sábado, 31 de octubre de 2009

'Obama merece el Nobel del engaño'

Entrevista a Mohamed H. Fadlallah,


por Mónica G. Prieto, El Mundo, 31/10/2009

(...)

P. -¿Considera posible el diálogo con Israel?

R.- Palestina no era un terreno sin pueblo, era un país donde vivía mucha gente, la mayoría musulmanes y cristianos con una minoría de judíos. La tierra no era judía. La versión de los judíos, que Palestina representa la cuna del judaísmo porque Dios se la entregó como su tierra prometida, no tiene ningún fundamento jurídico ni histórico. Las armas judías contra Palestina representan su propio miedo. Con las armas causaron la diáspora de musulmanes y cristianos, y las armas siguen atacando a los que se quedaron. Los judíos asedian a los palestinos, por eso creemos que aquellos que llegaron a Palestina [después de los años 40] deben volver a sus países de origen y que los judíos de origen palestino deben quedarse, viviendo al lado de cristianos y musulmanes y con un Gobierno donde todos estén representados. Solo podemos hablar con quienes tienen derecho a quedarse. En cuanto a la parte que viola el país sin derecho alguno, no es posible conversar con ellos. Lo único que tenemos que decirles es que tienen derecho a irse para que vuelva la población original.

P.- La concesión del Premio Nobel de la Paz a Barack Obama ha provocado muchas críticas. ¿Cree que Obama representa una esperanza de paz para Oriente Próximo?

R.- Obama empezó diciendo que iba a conversar con Irán. Por un lado habla de diálogo en Turquía y Egipto, y por otro da a Israel el derecho a controlar Jerusalén sin imponerle obligaciones como eliminar los asentamientos. Lo único que mencionó sobre las colonias es que su congelamiento debe ser algo temporal, mientras exige que los árabes mejoren sus relaciones con Israel. Eso significa que los árabes tienen que doblegarse ante Israel a cambio de nada, solo para que Israel acepte cumplir con su obligación. Eso nos hace pensar que Obama es más judío que los judíos. Por eso insistimos en que queremos hechos y no palabras. No ha hecho nada para merecer el Nobel. Sólo merece el Premio Nobel del Engaño.

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