Mubarak presenta al líder palestino el plan de fases y garantías
EUGENIO GARCÍA GASCÓN - Jerusalén - 05/01/2010 00:15
El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, presentó ayer a su colega palestino, Mahmud Abás, el nuevo plan de paz que ha preparado Estados Unidos y que prevé la reanudación inmediata de las negociaciones entre Israel y los palestinos con un horizonte máximo de dos años para alcanzar un acuerdo de paz.
Sin abandonar el balneario de Sharm el Sheij, en la península del Sinaí, la primera reacción de Abás fue positiva, aunque advirtió que las negociaciones sólo se retomarán cuando Israel congele totalmente su expansión en las colonias judías y acepte la "legitimidad internacional".
Poco después llegó la respuesta del primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, quien dijo estar dispuesto a reanudar las conversaciones "sin condiciones previas", un eufemismo que en realidad significa seguir, como hasta ahora, construyendo en las colonias judías.
Fuentes diplomáticas indicaron que Washington ha confeccionado sendas "cartas de garantías" dirigidas a las dos partes. A los palestinos, la Administración de Barack Obama les garantizaría que su Estado tendrá idéntica extensión que los territorios ocupados en 1967, mientras que a los israelíes les prometería que se quedarán con los grandes bloques de asentamientos.
En un primer estadio, el plan estipula que las dos partes dispondrán de nueve meses para delimitar la frontera, de manera que a partir de entonces unos y otros sabrán dónde pueden construir. Una vez trazada la frontera, se negociaría el estatuto de Jerusalén y el tema de los refugiados con un plazo máximo de dos años a partir de ahora.
Abás, que está soportando una enorme presión desde todas las direcciones, de Estados Unidos, Israel, Jordania y Egipto para volver a la mesa de las negociaciones, de momento mantiene su exigencia de que Israel cumpla la Hoja de Ruta de 2003, como la han cumplido los palestinos, antes de pasar a la siguiente fase.
Los movimientos más recientes sugieren que Netanyahu tiene un gran interés en reanudar las negociaciones, tal vez para neutralizar las críticas internacionales, aunque no hay ninguna garantía de que vaya en serio.
La última "iniciativa" de Washington, la de 2007 en Annapolis, que se marcaba el objetivo de la paz en un año, acabó en un fracaso total, igual que las anteriores, mientras Israel siguió construyendo a marchas forzadas en las colonias.
Prioridad a las colonias
Ahora Obama no propone un año, como George Bush, sino dos, pero tampoco existe ninguna garantía de que Israel vaya a cumplir el plazo. El titular de Exteriores de Israel, Avigdor Lieberman, advirtió ayer de que el plazo de dos años "no es realista".
La prioridad de Israel es expandir las colonias, especialmente alrededor de Jerusalén, y Netanyahu parece dispuesto a negociar en tanto que las conversaciones no limiten esa prioridad.
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O sea, peor que Bush y más prosionista que él. Una vaga promesa de determinada extensión de terreno no se sabe donde - será en el desierto del Neguev, ¿dónde si no? - a cambio de entregar Cisjordania, las tierras fértiles y los recursos hídricos a los judíos. Un "estado Palestino" sin Palestina, el más difícil todavía del circo.
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