miércoles, 18 de marzo de 2009

Los Gazanos luchan por agua potable




Niños palestinos esperando conseguir agua potable en la ciudad de Gaza, 10 de enero de 2009. (Wissam Nassar / MaanImages)






Mel Frykberg, The Electronic Intifada, 18 de marzo de 2009

Ramallah, Cisjordania ocupada (IPS) - Al tiempo que se reunen esta semana en Estambul expertos en medio ambiente, organizaciones no gubernamentales y funcionarios de gobiernos para asistir al Quinto Foro Mundial del Agua, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha llamado la atención sobre la crítica situación del agua en Gaza.

"Equipos del CICR están reparando los sistemas de agua y alcantarillado de Gaza que fueron seriamente dañados durante las tres semanas de la operación militar israelí en enero", dice el CICR en un comunicado de prensa.

"Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, un quinto de la población no tenía acceso directo al agua potable, y dependía de comprarla a proveedores privados. Al día de hoy, miles de personas no tienen todavía acceso al agua corriente."

Gran parte de la infraestructura de Gaza fue destruida durante el asalto militar de Israel contra el territorio costero durante la Operación Plomo Duro, que creó una situación humanitaria crítica sobre el terreno.

La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA por sus siglas en inglés) dice que 150.000 personas de Gaza siguen estando afectadas por la insuficiencia y la falta de seguridad en el abastecimiento de agua. De estos, aproximadamente 50.000 siguen sin agua ninguna, mientras que el resto sólo reciben agua cada cinco o seis días.

La OCHA añade que aproximadamente 28.000 niños de la Franja de Gaza no tienen acceso a agua corriente. Otros 56.000 niños tienen acceso al agua sólo una vez por semana o algo así.

Los Servicios de Agua Municipales Costeros de Gaza (SAMC), que llevan el tema del agua y del tratamiento de aguas residuales, dicen que la crisis del agua continuará hasta que Israel permita la entrada en Gaza de suficientes piezas de repuesto y materiales de reparación.

El continuado bloqueo a Gaza de Israel se traduce en que han impedido la entrada de material de construcción, en su mayor parte piezas de repuesto y materiales de reparación. Esto ha hecho imposible reconstruir miles de edificios destruidos y dañados. También ha restringido severamente la reparación de infraestructuras vitales, tales como plantas de tratamiento del agua y de aguas residuales.

Los continuos apagones de electricidad han limitado aún más la capacidad operativa de las plantas de tratamiento, mientras que las severas restricciones de la importación de combustible han limitado la capacidad de los generadores de emergencia.

Aunque la guerra agravó la situación, la infraestructura de Gaza ya estaba en ruinas y en urgente necesidad de reparación debido a los últimos 18 meses de asedio que siguieron a la toma de control por parte de Hamas en junio de 2007.

El SAMC se ha visto obligado a bombear toneladas de aguas residuales sin tratar directamente al mar, que luego se filtran de nuevo al suministro de agua subterránea de Gaza, amenazando aún más el abastecimiento de agua potable.

Pruebas recientes indican que el agua por cañería en Gaza no es apta para el consumo humano. En 45 de las 248 muestras de agua analizadas se detectó contaminación, principalmente en los distritos del norte de Gaza y de la ciudad de Gaza.

Israel bombardeó la mayor planta de tratamiento de aguas residuales de Gaza, en Sheikh Ajleen, al sudeste de la ciudad de Gaza, que normalmente trata las aguas residuales de unas 400.000 personas. El torrente de aguas negras sin tratar fluyendo en zonas residenciales, tierras de cultivo y el mar se ve desde el espacio exterior, de acuerdo con imágenes de satélite publicadas por Naciones Unidas.

El programa de la ONU de aplicaciones satelitales (UNOSAT) mostró el impacto del cráter de la bomba israelí y el flujo de aguas residuales que recorrió una distancia de 1,2 Km.

El CICR y el SAMC han coordinado sus esfuerzos para la reparación de la planta, pero se han visto obstaculizados por los retrasos en la obtención de la necesaria aprobación de las autoridades israelíes para traer las tuberías y piezas de repuesto.

"Lo primero que la gente nos pide es agua y electricidad", dice Marek Komarzynski, un ingeniero de agua del CICR. "Eso es lo que necesitan para algo que se parezca a llevar una vida normal."

Sin embargo, la crisis humanitaria causada por la guerra y el bloqueo afecta a casi todos los demás aspectos de la vida cotidiana de la gente de Gaza.

A finales de febrero la agencia de la ONU para los refugiados de Palestina (UNRWA) evaluó que más de 2.000 familias necesitaban reconstruir sus casas, mientras que los hogares de casi 11.000 familias requerían reparaciones urgentes. La agencia dijo que esperaba que estas cifras aumentaran.

Seis escuelas de la Autoridad Palestina (AP) en el norte de Gaza también fueron seriamente dañadas, lo que obligó a cerca de 5.000 niños en edad escolar a trasladarse a otras escuelas. El hacinamiento significa que se añadieron más turnos dobles, sobrecargando aún más las 351 escuelas, aproximadamente la mitad de las cuales ya funcionaban con dos turnos.

Mientras tanto, los hospitales de Gaza están luchando porque les faltan piezas de repuesto para el equipo, por ejemplo para las máquinas neonatales, y además no disponen de algunos medicamentos. Hay que añadir que sólo la mitad de más de los 300 Gazanos que deseaban viajar al extranjero para recibir tratamiento médico de emergencia logró conseguir los permisos de Israel.

La desnutrición es otro problema cada vez mayor, y los niños y las mujeres embarazadas son los más afectados. Recientemente, la UNICEF proporcionó suplementos vitamínicos a 50.000 bebés y niños menores de cinco años.

La OCHAH dice que los 127 camiones de ayuda diarios que permiten las autoridades israelíes no son suficientes para satisfacer las necesidades. Antes del bloqueo entraban 475 camiones diarios.

Pobreza y desempleo plagan Gaza tras la destrucción de Israel de los diversos sectores que proporcionaban empleo.

El Consejo de Coordinación del Sector Privado (CCSP) evaluó que 700 establecimientos del sector privado resultaron totalmente destruidos o dañados. El daño se valora en 140 millones de dólares.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Ministerio palestino de Agricultura estiman en 180 millones de dólares el valor de los daños a la infraestructura agrícola.

El sector pesquero se calcula que ha sufrido pérdidas directas e indirectas de 2,2 millones de dólares, debido a la destrucción de barcos de pesca y materiales conexos. E incluso los que trabajan están luchando para ganarse la vida. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), las restricciones israelíes a la entrada de dinero en efectivo en Gaza, han afectado las vidas de hasta medio millón de Gazanos, de una población de 1,5 millones.

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