por Mel Frykberg - IPS
La madre de Mohammad Nayif rompió en llantos al relatar a IPS la muerte de su hijo adolescente, quien recibió tres disparos en el pecho de soldados israelíes en este campamento palestino de Cisjordania.
Los paramédicos trataron de atender al joven de 14 años en el campamento de refugiados de Jelazon, cerca de Ramalah, pero fueron disuadidos a punto de pistola por los soldados israelíes.
"Sabíamos que el joven estaba gravemente herido y que necesitaba atención médica urgente", señaló Sameh Barghoui, de la ambulancia de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina que trató de evacuar a Nayif.
"Pero los soldados nos apuntaron y nos dijeron que nos fuéramos". Cuando les pedimos que hablaran con su capitán dispararon balas de metal revestidas con goma y gases lacrimógenos contra la ambulancia, por suerte no le dieron", relató.
Osama Jarrer, otro miembro del equipo médico de la ambulancia, fue herido en una pierna por una granada de gas lacrimógeno que le lanzaron cuando trataba de acercarse al joven.
La legislación israelí dispone que la trayectoria de la granada de disuasión forme un arco ascendente para no herir a la gente.
Al final, un helicóptero israelí trasladó a Nayif a un hospital, pero ya era tarde, según Suliman Massud, quien presenció lo ocurrido en Jelazon.
Los soldados arguyeron que los palestinos habían tirado cócteles Molotov contra el asentamiento judío de Bet El, vecino de Jelazon, y que Nayif y varios de sus amigos estaban armados.
Los palestinos, por su parte, niegan que los jóvenes estuvieran armados o hubieran tirado cócteles Molotov.
Por la amplia distancia que separa al campamento palestino del asentamiento judío es muy difícil imaginar que una bomba incendiaria lanzada desde aquí pueda alcanzarlo y ocasionar algún daño.
La colonia judía está ubicada en lo alto de una colina a varios cientos de metros del camino que la separa del campamento. Los palestinos tienen prohibido acercarse a la loma.
Bet El está rodeado de una gran cerca de alambre de navajas y las viviendas están situadas lejos de ella. Además hay soldados israelíes apostados en las torres de seguridad del asentamiento.
"Las trabas a la ambulancia que pretendió atender a Nayif es la última de una larga serie de incidentes similares a los que nos tienen sometidos los israelíes desde hace años, cada vez que tratamos de prestar asistencia a los palestinos", se lamentó Raed Yassin, director del departamento de emergencia de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina en Ramalah.
"Atacan a nuestro personal, a nuestras ambulancias, dañan nuestro equipo, nos demoran en los puestos de control y nos impiden asistir a pacientes heridos, pese a que tenemos permisos expedidos por las autoridades israelíes", explicó Yassin.
"Hace poco nos volvió a pasar con un paciente con cáncer de 16 años en Tulkarm, en el norte de Cisjordania. Nos impidieron cruzar el puesto de control de Qalandia, hacia Jerusalén oriental donde se encuentra el hospital especializado, pese a tener permiso de los israelíes", añadió.
Hay "una falta de protección del personal médico y de los vehículos y complicaciones o negativas para acceder a Jerusalén oriental a diario", subrayó Mutasim Awad, director de la unidad de derecho humanitario de la Media Luna Roja.
"Durante las operaciones militares nos bombardean y nos disparan. En el último ataque contra Gaza mataron a 16 trabajadores de la salud palestinos, hirieron a más de 30 y bombardearon decenas de clínicas, hospitales y centros de atención médica", añadió.
Del 27 de diciembre al 18 de enero de este año, Israel atacó a Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), que controla la franja de Gaza desde junio de 2007, con artillería pesada, bombardeos aéreos y varias incursiones de fuerzas terrestres. Hubo 1.400 muertos y más de 5.000 heridos, buena parte de ellos civiles.
Desde 2000, 17 funcionarios de la Media Luna Roja fueron asesinados, 250 heridos, 80 detenidos, 170 ambulancias dañadas y 36 destruidas por las Fuerzas de Defensa Israelíes.
"Tenemos un memorando de entendimiento con Magen David Adom, equivalente de la Cruz Roja en Israel, pero igual tenemos problemas para que las ambulancias vayan de Jerusalén oriental a los hospitales del oeste de la ciudad, pese a que tienen matrícula israelí", dijo Awad a IPS.
"Los israelíes esgrimen cuestiones de seguridad, incluso cuando un paciente está agonizando. Su actitud depende del humor de los soldados de guardia, a veces nuestras ambulancias no pueden cruzar un puesto de control, pero el siguiente sí", añadió.
El Comité Internacional de la Cruz Roja de Jerusalén investiga las razones por las que las ambulancias, los trabajadores y los pacientes palestinos no pueden cruzar los puestos de seguridad israelíes, dijo a IPS Ann Sophie Bonefeld, integrante de la organización en Jerusalén.
En julio, el personal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) registró 77 demoras o prohibiciones de cruzar los puestos de control, lo que afectó a 716 funcionarios, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, y le significó perder 527 horas de trabajo o su equivalente en unos 70 días laborables.
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