- 325.000 personas tienen problemas para resguardarse de las inclemencias
- 162 familias que viven en tiendas de campaña al lado de sus hogares destruidos
Actualizado martes 22/12/2009 09:58 horas
La llegada del invierno está agravando la situación que han de afrontar los refugiados de Palestina por la escasez de los suministros y por las secuelas que ha dejado sobre el territorio Palestino ocupado la operación 'Plomo Fundido', que tuvo lugar hace un año.
Según datos de Naciones Unidas el número de familias que están sufriendo esta situación supera las 60.000 lo que supone que unas 325.000 personas tienen problemas para resguardarse de las inclemencias del tiempo.
La situación más urgente es el realojo de las 162 familias que viven en tiendas de campaña al lado de sus hogares destruidos.
Además, la prohibición israelí de importar cristales, entre otros materiales, ha empeorado la situación al no poder reparse las ventanas de las casas y de las escuelas que fueron destruidas por el efecto de las bombas y por cuyos huecos entran el frío y el agua.
A todo esto se une la falta de energía para calentar los hogares palestinos: la escasez de cristal, asimismo, está impidiendo la construcción de paneles solares que puedan generar la energía necesaria para intentar paliarían los efectos que provocan los cortes de gas tan necesario para calentar los hogares como para permitir la elaboración de las los alimentos proporcionados por los organismos internacionales, entre ellos UNRWA.
Plan de actuación de la UNRWA para este invierno
Estas son las razones por las que la UNRWA ha puesto en marcha su plan de actuación para el invierno que consiste en la construcción de refugios provisionales para aquellos desplazados que aún viven en tiendas de campaña, así como el reparto y colocación de lonas y plásticos para tapar los techos y ventanas de los hogares de aquellos refugiados que lo necesitan.
Esta organización continúa ayudando económicamente a las familias que han visto sus casas afectadas o destruidas por los ataques militares.
Por su parte, otras agencias de las Naciones Unidas y varias ONG han desarrollado planes de actuación, a menor escala, para hacer frente a las necesidades de la población más vulnerable.
Promesas sin cumplir
La conferencia de donantes para la reconstrucción tras la ofensiva 'Plomo Fundido', que tuvo lugar el pasado mes de marzo, comprometió casi 4,5 millones de dólares para ayudar a paliar los efectos provocados por la operación militar.
Sin embargo, esas ayudas no han podido materializarse durante todo este tiempo por el bloqueo comercial y energético que mantiene Israel sobre la franja de Gaza y Cisjordania y que han llevado a esta situación: un año después las infraestructuras más básicas siguen aún destruidas.
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