miércoles, 28 de enero de 2009

El atajo a la paz





Palestinos en Jabaliya en el norte de la Franja de Gaza en torno a una hoguera al lado de su casa destruida por Israel durante 22 días de ataques contra Gaza. (Wissam Nassar / MaanImages)



Hasan Abu Nimah, The Electronic Intifada, 28 de enero de 2009

Debido a que es generalmente aceptado por la llamada "comunidad internacional" que Hamas es una amenaza importante para Israel, y por lo tanto, para la paz mundial y la seguridad, Francia ha despachado una fragata para participar en un nuevo bloqueo de la Franja de Gaza. The Sunday Times informó de que buques de guerra de Estados Unidos que están cazando piratas en el Golfo de Adén han recibido instrucciones para rastrear embarques de armas iraníes (25 de enero). Muchos otros estados europeos han ofrecido ayudar con sus armadas. De hecho, la resolución 1860 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas hizo hincapié en la necesidad de prevenir el tráfico ilícito de armas y municiones.

Lamentablemente ni un solo país europeo ofreció enviar su marina para prestar asistencia humanitaria a los miles de heridos, hambrientos, con frío y a las personas que se quedaron sin hogar en Gaza como consecuencia del ataque de Israel. Tal vez ayudar a los niños que están muriendo por las quemaduras de fósforo blanco, o simplemente por falta de agua potable, sería visto como apoyo al "terrorismo".

La perversa premisa detrás de todas las ofertas de ayuda a Israel parece ser la de que Hamas y otros grupos de la resistencia en Gaza dispararon cohetes contra Israel simplemente porque disponían de ellos. Por lo tanto, según esta lógica, la paz prevalecerá si se reduce el suministro de cohetes.

Otro extraño supuesto es el de que Hamas estaba importando libremente cohetes desde Irán o desde cualquier otro sitio, porque las fronteras de Gaza permanecían abiertas y sin control.

Esto ignora el hecho de que desde que Israel se "desconectó" de Gaza en el verano de 2005, al territorio costero nunca se le permitió el libre acceso al mundo exterior. Gaza ha sido objeto de diversas formas de asedio y bloqueo por tierra, mar y aire. Ni siquiera los pescadores eran libres de pescar sin constantes ataques de la armada israelí.

El cruce de Rafah que une Gaza con Egipto se mantuvo cerrado por la insistencia de Israel hasta que un régimen de estricta vigilancia israelí por medio de apoderados, con los monitores europeos actuando por cuenta de Israel, fue establecido para ello.

Si Hamas, a pesar del bloqueo y del total boicot financiero y diplomático se las arregló para importar tantos cohetes, o los materiales para fabricarlos, ¿cuál sería el nivel de aumento de asedio que garantizaría ahora poner fin a la importación de armas?

Sin embargo, la evidente cuestión moral y jurídica es ¿por qué la "comunidad internacional" está movilizando sus buques de guerra y sus esfuerzos políticos para proteger al agresor, mantener la ocupación, y negar a las víctimas todos los medios para defenderse? Si no quieren que los palestinos resistan, ¿por qué no se enfrentan ellos mismos al agresor y le obligan a poner fin a la ocupación, al asedio y al despojo?

En un pasado mejor, cuando estallaba la guerra en una región la respuesta inmediata a menudo era imponer un embargo de armas a todas las partes. Pero cuando la indefensa población de Gaza fue objeto de ataques por el ejército más fuerte de la región todas las llamadas fueron para evitar que las víctimas se defendieran a sí mismas. Mientras tanto, suministros sinfín de armas sofisticadas fueron enviados a los ocupantes, a pesar de su posición dominante y de los indiscriminados y criminales ataques contra la población civil.

Sin un diagnóstico objetivo y audaz de la causas profundas del conflicto, no hay ninguna posibilidad de ningún tratamiento eficaz. Lamentablemente esta lección nunca se ha aprendido, aunque ha sido escrita en repetidas ocasiones con mucha sangre inocente.

Cuando los palestinos comenzaron desarmados su primer levantamiento en 1987, 40 años después de ser expulsados de sus hogares y 20 años después de que empezara la brutal ocupación de Cisjordania y la Franja de Gaza, no tenían cohetes; sólo tenían piedras para hacer frente a las fuertemente armadas fuerzas de ocupación. Israel utilizó sus armas y deliberadamente y sádicamente, se dedicó a romper los huesos de manifestantes desarmados matando a cerca de 1.500 e hiriendo a decenas de miles de personas en sus esfuerzos fallidos para aplastar ese levantamiento. Sólo tras los acuerdos de Oslo de 1993 fue posible poner fin a la intifada.

