estados Unidos ha estructurado la cuestión como un quid pro quo en el que no se exige a Israel que haga algo sin recibir una recompensa. El presidente ha pedido a los Estados árabes que normalicen relaciones con Israel si éste congela los asentamientos, incluyendo abrir misiones diplomáticas y autorizando a que los aviones de El Al sobrevuelen sus países (recordemos que cuando volaban hacia Irak para bombardear el reactor nuclear en 1981, los aviones según se informó se habían auto identificado falsamente como aviones comerciales). Dada la poca influencia que tiene la parte árabe, quedaría totalmente desarmada si cediera en alguno de estos gestos a cambio de tan poco.

Los asentamientos de Israel violan numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y la Cuarta Convención de Ginebra. No se debería recompensar más el detener la construcción de asentamientos de lo que se recompensó a Irak por retirarse de Kuwait después de invadirlo en 1990. Mientras que Irak, hoy ocupado por Estados Unidos y destrozado por la guerra, todavía está pagando a Kuwait miles de millones de dólares al año en compensación por una ocupación de siete meses que acabó hace casi dos décadas, Estados Unidos está ofreciendo premios a Israel, no por acabar con una ocupación de 42 años, sino meramente por dejar de cometer algunos crímenes.

Esto no se puede describir más que como un claro triunfo para Israel, especialmente dado que el proyecto de asentamientos está llegando a su conclusión natural. Ya hay unos 500.000 colonos en Cisjordania, que con sus infraestructuras consumen más del 42% de la tierra. Nada de lo que Obama haya dicho nunca indica que se vaya a desviar de la política de sus predecesores de reconocer estos hechos y exigir a los palestinos que accedan a permitir que Israel mantenga los asentamientos ya construidos.

Mientras toda la atención se centra en la congelación, Israel mantiene su asedio a Gaza -a pesar de los llamamientos de Obama a aflojarlo- y sigue construyendo el muro de Cisjordania cinco años después de que el Tribunal Internacional de Justicia ordenara su demolición. El propio Estados Unidos continúa minando las posibilidades de la reconciliación entre palestinos y, por consiguiente, de negociaciones creíbles, al atizar una devastadora guerra civil entre, por una parte, las milicias palestinas apoyadas por Estados Unidos, y por la otra, las facciones de la resistencia dirigidas por Hamas.

De boca para afuera puede que los israelíes estén llorando por la "presión" estadounidense, pero en sus adentros deben de estar sonriendo plácidamente.

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Co-fundador de The Electronic Intifada, Ali Abunimah es autor de One Country: A Bold Proposal to End the Israeli-Palestinian Impasse. Este artículo se publicó originalmente en bitterlemons-international y se reproduce con permiso.

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