Belén, 3 ago (EFE).- El histórico movimiento nacionalista palestino Al Fatah del difunto Yaser Arafat inicia mañana en Belén su sexto congreso en medio siglo de existencia pero el primero que convoca en dos décadas y en territorio ocupado por Israel.
Según dijeron a Efe fuentes de la organización de la conferencia, la cita tratará de allanar el camino para reanudar la negociación con los israelíes y vencer en las elecciones palestinas previstas en enero tras el triunfo en las de 2006 del movimiento islamista Hamas.
Ambos objetivos son difíciles de lograr; el movimiento de Arafat, fallecido en 2004, mantiene en la actualidad una línea moderada que le granjea la interlocución israelí y la confianza internacional, lo que no impide que en el plano interno pase por sus horas más bajas.
Desde su anterior congreso, celebrado en 1989 en Tunez, Al Fatah ha apostado por el diálogo, y su liderazgo ha regresado del exilio para controlar la Autoridad Nacional Palestina (ANP), embrión en los territorios palestinos de un eventual estado independiente.
Pero esos territorios continúan bajo ocupación militar israelí.
Y con el ejercicio de la administración local se han extendido las denuncias de corrupción, que ya pesaban sobre el movimiento nacionalista en los años del exilio y que han acabado por trasladar al islamista la supremacía política entre el pueblo palestino.
La rivalidad que desde entonces enfrenta a Al Fatah y Hamás tuvo su máximo exponente en 2007 -cuando los islamistas se hicieron con el control de Gaza tras sangrientos combates con las fuerzas leales a la ANP-, y estará presente en el congreso en forma de ausencia.
Solo han llegado a Belén medio centenar de los cuatrocientos compromisarios de Gaza que iban asistir a la conferencia después de que Hamás estableciera controles en los pasos fronterizos de la franja para no permitir el desplazamiento a la ciudad cisjordana.
Procedentes de Cisjordania -único territorio que ahora controla la ANP-, el mundo árabe y países tan lejanos como Chile, los restantes más de dos mil delegados renovarán los órganos dirigentes del movimiento, aunque con margen escaso para la sorpresa.
Tras conseguir que el congreso se celebre en el "interior" y no en el "exterior", algo que pretendían disidentes como Faruk Kadumi, la "vieja guardia", formada por el presidente Mahmud Abas y líderes como Ahmed Qurea y Yasser Abde Rabdo, ha atado bien todos los cabos.
En medios de Al Fatah se espera que únicamente cambie menos de la mitad de los 21 miembros de la máxima instancia de decisión del movimiento, el Comité Central, y la misma proporción entre los 120 integrantes del otro órgano principal, el Consejo Revolucionario.
La llamada "nueva guardia", compuesta por dirigentes como Saeb Erekat y Mohamed Dahlan -y liderada por Marwan Barguti, delfín de Abás pero que permanece encarcelado por Israel-, ganará de esa manera parcelas de poder, lo que garantiza la unidad del movimiento.
Más complicado será suprimir de la declaración final toda alusión a la lucha armada cuando la mayoría de los palestinos la apoya y la propia milicia de Al Fatah, la Brigada de los Mártires de Al Aqsa, es perseguida por el Ejercito israelí porque no la ha abandonado.
Las fuentes consultadas por Efe apuntaron que una de las razones que indujeron a Abás a convocar el congreso fue la necesidad que le ha expuesto el presidente estadounidense, Barak Obama, de que Al Fatah lave su imagen si quiere ser socio en los esfuerzos de paz.
Por lo que el presidente palestino hará lo posible para mitigar las referencias a la lucha armada; esto es, que sean mucho más numerosas las alusiones a "la lucha", a secas.
Alberto Masegosa
Fuente: Yahoo
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