Desmontando el “derecho de Israel a existir”

06.02.09
Por Rannie Amiri













("Oprimo, luego existo" Via Google)

"No hubo tal cosa como los palestinos ... no existieron" - Golda Meir, ex Primera Ministra de Israel, (The Sunday Times, 15 de junio de 1969)

Gaza esta llena de actividad.

Grupos humanitarios y organismos de socorro están tratando de escurrirse a través del cuello de botella de Israel y Egipto para entregar sus muy necesarios suministros; aviones de combate bombardean los túneles y matan a “militantes” al tiempo que Ehud Olmert sostiene que está respetando el alto el fuego; abogados internacionales de derechos humanos están ocupados registrando las declaraciones de testigos y juntando pruebas para futuros juicios por crímenes de guerra; los civiles palestinos regresan a sus destruidos hogares para rebuscar entre las ruinas y llorar a sus muertos; e intensas negociaciones están teniendo lugar en El Cairo, en espera de negociar una tregua larga entre Israel y Hamas.

Pero incluso si todas las cuestiones pendientes de Gaza se resolvieran milagrosamente a satisfacción de Tel Aviv, Israel todavía encontraría pretextos para seguir agitando en contra de Hamas y del pueblo de Gaza.

¿Por qué?

Porque todavía tienen que reconocer el “derecho de Israel a existir”.

La aceptación de esta construcción abstracta, esotérica, ha sido una exigencia antigua e inmutable de EEUU e Israel antes de que puedan tener lugar conversaciones de fondo con Hamas, o con cualquier otro grupo que se autodescriba como de resistencia.

Sostengo sin embargo, que casi todos los palestinos han aceptado de facto la “existencia” de Israel. De hecho afirmarán:

• ¿Acaso no hemos reconocido la “existencia” de Israel cuando sabemos que fueron ellos quienes impidieron la entrada en Gaza de alimentos, medicinas, combustible, electricidad y agua potable durante 18 meses, causando una crisis humanitaria? Seguidamente, invadieron y bombardearon a una población indefensa, matando a más de 1.300 e hiriendo a miles más - la inmensa mayoría de los cuales eran civiles?

• ¿Acaso no hemos reconocido la “existencia” de Israel cuando sabemos que fueron ellos quienes bombardearon a nuestra gente con fósforo blanco, causando quemaduras tan graves que penetran a través de la piel y los músculos hasta los huesos?

• ¿No han reconocido la “existencia” de Israel los Samounis del distrito de Zeitoun de la ciudad de Gaza, cuando 110 miembros de su extensa familia fueron acorralados por los soldados israelíes en un almacén sin ningún tipo de alimentos, ni agua, ni calefacción durante 24 horas, y después al día siguiente bombardearon el edificio en el que se encontraban, masacrando a 30, cuando las ambulancias no pudieron llegar durante cuatro días para asistir a los que estaban adentro porque los soldados, apenas a 100 metros de distancia, habían erigido barreras de tierra obstaculizándolas deliberadamente? ¿Qué pasa con los cuatro niños pequeños encontrados amontonados y hambrientos junto a los cadáveres de sus madres, o los heridos, que tuvieron que ser retirados con carretas tiradas por burros porque a las ambulancias no se les permitía acercarse? ¿No dan todos ellos testimonio de la “existencia” de Israel?

• ¿No ha reconocido Khaled Abed Raboo la “existencia” de Israel cuando estando afuera de lo que quedaba de su casa en Jabaliya, un tanque con soldados israelíes le ordenó a él, a su madre, a su esposa y a sus tres hijas que salieran, y cuando lo hicieron ondeando banderas blancas, dispararon contra sus tres niñas? ¿No había reconocido el Sr. Abed Raboo la “existencia” de Israel cuando vio como los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), a sólo 15 metros, asesinaban a tiros a dos de sus hijas, de dos y siete años, y herían gravemente a la tercera? Ser testigo presencial del asesinato de los propios hijos, indefensos, con disparos a bocajarro, ante los propios ojos, ¿no satisface los requerimientos de haber aceptado que Israel “existe”?

• ¿No han aceptado los residentes de Khuza'a la “existencia” de Israel cuando su aldea fue atacada durante 12 horas por las fuerzas israelíes, matando a 14 personas? La destrucción de casas con civiles dentro, el asesinato de los que llevaban banderas blancas, los disparos contra una ambulancia para intentar evacuar a los heridos, y el bombardeo de casas con fósforo blanco ¿no son suficientes para decir sí, reconocemos que “existe”?

• ¿Y qué decir de los refugiados que se cobijaron en la escuela Al-Fakhoura de Jabaliya, cuando la escuela fue bombardeada por las FDI y asesinaron a 43 desplazados de Gaza? Sus familiares supervivientes ¿no han reconocido adecuadamente que la causa de su indecible dolor es la “existencia” de Israel?

• ¿No ha sido confirmada la “existencia” de Israel por la familia A'aiedy cuya casa fue alcanzada por bombardeos de las FDI, hiriendo a dos ancianas de 80 años y a tres de sus nietos que esperaron 86 horas a ser rescatados porque el ejército no permitió que las ambulancias los evacuaran a un hospital, y dispararon contra todo aquel que trató de salir al patio a buscar agua?

• ¿No ha sido reconocida la “existencia” de Israel por los de Cisjordania que son obligados a transitar por diferentes caminos que los ciudadanos israelíes, e intentan cruzar un laberinto de puestos de control en los que son objeto de humillantes registros y demoras, por lo que sólo pueden viajar a unas pocas millas? Y las mujeres que se han visto obligadas a dar a luz en los puestos de control y a menudo abortan en ellos, ¿son ajenas a la “existencia” de Israel? Y ¿qué hay de los que han sido separados de sus granjas y medios de subsistencia por la “valla de seguridad” de Israel?

• De hecho, ¿no es la miseria y el sufrimiento de todos los palestinos que han vivido o están viviendo bajo la ocupación israelí suficiente prueba de que Israel “existe”?

Pero, si reconocer el “derecho de Israel a existir” significa aceptar que cualquier persona que sea (de religión) judía pueda convertirse en ciudadano de Israel y vivir en la propia tierra, y en algunos casos, en el propio hogar de una familia palestina que ha vivido allí durante generaciones; si significa renunciar al derecho a decir “ésta era mi tierra y mi casa antes de que me la arrebatarais”; si significa abandonar el derecho a regresar a Palestina con la escritura y las llaves en la mano exigiendo saber que es lo que autoriza a la familia de recién llegados de Inglaterra, Rusia, Marruecos o Etiopía a vivir en la propiedad de aquellos que fueron expulsados por la fuerza; si significa negar la existencia misma de Palestina y los palestinos -como Golda Meir trató de hacer- borrando su historia, cultura y memoria colectiva ... Entonces no. Israel no tiene “derecho a existir”.

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-Rannie Amiri es comentarista independiente sobre Oriente Medio.
Original en inglés: Palestine Chronicle