[29/08/2009 - 12:05 PM]
Por Khalid Amayreh
El presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmoud Abbas, cuyo mandato había expirado en enero de 2009, ha estado prometiendo organizar elecciones generales en enero de 2010, dando la impresión de que estas elecciones serán una cura mágica para los muchos problemas que enfrenta el pueblo palestino y su perdurable y justa causa.
La convocatoria de elecciones, sin embargo, no parece estar motivada por la buena voluntad porque el verdadero y principal objetivo de esta táctica es aparentemente ganar la partida al movimiento de resistencia islámica, Hamas.
De hecho, es muy difícil estar eufórico o incluso optimista con elecciones celebradas bajo una siniestra ocupación extranjera.
En 2006, los palestinos fueron engatusados por la administración de Bush para la celebración de elecciones generales y se les dijo que las urnas serían una tarea primordial para dar cuerpo a la soberanía palestina.
Es cierto que muchos palestinos deseosos de ver un aflojamiento del dominio de tipo nazi israelí sobre sus vidas, y también para ver el final de la desenfrenada corrupción que infesta la AP dirigida por Fatah, aceptaron la idea y prefirieron dar a la misma el beneficio de la duda.
Sin embargo, incluso antes de que comenzaran las elecciones estaba muy claro que Israel insistiría en el ejercicio de su función represiva cuando las autoridades de ocupación empezaron a arrestar a los candidatos "equivocados" y a interferir descaradamente en la campaña electoral.
Como todos sabemos, tuvieron lugar las elecciones y Hamas ganó con abrumadora mayoría. Sin embargo, ni Israel ni su guardián-aliado Estados Unidos, ni Fatah, aceptaron el resultado democrático de las mismas.
Israel, tan pronto como los resultados iniciales mostraron que Hamas tenía ventaja en las urnas, decidió imponer castigos draconianos y vengativos sobre Cisjordania y la Franja de Gaza, entre ellos un cerco hermético a la Franja de Gaza, restringiendo a sus 1,5 millones de habitantes el acceso a alimentos y productos de consumo esenciales.
De igual modo, la administración Bush controlada por los sionistas, incitó al mundo entero, con excepción de unos pocos estados valientes que no cedieron ante la coacción americana, para que boicoteara al gobierno democráticamente elegido de Hamas.
La arrogante coalición, liderada por EEUU y dirigida tras bambalinas por círculos sionistas internacionales, llevó a cabo un férreo y asfixiante asedio económico sobre la Franja de Gaza, impidiendo las transacciones financieras con el enclave costero.
El manifiestamente asesino asedio de Gaza ha llevado al borde de la hambruna a cientos de inocentes habitantes de Gaza que sucumbieron a enfermedades evitables causadas por la falta de atención médica adecuada debido al cruel asedio.
Además, las agencias de inteligencia de EEUU comenzaron a financiar y armar a elementos de Fatah de la Franja de Gaza a fin de derrocar a Hamas y crear un régimen quisling colaboracionista que firmaría la paz con Israel según las condiciones sionistas.
Afortunadamente, Hamas se adelantó a la conspiración, evitando así una guerra civil que habría derramado mucha sangre palestina a beneficio de Israel.
A la vista de esto, uno se siente tentado a preguntarse qué garantías tienen Abbas y sus asesores de que Israel permitirá que se celebren elecciones libres y justas.
De hecho, la mayor parte de los candidatos de orientación islámica que ganaron las elecciones de 2006 siguen todavía languideciendo en las cárceles y mazmorras israelíes por el "gran" delito de participar en unas elecciones, las mismas elecciones que habían recibido la aprobación por parte de Israel y de la administración de Bush.
Estoy hablando de docenas de políticos palestinos, gente como Nayef Rajoub, Muhammed Abu Jheishe, Azzam Salhab, Nizar Ramadan, y otros, que no han cometido ningún delito más que ganar un escaño en el Consejo Legislativo palestino (Parlamento).
Pero hay más; está claro que incluso si el ejército de ocupación israelí, que controla cada rincón y cada calle de Cisjordania, no interfiriera en las elecciones, lo que es muy poco probable dada la hostil fijación que tiene Israel contra Hamas, el aparato de estado policial que ahora prevalece en Cisjordania, haría que la idea de celebrar elecciones libres, no sólo sea improbable sino que es imposible.
Estamos hablando de una total ausencia de libertades civiles básicas, donde los oponentes políticos son detenidos, maltratados y muchas veces torturados hasta la muerte.
Por otra parte, toda actividad política imaginable, incluso un acto tan sencillo como levantar una bandera islámica, es inmediatamente criminalizado. En algunos casos, los "autores" no vivirán para lamentar sus "fechorías".
De hecho, se puede afirmar con seguridad que la insistencia en la celebración de elecciones bajo estas circunstancias mórbidas refleja la maliciosa intención de falsificar los resultados de las elecciones de antemano.
Por último, es difícil comprender cómo se pueden organizar elecciones en una atmósfera extremadamente insalubre, en medio de la prolongada crisis entre Fatah y Hamas.
No hay duda de que Hamas no va a sucumbir a los hechos consumados creados por Abbas, posiblemente en coordinación con sus patrocinadores extranjeros, junto con los israelíes, que están perpetuando el asedio criminal en Gaza e impidiendo la entrada de materiales de construcción al bloqueado enclave. Huelga decir que estos materiales de construcción son muy necesarios para la reconstrucción de las viviendas e infraestructura civil destruidas por la máquina sio-nazi de guerra a principios de este año.
Lamentablemente, hay señales claras de que el Sr. Abbas y su OLP han sido conspiradores activos en prolongar los sufrimientos de Gaza con el fin de debilitar a Hamas a los ojos de la gente.
Por todas estas razones, es imperativo que Hamas no caiga en la trampa y rechace este truco del hombre que había calificado a la resistencia de "inútil" y que ha manifestado su disposición a comprometer los derechos fundamentales palestinos relacionados con Al-Quds al Sharif y los refugiados.
El profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo: "Un verdadero creyente no debe ser mordido dos veces por la misma serpiente".
domingo, 30 de agosto de 2009
Alarma de las elecciones de Abbas
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