Hamas, como movimiento de resistencia, nació en 1988. Israel, desesperado por romper el monopolio político de la Organización de Liberación de Palestina como único representante legítimo del pueblo palestino, permitió tácitamente que floreciera Hamas.

Antes de que ningún palestino disparara un solo tiro al comienzo del segundo alzamiento, en septiembre de 2000, Israel ya había asesinado a docenas de manifestantes desarmados. Los Palestinos aprendieron bien estas lecciones: Israel hará frente, con fuerza letal, a cualquier manifestación pacífica, así que mejor estar preparados para defenderse.

Tenemos que recordar estos hechos para comprender la pura locura y la falta de contacto con la realidad de la política internacional de hoy día. La tendencia ha sido elegir como "causa" del conflicto a tratar, sólo lo que es políticamente conveniente y fácil, ya sea erróneo o correcto, justo o injusto, legal o ilegal. El punto de partida de la historia no se elige a partir de los orígenes del problema, sino a partir de cualquier punto que se adapte a la narrativa de los fuertes.

Es totalmente engañoso y deshonesto pretender - como muchos hacen ahora - que la suma total del conflicto palestino-israelí es un enfrentamiento sobre lo que el caducado Presidente de la Autoridad Palestina y títere de Israel Mahmoud Abbas etiquetó él mismo como "estúpidos cohetes". Pretender que parar el suministro de cohetes marcará alguna diferencia en el curso de un conflicto que nació de la desposesión histórica -- la Nakba -- de toda una nación, y su sustitución por un Estado canalla racista que ha exiliado, ocupado y masacrado a los supervivientes durante 61 años, es el colmo del engaño.

Es conveniente para el ocupante y agresor olvidar todas estas cosas y hablar sólo de los cohetes. Y es conveniente para los cobardes que se visten a sí mismos con trajes diplomáticos y no se atreven a decir la verdad.

¿No deberíamos reconocer - si hay verdadero deseo de resolver este conflicto - que la resistencia no lanzó cohetes tan sólo porque los tenía, y que Israel no ha llevado a cabo sus salvajes masacres en Gaza sólo porque quería pararlos? Cómo no vamos a reconocer la indiscutible verdad de que Hamas no rompió la tregua, sino que lo hizo Israel cuando atacó cruzando la frontera el 4 de noviembre y mató a seis palestinos? Hamas no se negó a renovar la tregua - como Abbas y los funcionarios egipcios confirmaron. Todo lo que pidió es que se ponga fin a la matanza y se extienda a Cisjordania (a lo que Israel se negó), y que se levante el asedio de hambre que estaba matando lentamente a los palestinos de Gaza. ¿Acaso no se nos ha enseñado que este bloqueo es un acto de agresión y que la ocupación legitima la resistencia?

Las cañoneras que Europa está mandando para patrullar a los reclusos del gueto de Gaza no son manifestaciones de fuerza, ni son éstas -- ni las recientes y horribles declaraciones del jefe Humanitario de la Unión Europea Louis Michel en Gaza el 26 de enero culpando a Hamas por los crímenes de Israel -- actos responsables de diplomacia en la búsqueda de la paz y la estabilidad; son una nueva receta, si no un claro respaldo, para un mayor derramamiento de sangre y crímenes de guerra. Son signos de una debilidad moral y una corrupción sin precedentes desde que los europeos guardaron silencio en las estaciones y observaron como sus compatriotas eran embarcados en los trenes nazis. ¿Quién podría haber pensado que en el siglo 21 sería necesario decir estas cosas - y a aquellos que pensábamos que habían superado su terrible historia? Pero el silencio no es, y no debe seguir siendo una opción. Durante años se nos ha dicho que debemos aprender de los episodios más oscuros de la historia de Europa, pero nunca hacer comparaciones con ella, no sea que disminuya su enormidad. Pero las horribles atrocidades en Gaza, que un funcionario israelí predijo con orgullo el pasado mes de marzo serían un "holocausto mayor", nos obligan a dejar nuestras reservas a un lado.

Hay un atajo a la calma, la eliminación de la violencia y finalmente la paz. Es una lección que debería haber sido aprendida desde hace muchos años, y desde hace un sinnúmero de miles de vidas: Justicia.

Hasan Abu Nimah es el ex representante permanente de Jordania ante las Naciones Unidas. Este ensayo apareció antes en The Jordan Times y se publica aquí con permiso del autor.

No hay comentarios: