miércoles, 14 de octubre de 2009

TURQUÍA-ISRAEL: Nada es para siempre

Análisis de Jerrold Kessel y Pierre Klochendler

JERUSALÉN, 13 oct (IPS) - Durante varias décadas, Turquía e Israel sostuvieron las relaciones más duraderas de la región, quizá por ser las más inverosímiles. Pero las cosas parecen cambiar.

En los últimos 20 años, la curiosa relación entre el Israel judío y la Turquía islámica se mantuvo inmune a los reclamos del mundo árabe y de sectores turcos de línea dura, musulmanes y de izquierda, de que Ankara se alejara de los acuerdos militares y de inteligencia que mantenía con este país.

Israel reveló el domingo que los ejercicios aéreos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), llamados Anatolian Eagle (Águila de Anatolia), habían sido suspendidos porque Turquía excluyó a la aviación israelí.

La operación que comenzaría el fin de semana incluía, además, a Estados Unidos e Italia, pero ambos se retiraron a raíz de la exclusión de Israel.

El ejercicio militar partiría de la central ciudad de Konya, en la península de Anatolia, e incluiría bombardeos en el espacio aéreo cerca de la frontera entre Irán, Siria e Iraq.

"Es un error sacar conclusiones políticas de la postergación de la parte internacional del ejercicio", reza una anodina declaración del canciller turco Ahmet Davutoglu.

Pero en entrevista con la cadena de noticias estadounidense CNN, Davutoglu dio a entender el domingo que la exclusión de Israel estaba vinculada con el persistente malestar de Turquía por el ataque del Estado judío contra Hamás (Movimiento de Resistencia Islámica) en el territorio palestino de Gaza entre diciembre y enero.

La Operación Plomo Fundido incluyó artillería pesada, bombardeos aéreos y una posterior incursión de fuerzas terrestres que dejó 1.400 muertos y más de 5.000 heridos, buena parte de ellos civiles palestinos.

"Tenemos esperanzas de que mejore la situación en Gaza, que se retome la senda diplomática y que eso también cree un nuevo ambiente para las relaciones turco-israelíes", declaró Davutoglu. "Pero dada la situación actual, por supuesto que criticamos el enfoque israelí", añadió.

El enojo de Ankara se reavivó tras la publicación del Informe Goldstone, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que acusó a Israel de cometer crímenes de guerra.

El primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan, ha encabezado las críticas contra la decisión de archivar el debate sobre el Informe, encargado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU a una comisión investigadora, encabezada por el jurista sudafricano Richard Goldstone.

No es la primera vez que Turquía muestra públicamente su desagrado con Israel por el ataque contra Gaza.

Erdogan abandonó en enero una conferencia del Foro Económico Mundial, tras reclamar al presidente israelí Shimon Peres por la enorme cantidad de víctimas palestinas en Gaza, diciéndole "usted sabe bien cómo matar gente".

Davutoglu canceló una visita a Israel en septiembre porque las autoridades de este país no vieron con buenos ojos que en el mismo viaje visitara Gaza.

Esos incidentes agravaron la tensión que caracteriza a las relaciones entre ambos países desde que el Partido Justicia y Desarrollo (AKP), de orientación islámica, llegó al gobierno de Turquía en 2002.

El influyente periódico turco Hurriyet señaló que el "nuevo tono gélido" de las relaciones con Israel no se disipará en breve. El ejercicio militar se "suspendió por tiempo indefinido", informó, citando una fuente oficial.

La cancelación de la operación es un duro golpe para los planificadores estratégicos de Israel.

"Es un hecho grave y preocupante", declaró el ex comandante de la fuerza aérea israelí Eytan Ben-Eliyahu, a la televisión pública. "Turquía es muy importante para el entrenamiento de nuestra aviación en espacios abiertos, en especial por su ubicación estratégica, cerca de Irán y Siria".

Se especula que bombarderos israelíes surcaron el espacio aéreo turco hace dos años cuando atacaron un complejo nuclear sirio en construcción.

Israel y Turquía han mantenido vínculos estrechos en el rubro militar. Realizaron ejercicios navales conjuntos con regularidad, compartieron información de inteligencia y, en 1996, consolidaron el comercio de armas mediante un acuerdo de cooperación.

El Estado judío suministró cientos de millones de dólares en armamento a Turquía a lo largo de los años y reparó sus tanques y aviones.

Pero en el último año, Ankara no cesa de reducir la cooperación, al tiempo que profundiza sus relaciones con Siria.

Funcionarios de defensa israelíes revelaron que antes de la suspensión de la operación Águila de Anatolia, ya estaban preocupados por el futuro del acuerdo de venta de armamento y de planes conjuntos para desarrollar sistemas de armas especializados.

El sector industrial militar estatal israelí reconoce de forma no oficial que las exportaciones a Turquía disminuyen mes a mes, al tiempo que las compañías israelíes son reemplazadas por otras de Estados Unidos y de Europa, en especial italianas.

Tras los primeros y duros pronunciamientos de Israel a propósito de la interrupción del ejercicio de la OTAN, la cancillería turca emitió un comunicado pidiendo "a los funcionarios israelíes que actúen con sentido común en sus declaraciones y actitudes".

"Turquía es el único país amigo de Israel en la región. Tiene buenas relaciones con Siria e Irán. Por ello se debe dar mucha importancia a que el Estado judío busque el apoyo de Ankara para sus políticas regionales", señaló Ercan Citioglu, director del centro de investigación estratégica de la Universidad Bahcesehir, de Estambul, a la cadena de noticias qatarí Al-Jazeera.

El ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, llamó a la calma. "A pesar de los altibajos, Turquía sigue siendo un elemento central en nuestra región. No hay lugar para dejarnos llevar por declaraciones encendidas contra ellos", señaló.

Pero un alto funcionario israelí dijo a IPS francamente, "puede ser que la realidad ya haya cambiado y que las relaciones estratégicas que creíamos tener con Turquía sencillamente hayan terminado".

El ministro de Industria, Trabajo y Comercio, Benjamín Ben-Eliezer, señaló en la reunión de gabinete del domingo que Israel no podía darse el lujo de adoptar una posición dura. "Tenemos un conjunto de intereses estratégicos comunes e importantes con Turquía. Debemos actuar con suma sensibilidad para que no se materialice el sombrío pronóstico", indicó.

Pero parece poco probable que Turquía modifique su postura sin que haya un cambio significativo en la política de Israel hacia los palestinos.

La cancelación de la operación Águila de Anatolia plantea numerosas dudas, tanto a escala bilateral como internacional, y también dentro de ambos países.

¿Cuáles son las consecuencias de un distanciamiento entre Israel y Turquía para el intento de la comunidad internacional de contener las ambiciones nucleares de Irán?

¿Acaso es un indicio de un cambio drástico en las relaciones entre el ejército turco y el gobernante AKP? Las Fuerzas Armadas turcas siempre habían cuidado que los vínculos con Israel no fueran sacudidos por el creciente malestar público y de Ankara por la relación estratégica entre ambos países, hasta esta decisión de suspender un ejercicio militar de la OTAN.

¿La prohibición turca será el primer boicot concreto de un aliado que sufrirá Israel?

¿Qué consecuencias tendrá el hecho sobre la obstinada negativa israelí a aliviar la presión implacable que ejerce sobre los palestinos?

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